
“Pueden volver a sus casas” e “incendio controlado” eran las dos afirmaciones que esperaban escuchar, tras varias noches pernoctando en albergues y viviendas de amigos y familiares, los vecinos de los 11 barrios de Garafía que fueron desalojados por la bravura del fuego que se originó el pasado viernes en la zona de la Catela, en la misma localidad. El Gobierno de Canarias, previa solicitud del Cabildo palmero, otorgó nivel 1 al suceso en la tarde de ayer y lo dio por controlado, toda vez que los operarios consideraron que el perímetro de 16 kilómetros cuadrados se había consolidado y estaba “frío”, con menor riesgo de rebrotes.
“Terminamos un trabajo tremendo. Hemos logrado contener un incendio en una zona en la que, históricamente, nunca se había conseguido; siempre había pasado [el fuego] a zona de cumbre”, destacaba Francisco Prieto, técnico del área de Medio Ambiente de la institución insular, sobre los frutos del importante despliegue de medios contraincendios. Si bien las previsiones iniciales apuntaban a un potencial de quema de 10.000 a 15.000 hectáreas, se contuvo el avance de las llamas hasta reducirlo a una décima parte.
Con respecto a los plazos para la extinción, Prieto afirmó que aún queda una “larga fase”, dado que “pueden haber ligeros rebrotes”, pero estos “no deberían darnos problemas”.
El alcalde de Garafía, Yeray Rodríguez, mostró su gratitud hacia todas las instituciones y entidades que han colaborado en el operativo, enfatizando que “el mayor riesgo” lo han corrido “las personas que han estado en primera línea de fuego, que no solo han sido profesionales, sino que también ha habido voluntarios”. Igualmente, resaltó que se permitió el acceso a determinadas áreas a los vecinos, facilitando así la protección de algunas viviendas. Y de cara a la ola de calor de esta semana, dijo que “vamos a tener por delante unos días en los que la colaboración ciudadana va a ser muy importante para controlar, mitigar y avisar en el caso de que se presente un rebrote”.
Por su parte, el presidente del Cabildo, Mariano H. Zapata, y la consejera de Medio Ambiente, María Rodríguez Acosta, hicieron lo propio agradeciendo a los servicios de emergencia y voluntarios su labor, destacando, además, el papel de la Delegación del Gobierno y el Ejecutivo regional.