tribuna

Los hoteles abiertos nos sentimos abandonados

Abrimos hace meses, en una situación de incertidumbre pero con más seguridad de la que tenemos ahora. Formamos a nuestros equipos, adaptamos instalaciones y protocolos, invertimos en promoción en Europa...

Abrimos hace meses, en una situación de incertidumbre pero con más seguridad de la que tenemos ahora. Formamos a nuestros equipos, adaptamos instalaciones y protocolos, invertimos en promoción en Europa… Esto basado en nuestra confianza en las autoridades y sus promesas, que incluían controles de población y tests a todos los viajeros; incluso recibimos un vuelo de prueba con responsables de la Organización Mundial del Turismo que acreditaron Tenerife como destino seguro, pero con unas condiciones. Si todo lo que se dijo que se iba a hacer se hubiera hecho, ahora estaríamos en una situación completamente distinta. Y sin duda más favorable.

Porque no se ha hecho nada. Llevamos 3 meses recibiendo turistas en la isla sin ningún tipo de medida de prevención, salvo algunos termómetros que se vieron en aeropuertos de la isla durante el mes de julio y que han desaparecido como por arte de magia. Tenemos representantes que hablan mucho y hacen poco. Estos días hablan de implementar medidas de control para salvar el invierno pero las quieren aplicar en octubre, ¿por qué no comenzar ya? Nos quedan apenas unos días para tomar decisiones que hagan que nuestra temporada fuerte no se hunda, y de ella dependen más de 350.000 empleados en Canarias que corren el riesgo de quedarse en la calle.

Los hoteleros llevamos pidiendo medidas de control en aeropuertos desde mayo, incluso nos ofrecemos a pagar los tests de salida para evitar cuarentenas. Hasta el momento no se ha exigido ningún control, lo que ha derivado en la llegada de personas contagiadas que han favorecido los brotes en las islas. Aun así, Tenerife está en un nivel de contagios que lo posiciona como destino seguro, pero se ve afectado por las decisiones tomadas por otros países que no consideran la condición de isla y que hablan de España o Canarias como una única región. Teniendo en cuenta esto, sería lógico pensar que se podría salvar Tenerife como destino independiente, pero eso se tiene que defender en Europa por nuestros políticos.

Ahora tenemos una nueva oportunidad y debemos movilizarnos, agarrarnos a esa ventana ahora que Reino Unido se ha abierto a considerar la situación de islas independientemente de sus países, tal como ha hecho con algunas islas griegas esta semana. Todo el aparato del Estado debe tomar conciencia de esta posibilidad y actuar utilizando el arte de la diplomacia para lograrlo.

Nosotros abrimos el Hotel Vulcano en julio, con la responsabilidad de reiniciar la economía de Arona y de la isla, y en 15 días ya rozábamos una ocupación del 50% y habíamos sacado a 100 empleados del ERTE. Y llegó la cuarentena británica, y luego la holandesa, la italiana, la alemana, la escandinava… y nuestra ocupación cayó al 20%, procedente principalmente del turismo peninsular y el residente, que está respondiendo muy bien a nuestra propuesta hotelera. Pero la temporada de invierno comienza ya, y aquí dependemos casi en su totalidad del turismo europeo, que conoce el destino, le gusta y lo tiene cerca. Y este turista ya está planificando sus vacaciones de los próximos meses y seguimos sin transmitirle algún tipo de seguridad. Menos mal que los touroperadores europeos saben que ahora, con el fin del buen tiempo en nuestros competidores, Canarias y Tenerife son las únicas palancas para generar ingresos en aquellos mercados que buscan sol y playa en invierno. Están presionando y debemos aprovechar para que nuestros políticos apliquen la mejor versión de la diplomacia.

Tenemos el ejemplo de Madeira. Han tenido la capacidad de implementar un corredor seguro gracias a la aplicación de mecanismos de control a todos los viajeros. Hemos visto que estos días se llenaba de ingleses Portugal, el aeropuerto de Faro lucía repleto de turistas, probablemente muchos de ellos clientes de Canarias, y desde aquí vemos cómo esos clientes se nos escapan de las manos. Para reactivar el turismo se necesitan turistas, y es imposible reactivarlo con la gestión actual. Así estamos abocados a cerrar, y si no lo hacemos es por responsabilidad. Una responsabilidad que no debería asumir sólo el sector privado.

Esta semana, el Presidente Sánchez, en plena negociación de los ERTE, decía que lo que de verdad interesa es la generación de empleo derivado de la reactivación de los diferentes sectores. Pues claro que sí, los ERTE son un parche, lo importante es generar economía de nuevo; y por eso el sector turístico debe ganar protagonismo para generar confianza en el país. Ese trabajo no lo podemos hacer los empresarios, para eso tenemos a nuestros representantes, a los que obviamente daremos todo nuestro apoyo.

Podríamos acogernos a los ERTE hasta que duren, pero este es el momento de los valientes, de los que apuestan por el futuro de Tenerife. Que nuestro destino no luzca cerrado a cal y canto es nuestra responsabilidad, es algo que sí depende de nosotros, que sí es nuestra decisión en estos tiempos en los que todas las decisiones se toman fuera porque nosotros no asumimos la responsabilidad cuando dependía de nosotros, y ahora vamos a contracorriente. Creo que el concepto con el que nació Europa no ha funcionado, los países se han mirado demasiado a la barriga. Por fin esta semana Europa proponía un protocolo a la hora de designar segura una zona, algo que llega tarde pero al menos llega. Ahora hace falta que los países lo asuman y podamos regirnos. Un espacio común de libertad de movimientos exige un marco común que lo regule, y para ello es necesario un protocolo acompañado de medidas reales de control del virus en la isla. La solución no es tan difícil y es clara: tests para todos a la entrada y a la salida, control de población y rastreadores. De eso dependen nuestras familias.

* Director general de Spring Hotels

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