gastronomía

La Verdulería: comida vegetariana, también para los no vegetarianos

Ubicado en la calle Santiago, número 4, el establecimiento está en manos de tres socios, Maren San Vicente, el cocinero, y Josué Torres y Nuria Jiménez que se encargan de la sala

“Nos sorprendió el éxito porque fue abrir la puerta y llenarse el comedor todos los días”. La que habla es Nuria Jiménez, jefa de sala de La Verdulería, un restaurante de comida vegetariana para no vegetarianos al que hay que acudir con reserva o esperar a que quede una mesa libre.

Ubicado en la calle Santiago, número 4, el establecimiento está en manos de tres socios, Maren San Vicente, el cocinero, y Josué Torres y Nuria Jiménez que se encargan de la sala. Fue Nuria, que se declara vegetariana intermitente, quien convenció a Maren y Josué para liarse la manta a la cabeza y abrir La Verdulería.

No es fácil hacer “un restaurante vegetariano para no vegetarianos”, según Maren San Vicente, quien rechaza “sustituir una hamburguesa por otra elaborada sin carne. Lo suyo es “elaborar un menú propio que esté equilibrado con proteínas”. Un ejemplo de ello es la ensalada mesopotámica, que tiene un buen equilibrio nutricional y es que es uno de los fijos de la carta, y que consiste en una ensalada de lentejas con hortelana, verduritas y almendras fritas acompañada de arroz salvaje.

La oferta gastronómica de La Verdulería incluye en su menú diario platos para veganos, aunque matizan que no son un restaurante vegano.

Durante nuestra visita degustamos sus imprescindibles croquetas de salsa thai con guisantes; los noodles satay, unos fideos de arroz salteados con verdura y quorn con salsa satay casera de coco con maní y vegetales encurtidos, francamente buenos; unos sorprendentes patacones La Verdulería hechos con plátano macho, judías rojas en salsa de mole, aguacate, crema de millo dulce, huevito frito de codorniz con ralladura de queso ahumado de Granja Montesdeoca y un Timbal mejicano elaborado con judías rojas, guacamole, pico de gallo, crema agria de tofu, jalapeños y tortillas de maíz fritas, un plato sabroso que invita a repetir.

Gian María, el cocinero dulce, hace que los postres estén a la altura del menú, y ya ha formado un grupo de seguidores incondicionales de sus tarteletas. Pero el cremoso de chocolate blanco con crumble de cacao, mermelada, parchita y fruta fresca o el brownie vegano y la cheescake de queso de cabra con culis de frutos rojos, crumble de canela y gel de rosas suponen un punto y final exquisito al almuerzo o la cena.

Es conveniente reservar para degustar una comida, equilibrada y sabrosa, con producto de kilómetro cero, que satisface a los comensales, que se olvidan de que han disfrutado de un almuerzo o de una cena donde la carne ha brillado por su ausencia.

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