política

Una ruta de consenso para tiempos muy duros

El Parlamento canario aprueba el Plan de Reactivación con el apoyo de todos los grupos políticos salvo el PP, que se abstuvo
Fran Pallero

Cada época tiene su relato. Y los representantes políticos en Canarias han decidido escribir el de la pandemia desde un cierto consenso. Al menos, por ahora. Ayer, en uno de estos raros días tropicales donde el bochorno convive con ráfagas de aire fresco, el Parlamento aprobó el Plan de Reactivación con el apoyo de todos los grupos políticos salvo el Partido Popular, que se abstuvo. Ciudadanos, que no estuvo en la firma del Pacto de Reactivación firmado el pasado 30 de mayo, que sentó las bases del Plan, finalmente se ha incorporado al acuerdo.

No es un Plan del Gobierno del Pacto de Progreso aunque este lo haya impulsado, capitaneado en la sombra por el viceconsejero de Presidencia, el economista Antonio Olivera, a quien citaron un par de veces ayer durante el pleno. “Es un éxito colectivo”, afirmó el presidente del Gobierno canario, Ángel Víctor Torres. Porque incluye también a sindicatos, empresarios, cabildos y municipios. 1.400 millones de euros este año y 4.300 en el período 2021-2023 . Siete ejes que pretenden proteger los servicios públicos y los derechos sociales e impulsar la economía, reconociendo el papel del turismo, pero apuntando a la siempre postergada diversificación de la economía canaria, un objetivo que conecta con las dos líneas que ha marcado la UE para los fondos de reconstrucción: agenda verde y digitalización.

Fran Pallero

Por la mañana, la portavoz de Cs, Vidina Espina, afirmó que faltaban “muchas cosas por concretar” en el Plan , que había que dedicar más fondos aún de los previstos para mejorar la capacidad sanitaria y reducir las ratios en las aulas. Y pidió a Torres que pusiera “orden” en la Consejería de Derechos Sociales, dirigida por Noemí Santana, a quien acusó de no haber sabido gestionar bien el Ingreso Canario de Emergencia. A esas horas, sin embargo, ya reconocía que se debatían entre la abstención y el voto a favor. Aunque “esto no es un pacto de silencio”, afirmó. “Vamos a ser más exigentes si cabe y vamos a pedir que se cumpla hasta la última línea y la última coma de este Plan”.

Fran Pallero

Quien siguió con su crítica implacable fue el PP de María Australia Navarro, aunque finalmente se abstuvieron después de que se aceptaran algunas de sus enmiendas. Antes, Navarro afirmó que el plan no tiene la financiación asegurada y que se trata de “creatividad contable, humo y mucha propaganda”. La líder del PP canario también acusó a Torres de actuar como si la pandemia ya hubiera pasado, pero al mismo tiempo dijo que el presidente va “detrás del virus”, sin capacidad de anticipación ni de solución para los destrozos socioeconómicos que va dejando. Le pidio “menos complacencia y más autocrítica” y bajar los impuestos para “estimular” el consumo.

Quien siempre ha estado en el Pacto-Plan desde que se comenzó a gestar es Coalición Canaria, aunque en algún momento amagó con dejarlo, cuando le pareció que Torres se dilataba mucho en el tiempo, una crítica que repitió ayer su secretario general, José Miguel Barragán, que también afirmo que el acuerdo “no es la panacea” pero sí “una hoja de ruta flexible”. CC busca combinar esa imagen pactista con la crítica a Madrid o a la supuesta tibieza del Gobierno canario. Y su portavoz recordó ayer que quedan fuera del acuerdo temas importantes, como el cumplimiento del REF y el Estatuto, la solución a la crisis migratoria o el impacto del brexit en la economía canaria. Barragán, que volvió a mencionar la necesidad de una buena gobernanza para la ejecución de los fondos que lleguen en los próximos años, puso en duda que Torres cuente con el mejor equipo, tanto en el Consejo de Gobierno como en los cuadros intermedios. Pero lo dijo de una manera peculiar, como si estuviera ofreciendo a cuadros de su partido para paliar esa escasez de talento que él detecta.

También afirmó que la suspensión de las reglas de gasto permitirán al Gobierno canario hacer un presupuesto en mejores condiciones que la que tuvieron Ejecutivos anteriores en épocas de crisis. Y luego se enfadó, incluso amenazó con no apoyar finalmente el Plan, porque Torres le despachó en 30 segundos durante la réplica, tras pedir mayor concreción y mejoras en la ficha financiera del Plan para 2021.

Fran Pallero

“Pido disculpas, medí mal el tiempo”, le respondió Torres con sonrisa de buena gente y ofreciéndose a negociar el punto que reclamaba Barragán al acabar el pleno. A Australia Navarro, Torres le dijo que un pequeño ejemplo de ese ánimo de consenso que atraviesa el Plan es “que unos querían bajar impuestos [como ella] y otros, subirlos, y al final los dejamos como están”. Hasta el portavoz de Sí Podemos Canarias, Manuel Marrero, acabó elogiando el paso de Cs. Desde NC, Luis Campos, contento porque ayer era día de la bandera nacional canaria, también celebraba el acuerdo entre diferentes. Y lo mismo hicieron Casimiro Curbelo, de ASG y Nira Fierro, del PSOE.

En su discurso final, Torres afirmó que esto era “una bocanada” que la clase política ofrecía a la ciudadanía, con una estrategia para salir “mejor” de esta crisis, con la economía más diversificada, más verde. Y apeló a corresponder al esfuerzo de quienes resisten a pesar de estar en ERTE o de quienes abren su tienda sin saber si van a tener clientes. “Esta es la utilidad de la política”, dijo en una rueda de prensa donde comparó el pacto de ayer con la “fantochada” de la moción de censura de VOX.

Quedan años duros. Y nada impide que las tensiones y desacuerdos se reactiven con los malos datos, la frustración consustancial a cualquier crisis, los problemas con Madrid o las torpezas en la gestión. Ni siquiera, que cambien las alianzas y los Gobiernos en esta tierra de promiscuidades políticas. Pero ayer fue un día afinado en el que Reino Unido y Alemania, los dos principales emisores de turistas que llegan a Canarias, anunciaron que sacan al archipiélago de su lista roja de destinos, prestos a los corredores seguros para que empiece a venir gente. Habrá que controlar bien los flujos, porque ellos tienen ya más contagios que nosotros. A dos mil kilómetros de distancia, en Madrid, el líder del PP, Pablo Casado, daba un ‘no’ rotundo a VOX con un discurso homologable al de cualquier partido europeo de centroderecha. En fin, un día extraño de buenas noticias en medio de este año siniestro.

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