Los políticos han convertido algo virtuoso como la frugalidad, la austeridad o el ahorro en reprensible. En su afán por conseguir que las palabras pierdan eficacia, ahora se empeñan en convertir en sinónimos expansivos y anticíclicos -en referencia a los presupuestos-.
El envenenado lenguaje político
Los políticos han convertido algo virtuoso como la frugalidad, la austeridad o el ahorro en reprensible