tribuna

Robos de flores en los camposantos

No descubro nada nuevo, si escribo que los robos de flores y otros objetos fúnebres en las tumbas de los cementerios, siguen siendo el pan nuestro de cada día. Es decir, muchas son las tumbas que cada día de un año cualquiera se han visto despojadas de sus flores depositadas por las respectivas familias más allegadas a los difuntos/as. Más aún, cuando llega el 1 de Noviembre, Día de Todos Santos, donde muchas tumbas se han visto alteradas por la manos de aquellos/as ladrones/as, los cuales sin mostrar sentimientos y respetos por aquellos difuntos a los que han sido saqueados, han robado sus flores. Muchas son las quejas y algunas denuncias al respecto por parte de los seres queridos más afectado, pero al final todo hace indicar que el mecanismo de las instituciones gubernamentales, con el objetivo de poner los instrumentos necesarios en los cementerios, son mínimos, por no decir ninguno.

Recientemente, con motivo del Día de Todos los Santos, un amigo, Pedro Hernández, me comentaba que la tumba de su padre fue objeto de un robo de flores. Flores, que el amigo Pedro había depositado con cariño y amor a su difunto padre en el Cementerio de Santa Lastenia (Santa Cruz de Tenerife). Sin duda, la rabia contenida e impotencia embargaban al buen amigo, pues no entendía como “hay personas que son capaces de robar flores para ponerlas en otras tumbas”.

Ni que decir tiene, que los camposantos de toda la geografía española también se han visto y se sigue viendo, la maldad de aquellos/as ladrones/as que no solo roban las flores de otros muertos; también otros objetos como pueden ser jarrones de bronce, crucifijos y marcos de fotografías. Sin duda, los cementerios siguen “desnudos”, sin herramientas y material humano que puedan impedir e identificar los señalados hurtos fúnebres. Las quejas de los familiares afectados no se ha hecho esperar. Abraham Sánchez: “Esto lleva pasando hace muchos años. Mi padre falleció el 9 de octubre y se lo han quitado un par de veces, y a mi tío también. Mi tía se lo dijo al sepulturero para que se fijara. Esa persona se cree que a nosotros nos sobra el dinero. Nosotros los enramamos con todo el amor del mundo, ya que no los tenemos aquí con nosotros”. Pilar Muñiz: “al nicho de mi familia y de mi abuela, no solo le quitan las flores, también el corcho. Creo que debería tener un poco más de vigilancia y limpieza en los pasillos”. Amalia Hernández: “que triste, porque ya es el único lugar donde se supone que ya nadie tendría que molestar a nuestros seres queridos. Quien hace esas cosas, lo hacen de maldad y sinvergüenza”.

Así pues, dejar flores en el cementerio para nuestros seres queridos es un acto de amor. Sin embargo, hay personas que, al parecer, no tienen valores morales. El robo de flores de un nicho o tumba para colocarlas en otras es un común denominador que se da en la mayoría de los camposantos de toda la geografía española. En otros tiempos como en el presente, las flores naturales eran y siguen siendo robadas. Ahora, no conforme con eso, también se apropian de las flores plásticas para colocarlas en la tumba de otros fallecidos. Sin duda, se trata de una acción vergonzosa.

¡Ay, Ay, si los muertos hablaran y pudieran presentarse de día y noche antes los perjuros que marchitan y roban sus recuerdos y propiedades, ¡cuantos cobardes y criminales salieran huyendo, dando alaridos fuertes y pidiendo perdón, se internasen en hospitales y clínicas, y tal ves no visitaran jamás el campo santo ante el miedo que le afectaría para siempre. Principio del formulario
Por último, si los muertos hablaran y pudieran presentarse de día y noche antes los perjuros que marchitan y roban sus recuerdos, más de uno/a saldrían huyendo de dolor y vergüenza; posiblemente pidiendo perdón por lo que han hecho. ¿Serán esos ladrones/as dignos de ser enterrados algún día en un camposanto?

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