puerto de la cruz

El hombre que hizo del Puerto una ciudad de cine

El periodista sevillano Alfonso Eduardo Pérez Orozco, fallecido el jueves, fue director del Festival Internacional de Cine Ecológico y de la Naturaleza, con sede en el municipio durante más de una década

Era un todo terreno de la cultura, una persona que abarcó todos los campos y la mayoría con éxito. Cine, música y danza -el flamenco- fueron sus tres puntos fuertes. El periodista sevillano Alfonso Eduardo Pérez Orozco (Montellano, 1920-2021) fallecido el jueves tras una larga enfermedad, fue la persona que hizo del Puerto de la Cruz una ciudad de cine.

Alfonso fue director del Festival de Cine Ecológico y de la Naturaleza de Canarias, con sede en la ciudad turística durante más de una década (1983-1990). Un proyecto que nació del exalcalde Francisco Afonso y para el que contó con la experiencia y los contactos del periodista, quien también dirigió el Festival de Cine de Sevilla en 1981 y la IV Bienal de Flamenco en la misma ciudad.

Su curriculum es extenso y destacado. Afrontó proyectos a nivel nacional de gran nivel como las tardes de la radio pública, primero con Estudio 15-17 y, más tarde y con el horario ampliado, Estudio 15-18. En Radio Nacional de España se lo recuerda por el programa Turno de tarde (1982) o Gran cartelera del fin de semana (1983). Cuenta con dos premios Ondas, uno de radio y otro de televisión, así como dos Rosas de Plata del festival de Cannes.

“Alfonso intentó, junto con Paco Afonso y Félix Real que la trilogía turismo, ecología y cine se viera desde el Puerto de la Cruz. Tenia muy buenas relaciones con las compañías y los artistas. Además, era una persona muy culta, con grandes conocimientos, una especie de renacentista de la cultura, que dio mucho de sí y quizás, los portuenses, que no estaban metidos en el festival no lo supieron valorar”, expone el exconcejal Pedro Bellido.

Él trabajó junto al director desde 1985 hasta 1990 como presidente del Órgano de Gestión y de un evento que fue mucho más que un festival de cinematografía: fue un espacio para ver y hablar de cine y un gran acontecimiento cultural y social que dio renombre internacional a Puerto de la Cruz, hasta que la falta de apoyo exterior frustró su continuidad pese a que se volvió a intentar en 2009, en plena crisis económica.

Bellido lo recuerda como “un hombre muy trabajador, que supervisaba todo y que lograba sortear todos los obstáculos que se le presentaban, sobre todo la lucha titánica con la llegada de las películas”. Ya en los últimos años “le cogió el rumbo y el evento iba ganando terreno y prestigio. Además trajo muchos actores y actrices que fueron artífices del festival. Se demostró que conocía bien el mundo del cine y que se manejaba bien con los artistas y las productoras”.

Pruebas que lo demuestren hay suficientes. Destacados artistas y directores visitaron la localidad esos años. Tony Curtis, Ava Gadner, Paco Rabal, María Casanova, Alfredo Landa, Tippi Hedren, o Ben Gazzara son solo algunos ejemplos.

Consiguió que el redactor jefe de The Hollywood Reporter, una de las primeras revistas relacionadas con el cine estadounidense, viniera al festival y que películas como El Oso o Cocoon, llegaran después con gran éxito a la Meca del Cine.

También, que artistas de prestigio y respetados de la época como César Manrique, diseñaran los primeros carteles anunciadores “que se presentaban en Madrid y eso contribuyó también a darle renombre al festival”, recuerda el exalcalde socialista Salvador García, quien también trabajó con Pérez Orozco en una doble vertiente: como concejal en el Ayuntamiento entre los años 1983 y 1987, y como periodista, ya que en esos años era el responsable de la Delegación del Norte de DIARIO DE AVISOS y cubrió varias ediciones del evento.

“Era un ejecutivo fuera de lo común, resolutivo, una persona que afrontaba los problemas cuando le llegaban y prácticamente le llegaban todos los días”, cuenta. En este sentido, subraya que los primeros años “fueron muy difíciles” porque el objetivo era muy ambicioso: crear una iniciativa propia y además, con recursos ajenos, dado que en la industria local no había soporte aunque sí buenos cinéfilos.

Antonio Santana, un portuense amante del cine que ocupó distintos cargos en el PSOE local e insular se convirtió en su más estrecho colaborador y luego en director adjunto.
“Él llegó a crear una estructura de organización del festival cuando fue adquiriendo un cierto prestigio y se plasmó porque el secretario de ese momento -Ceferino Piñas, también sevillano- sugirió registrar el nombre del certamen”, puntualiza García.

Como periodista, ya lo seguía en el programa de RNE La noche abierta y quedó “muy gratificado” con su papel testimonial en la película Solos en la madrugada, de José Luis Garci, en la que aparece entregando un premio al actor José Sacristán.

Paco Afonso quería un evento que tuviera a la ciudad turística en el escaparate de la promoción y alcanzó su objetivo gracias al trabajo y la pasión que puso en ello Alfonso Eduardo y la continuidad de su sucesor Félix Real. Los tres fueron parte de un equipo que logró que en un lugar emblemático como el Puerto de la Cruz se pudiera debatir y difundir cine y posteriormente, actividades científicas y culturales con una respuesta extraordinaria por parte de los más jóvenes.

Un impulso que, desafortunamente, años posteriores no se supo aprovechar y quedó en el olvido.

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