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De la advertencia de “revirarse” de Torres al cambio de modelo

El presidente amaga con enfrentarse a la política migratoria del Estado, pero asume el riesgo de frustrar las expectativas si no hay un cambio profundo del Gobierno central
Fran Pallero

Canarias se “revirará” si el Estado pretende que los migrantes que llegan a las islas se queden aquí, afirmó ayer el presidente canario, Ángel Víctor Torres, durante las preguntas al Gobierno que hubo en el pleno del Parlamento. El problema es que ya dijo lo de “revirarse” hace un par de meses. Y las palabras pierden fuelle cuando se repiten dos veces. Sobre todo, si persiste la sensación de que el Gobierno central ningunea a las islas. Quedan 11.000 de los más de 27.000 migrantes que han llegado desde 2019, según detallaba hace unos días el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana. El resto ha sido deportado -muy pocos-, derivados a la Península o se han marchado por sus propios medios. Pero las imágenes de migrantes bloqueados al intentar viajar, o protestando por las condiciones de centros como Las Raíces, a donde los están trasladando después de meses alojados en hoteles, avivan la tensión: están locos por marcharse y los llevan a una nevera. Imagínense el shock.

La migración lo atraviesa todo, con petición de dimisión incluida del diputado del PP, Manuel Domínguez, al consejero de Administraciones Públicas, Julio Pérez, que apenas tiene competencias sobre el tema, más allá de emergencias y seguridad, pero que se ha convertido en el portavoz oficioso en materia migratoria, a pesar que hay un responsable de inmigración en la Consejería de Derechos Sociales. “Si mi dimisión fuera a solucionar el problema, céseme ya, presidente”, le decía Pérez a Torres después de darle un pequeño sopapo dialéctico a Domínguez .

Antes, ya había tenido un intercambio con el diputado de CC Oswaldo Betancort, que lleva desde hace más de un año protestando porque el SIVE, el sistema de vigilancia para detectar la llegada de pateras y rescatarlas, no estaba operativo en una zona de Lanzarote. Ahora que parece que el Estado lo va a instalar en Haría, le pedía a Pérez que el Gobierno regional informe positivamente para que cambien el futuro emplazamiento unos metros -a donde ya hay una instalación de telefonía-, y evitar así una mayor afección a un paraje natural. Pérez no dijo ni que sí ni que no, pero sí evidencio que aquello por lo que Betancort había protestado tanto ya se iba a ejecutar.

Para el presidente del PNC, Juan Manuel García Ramos, lo que hay que hacer es darle sustancia al punto tres del artículo 144 del Estatuto de Autonomía, que dice que “La Comunidad Autónoma de Canarias participará en las decisiones del Estado sobre inmigración con especial trascendencia para Canarias, dada su situación geográfica, a través de los órganos de coordinación previstos en la legislación sectorial”. García Ramos exigió ayer activar el proceso para transferir las competencias pendientes del nuevo estatuto, más allá de costas, tutela financiera y defensa de la competencia en los mercados, que son ahora las prioridades del Gobierno. “Debemos enfrentar la cuestión migratoria como un Gobierno adulto y no como un Gobierno subalterno”, afirmó.

El subalterno no tiene un espacio para que su voz se escuche, como recordaba la filósofa Gayatri Spivak en ‘¿Puede el subalterno hablar?’, un ensayo fundamental de los estudios poscoloniales. Por eso hay que huir de ahí como de la peste. Negociar siempre con “firmeza” con el Estado, como afirmaba ayer el diputado de Sí Podemos Canarias, Manuel Marrero, acaso el diputado con la voz más sosegada de la izquierda mundial. Pero también recordaba la enorme dependencia exterior del archipiélago. Y la dependencia te desgasta la voz propia.

Se está hablando más estas semanas de las competencias pendientes, espoleado también el debate por Nueva Canarias, en su disputa nacionalista con CC y marcando perfil propio en el Ejecutivo autónomo. Aunque el consejero Pérez recordó ayer, tras una pregunta del portavoz de NC, Luis Campos, que se trata de pedir las que se pueden asumir ahora. “Por ejemplo, ahora no nos interesa asumir prisiones”, aclaró. “El objetivo es mejorar los servicios públicos”, explicó. Aunque sí trazó ese horizonte en el que casi todo dependa ya de nosotros, de nuestra responsabilidad, y no hablemos de Madrid. A más de uno le va a dar un pasmo si llega ese momento…

También se habló de economía, con las cifras calamitosas del PIB, que cayó un 20% en 2020, los 280.000 parados, las 4.000 empresas canarias que han cerrado en la pandemia y la enorme pobreza. “Las listas del hambre”, dijo la ayer la diputada del PP, Luz Reverón. Torres se escudó en que el 65% de la economía canaria depende del turismo y no se pueden “fabricar turistas”. Y afirmó, después de escuchar las críticas del diputado de CC Pablo Rodríguez acusando de inacción al Gobierno, que ha habido 95 millones en ayudas directas a los subsectores afectados por la crisis, y que este año se sumarán 165 millones, además de 236 millones de aplazamientos fiscales. Alcanzarán a 20.000 empresas, según explicaba por la tarde la consejera de Economía, Elena Máñez, que acusaba a la oposición de crear “desesperanza” con sus críticas. Unas ayudas bien recibidas por los empresarios, según el vicepresidente, Román Rodríguez. Pero insuficientes para enormes carencias, según Casimiro Curbelo, de ASG, que pedía activar la persuasión en Madrid para que el Estado dé también las suyas a los sectores en crisis, más allá de los préstamos ICO y los aplazamientos.

Ayer, Torres recordó los fondos europeos, por ahora 543, que vienen para comenzar un cambio de modelo productivo que se está pergeñando a largo plazo en el Gobierno con la colaboración de las universidades canarias y el sector privado. Aunque la necesidad no espera por los planes a largo plazo, y, por eso, es fundamental un buen colchón social, para que no sigan creciendo el número de familias que reciben comida de ONGs.

Los datos de la pandemia mejoran en Canarias, como señalaba ayer el Gobierno, pero “la vacunación masiva” es el único instrumento para activar de verdad la economía. “Hasta que no se de, la crisis campará a sus anchas”, señalaba ayer Rodríguez, que defendía que la respuesta a europea y española a crisis económica actual frente al austericidio de la Gran Recesión que comenzó en 2008.

Donde Europa y España hacen aguas es en Las Raíces.

 

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