nutrición y cocina

El virtuoso sustituto de la cebolla que muy pocos usan en la cocina

Es una verdura de temporada en invierno, rica en fibra, folatos (importantes para las embarazadas) y vitamina C que ayuda al cuerpo a combatir los radicales libres, a sintetizar el colágeno y a absorber el hierro de los alimentos. Además, tiene muy pocas calorías

La cebolla es uno de los ingredientes más recurrentes de la cocina canaria y mediterránea. Pero si su sabor te resulta muy fuerte hay otro aliado para ti en la cocina que tiene un sabor mucho más suave. Es una hortaliza de la que se aprovecha todo y aunque puedas verla envasada y cortada con los troncos blancos, no vayas a creer que esa es su única parte comestible. Si lo compras entero a granel, aparte de reducir el plástico del envase, podrás aprovechar la partes blanca y verde de las hojas y darle utilidad en más recetas. Hablamos del puerro.

El puerro es una verdura de temporada en invierno y es rica en fibra para una flora intestinal saludable, folatos que son muy importantes para las mujeres embarazadas y vitamina C que ayudan al cuerpo a combatir los radicales libres, a sintetizar el colágeno y a absorber el hierro de los alimentos. El 90% de esta hortaliza es agua por lo que tiene muy pocas calorías. Yo los compro en supermercados Lidl Canarias porque son de productores canarios y así apoyo a la economía local de las islas.

La parte blanca del puerro

Es la que más usamos. En cremas, fritatas, tortillas, quiches, tartas saladas, en sofritos o como base de salsas. Su sabor suave lo convierte en un ingrediente básico. Para comerlo hay que limpiarlo bien y eliminar cualquier resto de tierra. Se corta y se tira la base final y las primeras capas de la superficie. Luego lo enjuagamos bien bajo el grifo o sumergiéndolo en agua, lo secamos y listo para cocinar.

La parte verde del puerro

Esta parte que muchas personas desperdician porque no saben las posibilidades que ofrece. Puedes utilizarla para hacer sabrosos caldos caseros de verdura, pollo, carne o pescado. Añade al caldo otras verduras como zanahorias, judías verdes, calabacín o papas y tendrás una deliciosa sopa. También puedes cortarlo en rodajas finas o en juliana y freírlos para dar un toque original y crujiente a tus platos. Lo puedes comer crudo cortado muy finito para dar frescor a tus ensaladas.

Guárdalo refrigerado o congelado

¿Sabías que hay verduras que se pueden congelar? Esta es una de ella. Si no lo vas a consumir en el momento o en pocos días puedes congelarlo para más adelante y evitarás desperdiciar comida. Lávalo bien y elimina restos de tierra. Sécalo con papel de cocina y guárdalo en una bolsa con cierre hermético o film transparente y llévalo al congelador.

Son consejos de la nutricionista María Alcázar García como parte de una iniciativa de Diario de Avisos y supermercados Lidl en Canarias para mejorar los hábitos alimenticios de los canarios.

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