fútbol americano

La implacable legión tinerfeña de los Stings de Guadalajara

Dieciocho de los integrantes del conjunto alcarreño, entre jugadores y técnicos, proceden de la Isla y refuerzan al equipo morado en sus partidos de competición a nivel nacional
La mayoría de los integrantes tinerfeños de los Guadalajara Stings, antes de su último partido. / DA

Pablo Hernández, Jean Claude Liján, Hugo Quintana, Javier Pérez, César Perdigón, Eleazar León, David Rodríguez, Samuel Melián, Jorge Darias, Alejandro Moreno, Alejandro Peraza, Jorge Hernández, David Rijo, Adexe Rodríguez, Gabriel San Blas, Carlos de la Vega, Jorge Ravelo y Nacho de Lucas. Sus nombres no suenan por megafonía, no son presentados ante una multitud enloquecida, pero para los Guadalajara Stings son algo más que estrellas.

Estos locos del fútbol americano son tinerfeños o de procedencia tinerfeña que han decidido embarcarse en una aventura que no pueden vivir en la Isla. La falta de competición y la necesidad han hecho posible esa fusión tinerfeño-alcarreña que tan bien ha maridado.

Y es que el grupo tinerfeño ha reforzado al conjunto castellano manchego en sus últimos partidos de competición nacional y lo ha hecho con éxito deportivo pero, principalmente, con camaradería en un equipo donde “cabe todo el mundo”, tal y como explica su presidente, Andrés Pérez.

De esta forma, desde la experiencia de algunos y la ilusión de todos, se ha ido dando forma a un proyecto que quiere crecer aunque sea desde fuera hacia dentro. “Haciendo uso de una de las máximas que los que practicamos este deporte llevamos dentro nos remitimos a los que más saben, a los que más tiempo llevan jugando, sufriendo, disfrutando y viviendo su vida en tres puntos”, contaba Pérez.

Cansados de encontrar sistemáticamente la negativa de instituciones públicas, empresas y organismos privados, la solución estaba fuera. Tocar en la puerta de amigos del fútbol americano, de pioneros de este deporte en España, tuvo su recompensa para este grupo donde hay estudiantes, gente sin trabajo, empleados por cuenta ajena… gente que tiene que asumir los gastos de un material que no es nada barato, una ficha federativa, un seguro médico y los viajes a tierras peninsulares.

Midiendo cada céntimo en lo económico, despilfarrando una fortuna de ilusión, llegó la posibilidad de hacer brotar esa semilla que se lleva cosechando en Canarias con “un grupo de chavales y chavalas que están dando el 150 por ciento en cada entrenamiento para hacer captación de gente, para estar a la altura de las circunstancias que requiere un deporte tan exigente como este que, poco a poco se está convirtiendo en una familia”.

El contacto con los Stings de Guadalajara es lo que le faltaba a estos muchachos. “El club dispone de ayudas para poder importar jugadores cada temporada dándole alojamientos universitarios, orientación cultural y diversificación estudiantil con proyectos de práctica deportiva como base de cambio”, relata Pérez.

En Tenerife siguen siendo “un equipo sin la autononmía económica suficiente como para poder competir”, pero que no se va a rendir porque han recibido “patrocinios, donaciones y aportaciones que vienen desde el corazón de las personas” y eso es lo que hace correr la sangre por las venas de la legión tinerfeña cada vez que se pone la camiseta de los Stings.

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