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“Si a una mujer se le ofrece un puesto de responsabilidad lo tiene que coger”

Sonia García Fariña, presidenta de la asociación de mujeres empresarias y profesionales BPW Canarias
Sonia García Fariña, presidenta de la asociación de mujeres empresarias y profesionales BPW Canarias. /S.M.

Siempre le gustó el mundo de la empresa. Sonia estudió Económicas en la Universidad de La Laguna (ULL) y pronto empezó a trabajar como auditora. Al poco tiempo se marchó a Reino Unido a trabajar en la City de Londres donde estuvo en varias empresas. Ya en ese entonces entró en un grupo pionero que comenzaba a trabajar por el medio ambiente y la sostenibilidad y fue cuando se le despertó el gusanillo por el desarrollo sostenible. Tras siete años en el país británico regresó a Canarias.

-¿Cuándo se dio cuenta de que quería trabajar por su cuenta?
“Fue cuando regresé a la Isla. Me di cuenta de que quería hacer las cosas de otra manera, y entonces creé mi propia empresa de consultoría, donde hacemos proyectos de estrategia interna, pero siempre desde la visión de la sostenibilidad. Además, usamos metodología distinta, por ejemplo, usamos el Lego y la pintura. En las reuniones las ideas las plasmamos pintando. En ese tiempo me fui relacionando con muchas mujeres empresarias y me di cuenta que nos protegían. Me empecé a preguntar qué mundo quería para mi hija y quise cambiar las cosas. Me pongo a ver distintos movimientos asociativos femeninos y coincido con otras mujeres que tienen la misma inquietud y fundamos la primera asociación de mujeres profesionales y empresarias de Tenerife en 2017. Después, justo antes de la pandemia en 2020 dimos un paso importantísimo entrando en la Federación Business Professional Women (BPW). Lo que queremos ahora, al dar este paso, es unir a todas las mujeres empresarias y profesionales de canarias”.

-¿Por qué es tan importante para una mujer pertenecer a esta asociación?
“Pues porque tenemos detrás la fuerza de la mayor red de mujeres empresarias y profesionales del mundo. Estamos presentes en 110 países de los cinco continentes. En España hay ya 17 asociaciones”.

-¿Solo pueden pertenecer mujeres a la asociación?
“Si, a la asociación solo pueden pertenecer mujeres, pero también tenemos un apartado que son los amigos de BPW a la que pueden unirse aquellos hombres que creen en nuestro proyecto y objetivos”.

-¿Y cuál es el objetivo de la asociación?
“A parte de visibilizar el papel de la mujer en la empresa, denunciar, con datos, situaciones donde todavía hay desigualdad entre hombres y mujeres: brecha salarial, profesiones muy masculinizadas, tasas de alta dirección, contratos precarios, conciliación laboral. Fíjese que en este asunto de la conciliación, hicimos un estudio hace dos años y una de las conclusiones era que las mujeres queríamos conciliar para ir a casa y cuidar de nuestros hijos, y los hombres para ir hacer deporte con sus amigos”.

-Vaya.
“Es que desde pequeños hay que trabajar que la conciliación no debe ser algo de las mujeres, sino de ambos. Está claro que uno puede conciliar su vida laboral y familiar como quiera, pero lo que no puede ser es que también en eso la carga vuelva a recaer en la mujer”.

-Bueno, pero en eso tenemos algo de culpa nosotras porque también podemos conciliar para salir con nuestros amigos o hacer deporte.
“Efectivamente. Por eso le digo que es muy importante trabajar esa cuestión desde la infancia. Y asociaciones como la nuestra deben servir de ejemplo a muchas mujeres. No vamos a cambiar determinadas situaciones de un día para otro, pero sí poco a poco. Mire, cuando a una mujer se le ofrece un puesto de responsabilidad lo tiene que coger por responsabilidad con ella y por las que vienen detrás para que la vean como ejemplo. Nosotras somos la única asociación de mujeres en CEOE España y tenemos que estar ahí. Va a haber cuatro mujeres canarias en un evento de la ONU el martes y tenemos que estar ahí”.

-¿Y tienen receptividad por parte de las empresas?
“Pues, fíjese que desde que empezamos a trabajar hace tres años no hemos parado. Nos hemos encontrado de todo; desde gente más cerrada hasta empresarios que nos dicen que no pensaban que la situación estuviera así. Porque mire, cuando tú pones un dato sobre la mesa de forma objetiva es incontestable”.

-¿No cree que el hecho de ser solo una asociación de mujeres les puede perjudicar al relacionarlas con el feminismo más crítico de mujeres en contra de los hombres?
“No le digo que pueda haber algún caso, pero la sensación que tengo es la contraria. Me he encontrado con hombres que quieren unirse con nosotras para trabajar juntos para romper esas desigualdades. Es que el camino no se entiende de ninguna otra manera. Cada uno defiende el movimiento como crea, pero yo no me he encontrado a nadie radical, sino gente que habla de construir una sociedad igual y mejor desde el trabajo conjunto”.

-Pero ustedes forman parte de una asociación solo de mujeres.
“Tiene razón. Es cierto que a lo mejor pueden pensar eso de nosotras, pero somos una asociación solo de mujeres porque primero nosotras tenemos que entender lo que está pasando y después trabajamos conjuntamente. El año pasado por ser parte de BPW pudimos estar en los encuentros que organizaba Naciones Unidas y el 8 de marzo estuvimos por fuera de fábrica incendiada en la que murieron más de 120 mujeres. Le digo que fue impresionante y todavía se me ponen los pelos de punta al recordarlo”.

-¿Existe realmente la brecha salarial? Porque las medias son perversas. Si haces la media de la misma categoría profesional es lógico que la media baje.
“Claro es que ahí ya tiene un indicativo. ¿Por qué las mujeres ocupan más puestos de cajeras o de cuidadoras que ingenierías? Pero, ¿qué se esconde detrás de la brecha salarial? Los contratos precarios que están muy por encima de los hombres. Hacemos más sustituciones, jornadas reducidas… y eso hace que haya muchos criterios que no sumen. No solo es a igual trabajo igual salario, porque eso es muy difícil que esté descompensado porque hay una ley que lo protege. ¿Dónde se ve esa brecha? En los plus”.

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