economía

Las moratorias son bienvenidas, pero mejor si hay más flexibilidad

Los expertos valoran positivamente que se prolonguen las medidas excepcionales para los concursos de acreedores y los ERTE, pero echan de menos más coordinación con Hacienda y la Seguridad Social
Estar preparado para cuando retorne la actividad, clave para las empresas. DA

La extensión de la vigencia de medidas como la moratoria en la obligación de presentar los concursos de acreedores o los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) son bienvenidas, pero su eficacia sería mayor si vinieran acompañadas de un nivel similar de flexibilidad por parte de Hacienda o la Seguridad Social.

Así lo entienden los especialistas consultados ayer por DIARIO DE AVISOS tras el anuncio efectuado en Lanzarote por la ministra de Turismo, Reyes Montero, sobre la ampliación de los ERTE en el sector turístico, que su colega de Seguridad Social, José Luis Escrivá, ya reconoce que será general por un periodo de entre tres y cuatro meses. Dichos expertos son tres abogados tinerfeños especializados en este tipo de asuntos (Tomás González Jorge, Carlos Gómez y Carlos Luis González) y la directora general de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Lola Pérez.

Sobre la relevancia del tema, basta con recordar que cerca de 90.000 trabajadores isleños están hoy sumidos en un ERTE, y que Canarias es la comunidad donde se prevé que aumente en mayor medida el número de concursos este año.

Entre todos los consultados hay coincidencia general en lo básico: tanto la moratoria de los concursos como los ERTE son medidas positivas, porque ayudan considerablemente a mitigar los efectos de la crisis derivada de la pandemia

“Ambas medidas son absolutamente necesarias y positivas por cuanto que sin ellas la viabilidad de muchas empresas se veía seriamente comprometida”, razona Carlos Luis González, “aunque las circunstancias van cambiando, y nadie sabía cuánto tiempo iba a durar esta situación”, apostilla Lola Pérez. Tanto Carlos Gómez como Tomás González coinciden tanto en lo positivo de dichas medidas como en aplaudir su prolongación en el tiempo. “Si las circunstancias no han cambiado, las razones para aplicar estas excepcionalidades siguen siendo igual de válidas”, apunta Tomás González, si bien Gómez recuerda que “no debemos olvidar que los objetivos de un concurso son, por un lado, facilitar la recuperación del deudor y, por otro, que los acreedores cobren total o parcialmente sus créditos contra el deudor. Por tanto, evitar los concursos pueden afectar a la circulación monetaria y bloquear la situación, pudiendo agravar la situación de insolvencia de los deudores y, en su caso, convertirse en irrecuperable”.

Aquí llegan las dudas. Por mucho que estas medidas sean positivas, ¿no tendrá su prolongación en el tiempo un indeseado efecto negativo al desvirtuar la realidad de las empresas, que se mantendrían así de forma irreal, al haber perdido su viabilidad sin que ello tenga consecuencias inmediatas? “Cerrar una impresa es complicado, pero más difícil aún es abrirla desde cero”, sentencia Lola Pérez, “A pesar de estas medidas, el volumen de concursos no ha disminuido, porque lo importante son las herramientas legales que ofrece al empresario no solo para evitar el cierre, sino para estar preparado en cuanto retorne la normalidad, que esperemos llegue pronto gracias a las vacunas”, añade Tomás González.

Los expertos siempre coinciden en este punto: “No hay que esperar al último momento para explorar las soluciones que hoy en día nos da la legislación vigente”, insiste Carlos Gómez. Para Carlos Luis González, que también reclama consultar con tiempo a los especialistas, “en el caso canario es necesario dar oxígeno al sector turístico hasta que a partir del verano y con la vacunación masiva en Europa puedan reiniciar su actividad. Habrá un sobrecoste en sus balances y algunas empresas no podrán sobrevivir, seguramente, pero entiendo que estas medidas de apoyo son imprescindibles e incuestionables”.

Pero hay una nota discrepante sobre la efectividad de estas medidas y la posible merma que supone la falta de coordinación con la política tributaria. “Por una parte, tenemos esta moratoria para los concursos de acreedores y los ERTE, pero mientras continúen los apremios y embargos desde la Tesorería General de la Seguridad Social y Hacienda, de poco pueden servir esas medidas”, lamenta Gómez. Por su parte, Lola Pérez abunda en el tema: “Desde la Cámara hemos solicitado para Canarias, aunque sea de forma transitoria, bonificaciones del 50% en las cotizaciones de los trabajadores en la Seguridad Social, una medida existente en Ceuta y Melilla, y también abogamos por la creación de estímulos para la contratación”.

Tanto Carlos Luis González como Tomás González recuperan el consejo de no esperar al último momento “porque estando en concurso se pueden evitar los embargos de la Seguridad Social y capear el temporal”.

Para todos, el objetivo es el mismo: prepararse de la mejor manera posible para afrontar la recuperación.

 

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