ciencia

Lidia Robaina Robaina: “Los docentes debemos apostar por seguir a la vanguardia del conocimiento científico”

Doctora en Ciencias del Mar, ha centrado sus investigaciones en el área del conocimiento de la acuicultura y el desarrollo sostenible
Lidia Robaina Robaina. / Foto cedida. Fotógrafo: Jaime Cerdán

Por Dolores Hernández Díaz, periodista
www.canariascienciasyletras.com

-Sus 80 proyectos de I+D+i y sus 100 publicaciones científicas han hecho posible su reconocimiento, desde 2018, como una de las cuatro investigadoras de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Ulpgc) de mayor prestigio y relevancia internacional. ¿Lidia Robaina considera la investigación como el eje vertebrador del docente universitario?
“Sin lugar a dudas sí, al menos yo no lo veo de otra manera. La mayor parte de la investigación científica ha sido promovida desde las universidades, y debemos apostar por continuar en esa línea. Son los docentes, investigadores y estudiantes de los distintos niveles los que generan en los laboratorios, unidades e institutos semillas de innovación y desarrollo, asociadas a esas necesidades globales que comentaba antes. Y para ello, los docentes debemos apostar, cada uno desde sus propias especialidades, por seguir a la vanguardia del conocimiento científico”.

-En la década de los 90, usted comienza su actividad investigadora en acuicultura. Período que coincide con la gestación de esta como sistema productivo en el archipiélago canario. Desde entonces, algunos agentes sociales han cuestionado su impacto medioambiental. ¿Qué mecanismos han sido necesarios para incrementar la sostenibilidad de la acuicultura en las Islas?
“La acuicultura, si bien es un sistema de producción milenario, renovada y con gran potencial de crecimiento tal y como la conocemos en la actualidad no tiene más de 60 años, de los cuales ha empezado a ser algo cada vez más conocido y cercano solo en los últimos 30. Efectivamente, coincidiendo con esa década de los 90 en que fueron instauradas en Gran Canaria las primeras jaulas flotantes promovidas, desde el entonces recién creado Grupo de Investigación en Acuicultura de la Ulpgc. Es, por tanto, algo nuevo y en cierta forma desconocido que ha tenido detractores, cada vez menos, no solo aquí, sino también en muchas otras partes del mundo. Desde los 90 hasta la actualidad son muchas las mejoras conseguidas tanto a nivel productivo como en los reglamentos asociados a esta producción, con el fin último de reducir, como para cualquier otro sector, su propia huella en el medio ambiente. Si algo se tiene claro en los últimos 30 años a escala global es que la producción controlada de organismos acuáticos ha venido para quedarse, crecer y ser cada vez más sostenible. La acuicultura representa el sector de producción animal con mayor porcentaje de crecimiento anual en los últimos 10 años, de manera cada vez más competitiva para que ese crecimiento revierta en productos de calidad certificada y la máxima sostenibilidad ambiental. La investigación y la ciencia, unido al interés de las propias empresas, han propiciado mejoras continuas en multitud de aspectos, desde los propios diseños de los sistemas y automatismos y controles incluso remotos hasta mejoras en los piensos y ajustes en la alimentación”.

-Usted es la responsable del Área de Nutrición del Grupo de Investigación en Acuicultura del Instituto de Investigación Ecoaqua de la Ulpgc. ¿Qué objetivos marcan la gestión de la Planta Piloto de Productos y Procesos para la generación de materias primas, aditivos y piensos?
“Esta planta piloto es la única de estas características en Canarias. Ha sido diseñada para el procesado de calidad alimentaria y cuenta con distintas salas de trabajo y equipamiento a escala piloto para prestar servicios de procesado y valorización de productos y subproductos, de manera versátil, tanto para peces como para otros objetivos en los que sea necesario manipular productos biológicos. En la línea del proyecto Baqua, tenemos otros en marcha con otro tipo de productos como microalgas y macroalgas, distintas especies, para lo que estamos trabajando de manera muy efectiva tanto con el Banco Español de Algas como con el ITC en la mejora de aditivos y piensos para peces. También trabajamos con subproductos de aloe vera y bagazo de la producción de vino locales y estamos comenzando con la evaluación y procesado de dátiles (Proyecto Islandap-Advanced), en cooperación también con expertos del ICIA. A corto plazo pretendemos abrir otra línea de mucho interés para nosotros, como es el procesado de descartes de pescado locales para la producción de aditivos, harinas y aceites. Apostaremos por una gestión orientada cada vez más y mejor a la transferencia del conocimiento; más eficiente en la gestión de los recursos de la planta piloto para dar cabida a más proyectos e investigadores, que a su vez redunden en nuevos equipamientos y procesos. Para el proyecto Aquacircular estamos produciendo y testaremos en unos meses nuestros primeros piensos piloto con el máximo de materias primas locales. Esperamos poder contar en breve con una extrusora de tamaño medio, lo que daría un salto cualitativo y cuantitativo a la posibilidad de servicios y transferibilidad de nuestros resultados”.

-Usted es una de las investigadoras del proyecto europeo Life Baqua, Solutions through the new use for a waste of banana crop to develop products in aquaculture and plastics sector, (2016-2019). Los estudios demostraron que los residuos de los cultivos del banano (pseudotallo y la flor del racimo del banano) son una materia prima alternativa, con un amplio potencial. ¿Qué supondría para Canarias su implementación?
“La verdad que son muy pocos los subproductos que a escala global pueden tener potencial como materia prima alternativa para piensos, y ello sobre todo se debe a problemas de poco tonelaje y por tanto pobres escalados posteriores. Eso no ocurre con los subproductos del cultivo de plátanos, donde sobre todo el pseudotallo (rolo) y otros productos novedosos como la flor, que son desechados, suponen cantidades considerables. Los resultados efectivamente demostraron que existe potencial; fuimos capaces de sustituir en lubina todo el maíz de las fórmulas por harina del tallo con crecimientos incluso mejores que con el control. Estos compuestos tienen además cantidades considerables de otros nutrientes, como minerales, y cuentan con bioactivos de renovado interés, como pigmentos y polifenoles, sobre todo en la flor. He sido, como bien indicas, una de las investigadoras del proyecto, en colaboración con compañeros del Centro de Fabricación Integrada de la Ulpgc, coordinadores de la propuesta, y está en el ánimo de todos los participantes que los resultados obtenidos puedan ser transferidos de manera efectiva a la menor brevedad. Para Canarias supondría una ventaja competitiva en la producción de plátanos, dando lugar a industrias biotecnológicas asociadas para la generación de coproductos de valor tanto a partir de subproductos primarios (fibras) como secundarios (pulpas y otros), y promoción de empleos especializados. Cuantitativamente, sí que no me atrevo a decirte lo que esto podría suponer para Canarias, esto lo sabrían contestar mejor los compañeros de ingeniería”.

Lea la entrevista completa en: www.canariascienciasyletras.com

TE PUEDE INTERESAR