la palma

Juan Carlos consigue operarse en Venezuela, pero aún recoge donativos para pagar al Hospital

Su hermana Isabel González trata de reunir algo más de 1.500 euros que le quedan por abonar, después de haber recaudado unos 2.000 tras su denuncia en DIARIO DE AVISOS
Juan Carlos González llegando a su habitación del Hospital Maternidad La Floresta de Maracay, donde fue operado de urgencia de la cadera | CEDIDA

“Gracias a todos mis hermanos canarios”. Es el mensaje que Juan Carlos González lanzaba ayer desde una camilla del Hospital Maternidad La Floresta de Maracay, en Venezuela, donde fue operado de urgencia el pasado fin de semana de la cadera, que se había fracturado mientras iba en bicicleta. Una intervención que asciende a algo más de 3.500 euros y para la cual su hermana Isabel, residente en la isla de La Palma desde hace 40 años, ha estado recogiendo donativos, tal y como informó DIARIO DE AVISOS. No obstante, pese a haber pasado por el quirófano, Juan Carlos y su familia todavía han de pagar el importe de la factura.

Al arranque de esta semana, Isabel acudió a su entidad bancaria. En su cuenta corriente contaba con unos 2.000 euros de más. Era el fruto de la generosidad manifestada hasta ahora por la sociedad palmera, a raíz de su dramática situación. Y de esos recursos, que cada vez se acercan más al coste de los gastos médicos, hizo dos transferencias, de 1.200 y 700 dólares, a La Floresta; es el adelanto que el centro hospitalario le ha solicitado, a la espera de que ingrese el dinero restante, que confía en reunir a la mayor brevedad apelando a la solidaridad isleña.

Según cuenta la familia en conversación con este periódico, todo se precipitó entre la noche del viernes y el sábado. Juan Carlos llevaba 21 días postrado en el suelo de su casa por los fuertes dolores que padecía, y su otra hermana, Reina, que también vive en el país latinoamericano, logró que la junta del Hospital, vista la gravedad de su caso, decidiera asumir el riesgo de implantarle la prótesis que necesitaba. Así, el traumatólogo ortopedista Noe Olival se puso los guantes, cogió el bisturí y efectuó la intervención, que incluso fue algo más complicada de lo que se preveía en un inicio, pero que finalmente “resultó todo un éxito”, explican los allegados.

Juan Carlos González y su hermana Reina, quien consiguió que el Hospital accediera a operarlo sin pago anticipado | CEDIDA

“Afortunadamente, el personal gerencial de la clínica hizo una concesión especial para el caso de mi hermano y lo pudimos intervenir, a pesar de que aún no tenemos el dinero para cancelar (pagar), así que en el transcurso de la semana, gracias a sus aportes, vamos a ir amortizando esa deuda. Por eso queremos agradecerles muchísimo su generosidad, desearle mucha salud a todos los que han contribuido y que cada aporte que han hecho se les multiplique”, señaló Reina en un vídeo que ha hecho llegar a esta redacción.

Cabe recordar que el varón se desplazaba en bicicleta ante la imposibilidad de asumir el precio del combustible para su coche, que se ha disparado hasta el punto de que son varios los venezolanos que han decidido dejar de utilizar sus vehículos y relegarlos a un rincón del garaje. Juan Carlos, además, se encontraba buscando trabajo. Previamente, había estado en nómina de distintos hoteles como botones, hasta que la crisis sanitaria de la COVID-19 arrasó con todo el sector. Entonces se dedicó a repartir frutas y hortalizas en un camión, que más tarde la dueña de la empresa tuvo que vender por estar atravesando dificultades económicas. Y, en ese contexto, el hijo de un tijarafero que, como tantos otros isleños, emigró en busca de un futuro mejor, tropezó y cayó, comenzando su particular batalla por recuperar la movilidad.

Por su parte, Isabel González, que es conocida en La Palma por haber trabajado en establecimientos de hostelería y restauración, así como por su labor en Cruz Roja, donde pasó por los departamentos de Intervención Social, Accesibilidad y Teleasistencia, es la que ha tratado de echarle una mano desde el otro lado del Charco. Junto a ella, los padres de ambos, que, indican, se salvaron de un terrible final, puesto que Venezuela se halla sobrepasada por la pandemia y, si ya de por sí en los últimos años su sanidad era frágil, ha llegado al colapso. Es por ello que continúa recogiendo donativos en el número de cuenta con IBAN ES48 0182 3630 8602 0159 8922.

Exteriores del Hospital Maternidad La Floresta, ubicado en Maracay, Venezuela | DA

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