búsqueda de anna y olivia

Ni el Ángeles Alvariño obra el milagro de dar con pistas sobre Anna y Olivia

El barco navegó ayer de nuevo sobre el área de referencia, pero también se internó hacia zonas más al sur y lejanas a la costa
Un deportista practica con el buque oceanográfico en plena faena como telón de fondo. Sergio Méndez
Un deportista practica con el buque oceanográfico en plena faena como telón de fondo. Sergio Méndez

Ni el Ángeles Alvariño, un buque del Instituto Español de Oceanografía que, sin lugar a dudas, aporta la tecnología más avanzada que las autoridades de nuestro país pueden hoy en día facilitar para una búsqueda de la características que nos ocupa, parece obrar el milagro de encontrar en las profundidades submarinas existentes frente a la vertiente este del término municipal de Santa Cruz de Tenerife con alguna pista que ayude a dar con el paradero de las dos niñas desaparecidas junto a su padre el pasado 27 de abril en la Isla.


Nada se sabe desde entonces qué ha pasado con las pequeñas Anna y Olivia, de uno y seis años de edad, respectivamente, a tal punto que la Guardia Civil mantiene abiertas las principales hipótesis que se manejan desde entonces, y entre las que figura, lógicamente, a dónde iba y qué objetivo perseguía dicho progenitor ausente, un varón de 37 años llamado Tomás Gimeno, cuando, en la noche de autos, zarpó en dos ocasiones desde la Marina santacrucera tras anunciar por vía teléfonica a su expareja y madre de las niñas, Beatriz, que no volvería a verlas y que se encargaría él de cuidarlas.


Lo cierto es que, tras zarpar por segunda vez, nada más se supo de Tomás, quien antes cargó unas bolsas en su embarcación de recreo, aparecida vacía y la deriva al día siguiente frente a la costa del Puertito de Güímar, a donde seguramente llegó empujada por las corrientes desde que nadie estuvo en condiciones de manejarla.


Por datos derivados por circunstancias tales como las conversaciones telefónicas que mantuvo a esas horas con Beatriz y los cálculos sobre el gasto de combustible de la embarcación de recreo, los especialistas de la Guardia Civil y los responsables del buque oceanográfico optaron por priorizar un área ubicada frente al término municipal capitalino que, lamentablemente, presenta un nivel de dificultad casi insalvable si, como se pretende, el objetivo está puesto principalmente por dar con esas bolsas que cargó Tomás y que no han aparecido.

Dificultad


Los empinados y abundantes precipicios submarinos en el lugar, así como lo rocoso del fondo, han arruinado hasta ahora los encomiables esfuerzos llevados a cabo en esta campaña del Ángeles Alvariño, pese a que desde que comenzó el pasado domingo no ha dejado de trabajar las 24 horas del día. Ayer se volvió a rastrear el área principal pero hubo tiempo para otros lugares, cada vez más lejanos de la costa y situados más al sur.

El portavoz de la familia pide a Tomás que se ponga en contacto con ellos

El presidente de SOS Desaparecidos y portavoz de la familia de Beatriz, madre de las niñas desaparecidas en Tenerife desde el 27 de abril, publicó ayer, con la previa autorización de dicha progenitora, una carta dirigida directamente a Tomás, el padre de las niñas y del que tampoco hay noticias desde dicha jornada.


En la misma, Amills se centra en enviar varios mensajes claros a Tomás, tales como “aún estamos a tiempo” o que “esto se podrá resolver sin grandes daños”, con el explícito objetivo de que se ponga en contacto con ellos para facilitar el regreso de las pequeñas con su madre.


“Sabemos que lo que te ha llevado a tomar las decisiones que has tomado fue el estar convencido que era lo mejor para ellas y para ti”, explica el portavoz, para añadir que “esperamos que no hayan sido otros motivos, ni otras causas. Ambos sabemos que los problemas de pareja no se resuelven usando a los niños como herramienta vengativa, los primeros dañados suelen ser los hijos en una separación. Ambos lo sabemos”.

“Tengo la casi certeza de que, con el paso del tiempo, se te ha vuelto una bola de nieve imposible de controlar y que crece a pasos agigantados. Por eso te pido primero y antes que nada: CALMA. Esto se podrá resolver sin grandes daños. Aún estamos a tiempo, pero necesito que pienses conmigo, en serio, y con la inteligencia que siempre te ha caracterizado”, apunta Joaquín Amills en otros pasajes de la carta en cuestión.

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