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Ratas gigantes o megalodones: estas son las criaturas más extrañas que han existido en Canarias

Gracias a los registros fósiles sabemos que en tiempos lejanos las Islas albergaron una fauna extraordinaria ya extinta: ratas y tortugas terrestres gigantes, avestruces, megalodones, focas y hasta serpientes

Por José Manuel Moreno

Hoy sabemos gracias a los registros fósiles que hubo un tiempo en el que las Islas Canarias eran el hogar de una extraordinaria fauna, criaturas que podrían ser las protagonistas de fantásticas fábulas. Tortugas terrestres gigantes de más de un metro de longitud, lagartos que sobrepasaban el metro y medio, ratas tan grandes como gatos, aves mayores que las actuales avestruces, tiburones de hasta 20 m y 100 toneladas de peso, capaces de cortar la respiración, e incluso varias especies de serpientes. Pero a lo largo de miles o millones de años no solo se extinguieron estos extraordinarios seres vivos, sino también muchos otros, más pequeños, pero no por ello menos interesantes y sorprendentes. Una vida petrificada que intentáramos desvelar en este artículo.
Para conocer los secretos de estos insólitos animales haremos el ejercicio intelectual de rebobinar la cinta del tiempo, y nos situaremos en distintas épocas del pasado. Un pasado que comenzaremos hace cinco o seis millones de años en Lanzarote.

AVES ELEFANTE
En aquella época Lanzarote estaba habitada por unas extraordinarias aves que no podían volar, de las mayores que han existido sobre la faz de la Tierra, las ratites o Struthioniformes, antecesores de las actuales avestruces, pero mayores. Aves que perdieron su capacidad de vuelo hace 90 millones de años, mucho antes de que se formaran las primeras Islas Canarias.
De cómo llegaron estas aves ‘no voladoras’, hoy extintas, a Lanzarote, sigue siendo un misterio para los científicos, ya que los estudios geológicos confirman que Lanzarote jamás ha estado unida al continente africano, y que en aquella época aún estaba más alejada de África que en la actualidad, por lo que no pudieron llegar ni a pie ni volando; sin embargo, es posible que llegaran arrastradas por corrientes y que hayan sobrevivido el trayecto, al menos los juveniles permitiendo el que se establecieran en la isla.
El misterio comenzó en 1964, cuando la paleontóloga alemana Rothe no daba crédito de su hallazgo en la excavación que estaba realizando en el macizo de Famara, Órzola: huevos pertenecientes a aves gigantes, posiblemente avestruces o aves elefantes, a juzgar por el tamaño de estos. Hallazgos que se han repetido en otras excavaciones llevadas a cabo con posterioridad en la misma zona por diferentes paleontólogos, encontrándose, hasta la actualidad, un total de siete huevos. Tal vez, en un futuro, cuando se localicen otros restos fósiles, como huesos, se puede resolver parte del enigma de la presencia en Canarias de estas extrañas aves. La búsqueda de restos debe hacerse también en Fuerteventura, ya que en aquella época no había separación entre Lanzarote y Fuerteventura, conformando una única isla de grandes dimensiones.

TORTUGAS GIGANTES
Es sobradamente conocido que las Islas Galápagos e Islas Seychelles son archipiélagos donde viven tortugas gigantes, que tanto sorprendieron a los antiguos naturalistas. Sin embargo, lo que no es tan conocido es que en Canarias, hace millones de años, vivían también tortugas terrestres gigantes, similares a las de estos archipiélagos y que su caparazón podría alcanzar el metro de longitud, incluso superior. Han aparecido restos fósiles de estos quelónidos en las islas de Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, restos que datan del mioceno-pleistoceno, incluso hace 6 millones de años compartieron hábitat en Lanzarote con las gigantes avestruces, de las que hemos hablado anteriormente. Uno de los hallazgos más sorprendentes ha sido un nido casi completo de huevos fósiles localizado en dunas fosilizadas del Barranco de Los Molinos en Fuerteventura. Los primeros restos de tortuga gigante se localizaron petrificados entre toscas volcánicas en 1925 en Adeje, Tenerife. Los científicos han descrito dos especies Geochelone burchardii en Tenerife y Geochelone vulcania en Gran Canaria. Los restos hallados en Lanzarote y Fuerteventura pueden pertenecer a una nueva especie, también del género Geochelone. Estas tortugas se extinguieron mucho antes de la llegada del hombre a Canarias, por causas aún desconocidas. Tal vez las continuas erupciones volcánicas acaecidas en el pasado contribuyeron en su extinción en las islas de Tenerife y Gran Canaria. Su aislamiento durante mucho tiempo y la ausencia de depredadores originaron en estos animales, y en otros, un fenómeno acusado de gigantismo, que es común en islas. Las tortugas gigantes de Canarias están emparentadas con las tortugas gigantes del norte de África también del género Geochelone. Se cree que los ancestros de estas tortugas llegaron arrastrados por las corrientes a las islas orientales y de estas pasaron a las occidentales.

EL MAYOR TIBURÓN DE LA HISTORIA
El tiburón más grande y asombroso que jamás haya existido en la Tierra, el megalodón de hasta 100 toneladas de peso y 20 m de longitud nadaba, cazaba y se reproducía en las aguas que rodean las Islas Canarias hace 5 – 10 millones de años, como lo testifican la gran cantidad de dientes fósiles encontrados recientemente (2012) durante una campaña oceanográfica llevada a cabo por el Instituto Español de Oceanografía (IEO), a 1.000 m de profundidad en el lecho marino del Banco de Concepción, al norte de la isla de La Graciosa. Junto a sus restos han aparecido otros de animales que tampoco se creía que existieran en las aguas canarias, como los sirénidos (manatí o vaca marina). La presencia de este tiburón en las islas ya se había confirmado con anterioridad en Gran Canaria, donde se encontró un diente fósil. Durante aquella época geológica en Canarias existía un clima muy cálido y húmedo, similar al actual clima tropical. Las presas de este súper depredador eran ballenas, focas, sirenas, grandes peces y tortugas marinas que abundaban a las aguas canarias. Se cree que este mega tiburón se extinguió del planeta hace aproximadamente 2 millones de años con el enfriamiento de la Tierra.

LAGARTOS DE METRO Y MEDIO
Los actuales lagartos gigantes de Canarias (lagarto gigante de El Hierro, Lagarto gigante de La Gomera, lagarto gigante de Tenerife y lagarto gigante de Gran Canaria) parecerían simples crías al lado de los gigantescos saurios (Gallotia goliath) de 1’20-1’50 m de longitud y 3 kg de peso, que habitaran las islas de Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro, desde el Holoceno (hace 11.000 años) hasta hace apenas 500 años. Los primeros investigadores describieron también otra especie de lagarto gigante distinto, muy grande, (Gallotia máxima), pero hoy se sabe se trata de la misma especie (Gallotia goliath). Este lagarto fue descrito por primera vez, en 1942, por el herpetólogo alemán Mertens. La ausencia de depredadores durante miles de años favoreció el gigantismo. El origen de este gigante y del resto de lagartos de Canarias hay que buscarlo hace 26 millones de años cuando llegó lo que los científicos llaman pregallotia a las islas de Lanzarote y Fuerteventura que por aquella época estaban unidas. De ahí fue pasando progresivamente al resto de las islas donde evolucionó formando distintas especies, como es el caso de Gallotia goliath. La llegada de los primeras pobladores de Canarias aceleró su extinción debido a que estos grandes lagartos formaron parte de su dieta. La introducción de predadores, como gatos y ratas contribuyó, aún más, en su rápida extinción. Uno de los hallazgos más sorprendentes han sido los restos momificados, en perfecto estado de conservación, encontrados en una cueva de Tenerife, de apenas unos siglos de antigüedad.

RATAS GIGANTES
Por el hallazgo de restos fósiles sabemos que en pasado vivieron en Canarias dos especies de ratas de enormes dimensiones, tan grandes como conejos, una en Tenerife (Canaryomis bravoi) y otra en Gran Canaria (Canaryomis tamarani). Los primeros restos fósiles fueron descubiertos en Tenerife por el conocido geólogo Telesforo Bravo en los años 50 del pasado siglo. Veinte años más tarde otra especie de rata gigante fósil fue descubierta en La Aldea de San Nicolás en Gran Canaria. Las dos especies eran muy similares: robustas, con una longitud cercana al medio metro y un peso que podría oscilar entre 1,9 y 2,3 kg, un valor enorme si lo comparamos con los 200 gr de las ratas actuales. Sin embargo, se cree que tenían hábitos diferentes; la rata de Tenerife era omnívora y trepadora, mientras que la de Gran Canaria era herbívora y terrestre con gran capacidad excavadora y tal vez más ligada a hábitats húmedos de tipo herbáceo. Sus restos han aparecido en yacimientos que datan del pleistoceno medio hace 100.000 años. Es posible que coexistieran con los aborígenes, para quienes seguramente representó una fuente de alimento, una de las posibles causas de su extinción.

SERPIENTES CANARIAS
Durante una campaña paleontológica en Famara, en Lanzarote, mientras se buscaban restos de ratites apareció, por sorpresa, una pequeña vertebra que resultó ser de una boa, datada en el Mioceno superior, hace 6 millones de años. Este sorprendente hallazgo era el primero que confirmaba que en el pasado vivieron también en Canarias las serpientes. Años después, en una cueva de Antigua, en Fuerteventura, lo que se pensó que eran las vértebras fósiles de una lisa resultó ser el esqueleto de una serpiente, al confirmarlo su estudio con TAC, llevado a cabo en el Museo de Historia Natural de Londres junto con el Museo de Naturaleza y Arqueología de Santa Cruz de Tenerife.

FOCAS EN PLAYAS
La foca monje (Monachus monachus) un mamífero marino de hasta 2 metros de longitud vivió en las costas de Canarias hasta hace escasos siglos. Su último reducto fue el islote de Lobos, en Fuerteventura. Se sabe que aún, en el siglo XV, vivía una colonia, pero la caza la llevó a la extinción. Los restos fósiles hallados en cuevas aborígenes de las islas, como en El Hierro, hace pensar que habitó también en todo el Archipiélago, y que formó parte de la dieta de los primeros habitantes.

OTROS ANIMALES DEL PASADO EN CANARIAS
Aparte de los insólitos animales descritos anteriormente, en el archipiélago canario habitaron y se extinguieron un considerable número de especies de animales únicas, que hoy conocemos sólo por los registros fósiles. Desgraciadamente, algunos de ellos se extinguieron tras la llegada del hombre a Canarias.
El Verderón de Trías (Carduelis triasi), fue un ave que vivió en La Palma, la Codorniz Canaria (Coturnix gomerae) en La Gomera, y tal vez en las otras islas, y la Pardela del Malpaís (Puffinus olsoni) junto a la Pardela del Jable (Puffinus holeae) en las islas orientales. El Escribano Patilargo (Emberiza alcoveri) fue una interesantísima y rara especie que habitó en el suelo de la laurisilva; se trata de una de las pocas aves cantoras (paseriformes) no voladoras que se sabe que ha vivido en el planeta.
El último descubrimiento, ha sido el Verderón de Pico Fino (Caduelis aurelioi) que se cree que habitó hasta hace 13.000 años en Tenerife. El famoso Ostrero Unicolor (Haematopus meadewaldoi) ostenta el triste título de ser la última especie de ave endémica extinguida en Canarias, hace apenas un siglo.

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