tribuna

Encuestas

El Mundo publicó estos días una encuesta donde el PSOE pierde más de 20 escaños. Todo ello a pesar de las remodelaciones del Gobierno y de la salida triunfal exhibiendo músculo por el empleo de agosto y el éxito de la vacunación. Se ve que esto duele, porque luego sacó El País toda su artillería con el asunto de la renovación del poder judicial. Su editorial se titula Numantinismo anticonstitucional, como si las cosas ocurrieran al revés, como si la resistencia de la supuesta Numancia la estuviera conduciendo a su derrota definitiva, y es todo lo contrario. Al menos según las encuestas es así. Ya sabemos que las encuestas son solo eso, pero si las paredes de un embalse empiezan a resquebrajarse hay que buscar soluciones consistentes para que la presa no reviente. Lo cierto es que desde que este Gobierno tomó posesión no ha habido un día en que haya dado muestras de crecimiento en sus expectativas. Y mira que han ocurrido cosas. Se ha ido Pablo Iglesias, han indultado a los del procés, han hecho una limpieza a fondo en el Gobierno y han logrado eclipsar al doctor Simón, después de la marcha del que parecía insustituible, Iván Redondo. Sin embargo, El País continúa hablando de lo mismo. Los titulares de hoy son: “Una justicia sin renovar aborda causas de gran calado político” o “La Fiscalía recurre el cierre del caso Kitchen”. Parece que todo lo que pasa en España es responsabilidad de los jueces. La culpa de la inestabilidad la tienen los tribunales y no el gobernar con extremismos anacrónicos, ni el hacer concesiones al independentismo ni el alinearse con frentes que hoy no tienen carta de presentación en ninguna parte del mundo. Ayer escribía un artículo sobre los artículos y hablaba de la necesidad del retorno a una moderación en la que se desechen definitivamente las acusaciones de crispación y se puedan consolidar acuerdos que a todos convienen. Esta avenencia sobre la renovación del poder judicial es un ejemplo. ¿Quién no quiere arreglarlo? ¿Quiénes manifiestan su malestar porque aseguran que las sentencias no se dictarían a su conveniencia con los jueces que tenemos? Con estos argumentos flaco favor se le hace a la independencia del poder judicial. Ya sabemos lo que opinan en Europa sobre esto, y también los intentos de radicalizar el problema en el seno de la coalición. Eso sí era inconstitucional. Si el Gobierno no dispone de otro arma para tratar de paliar su fracaso, mal asunto. No está en los jueces el problema. Más bien este se enquista y se complica cuanto más nos empeñemos en culparles de todo lo que ocurre. ¿Quiere esto decir que la decisión del magistrado del caso Kitchen de no imputar a Rajoy y a Cospedal va a ser la culpa de que Sánchez no levante cabeza en las encuestas? Malo, malo. No creo que en El País se lo crean. Alguien habrá para darse cuenta de que por ese camino solo se acrecienta la sospecha de que realmente existe una manipulación de los jueces y que estos actúan a las órdenes de las asociaciones a las que pertenecen. En pocas palabras: si yo dispusiera de otros jueces y otra justicia no tendría ningún problema para ganar las elecciones, y si se apunta a que la oposición puede obtener mejores resultados es porque cuentan con la mayoría en el Tribunal Supremo y en el Constitucional. Esto me parece un soberano disparate y me atrevería a afirmar que este argumentario no sirve ni para convencer a la parroquia. Estamos en la guerra de papel. El Mundo publica una encuesta poco favorable para el presidente y El País arremete con lo de los jueces. Ellos sabrán lo que hacen. Los ciudadanos no son bobos. A pesar de que estén todo el día viendo Sálvame y llevando al perro al psicólogo, siempre reservan una parte de sus cerebros para decidir sensatamente sobre las cosas que les interesan.

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