superconfidencial

Estado de ánimo

La crónica es una consecuencia de mi estado de ánimo. Los lectores me tienen calado. Cuando bato palmas hago una crónica divertida y me cuesta poco escribirla. Cuando me llega una carta negra de Hacienda consigo un relato ácido y cabreado. Esas cartas de Hacienda deberían estar prohibidas por ley orgánica. Cuando me libero pongo mi Google musical y le ordeno de todo: desde boleros a lo último de Abba, que es muy bueno. ¿Sabían ustedes que yo grabé una canción de un disco? Un bolero, “Mi último bolero” se titula. Y no está nada mal. Hay madrigales, fados y boleros en ese disco de Maresía, con la voz maravillosa de Olfri como reclamo principal. Fue un disco que patrocinó Radio Burgado, la emisora cuyo estudio principal era mi cama, desde donde siempre hice el programa La Cafetera. ¿Les he contado que había procesiones femeninas a mi casa, oyentes que querían ver desde donde hacía yo la radio? Una vez estaba dormido, medio borracho, o las dos cosas, y le pregunté a Iván, que me escuchaba, absorto, desde el estudio de verdad: “¿No es cierto, Iván, que los dos estuvimos en Irak y que era peligroso cruzar la calle por los putos francotiradores?”. Iván, por un respeto que yo no le pedí nunca, dijo que sí, que claro, que era muy peligroso. Hasta que me desperté y le dije en antena: “Pero, gilipollas, ¿cuándo hemos estado tú y yo en Irak?”. Juanma, en el control, se descojonaba de risa, no sé si por mi disparate, mi estado etílico o mi mala noche. Pero todo aquello ocurría conmigo en la cama, tapado con el edredón y pasando revista a la actualidad. No creo que haya habido otro caso en España de hacer radio desde la cama. Lo más parecido fue lo de don Victoriano Fernández de Asís, que hacía el mejor programa informativo de Radio Nacional desde su casa. Era genial.

TE PUEDE INTERESAR