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Omaira García, Aemet: “Izaña tiene un mirador privilegiado para estudiar el volcán”

Omaira García, investigadora del Centro Atmosférico tinerfeño, afirma que la erupción permitirá conocer cómo contribuye a la concentración de aerosoles en la troposfera
Omaira García, científica del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña
Omaira García, científica del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña
Omaira García, científica del Centro de Investigación Atmosférica de Izaña. Fran Pallero

El Centro de Investigación Atmosférica de Izaña (CIAI) de la Aemet ha desplegado desde el pasado 20 de septiembre diverso instrumental atmosférico en La Palma para vigilar las emisiones del volcán Cumbre Vieja. Además, desde el Observatorio de Izaña se continúa monitorizando la movilidad de la emisión de gases y cenizas que son transportadas a gran altura y larga distancia por la circulación de los vientos del hemisferio.

Recordar que el CIA de Izaña, a 2.400 metros sobre el nivel del mar, es una de las estaciones de referencia internacional del programa de vigilancia atmosférica global (VAG), de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), por su observación y análisis del clima subtropical del Atlántico Norte, y la valoración de las consecuencias de los gases de efecto invernadero, monóxido de carbono, dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, los niveles de radiación solar, de ozono, los aerosoles atmosféricos, y otras partículas en el aire.

Por tanto Izaña “permitirá conocer cómo contribuye un volcán a la concentración de aerosoles en la atmósfera”, aseguró Omaira García, una de las investigadoras principales del CIAI. Esta física palmera, reconoce que lo está “llevando mal” y, aunque su familia no está afectada ni evacuada, “tenemos un montón de amigos y conocidos afectados, y todo el Valle de Aridane está sufriendo, desde el punto de vista psicológico, una durísima situación sostenida durante tres semanas”.
Cuestionada por los registros detectados en Izaña, García afirmó que “al estar a 140 kilómetros del volcán, cuando la pluma del penacho volcánico viene hacia el este somos capaces de registrarlo. Y además del régimen normal de trabajo hemos desplegando una campaña intensiva para monitorizar sus emisiones, registrando y detectando picos de dióxido de carbono y otros gases y partículas asociadas que se divisan en las estructuras verticales de la pluma. Desde Izaña tenemos un mirador privilegiado para estudiar el volcán”, enfatizó.

Pero no solo a Tenerife, las partículas del volcán se han desplazado a lugares como Madeira, Azores, Cabo Verde o al Caribe. Omaira García recordó que “esas partículas pueden llegar a desplazarse miles de kilómetros cuando entran en el régimen de circulación general de la atmósfera. Sin embargo, el volcán palmero es relativamente pequeño si lo comparamos con la inyección de gases y partículas que emiten los volcanes de Islandia. Esos, por su ubicación, inyectan partículas a la parte alta de la estratosfera, la llamada tropopausa (la capa límite térmica, la barrera que mantiene las condiciones estables de vida), por tanto entran directamente en una autopista que las distribuye por todo el planeta muy rápidamente. Y como están a gran altura, las partículas se mantienen mucho tiempo. Hay datos de erupciones intensas como las del Pinatubo (Filipinas en 1991) o Chinchonal (México en 1982), que los efectos de sus aerosoles en la tropopausa duraron dos años. Sin embargo, el volcán palmero no está emitiendo concentraciones tan altas de gases a la estratosfera, el penacho tiene una altura de columna de 4,5 o 5 kilómetros. Sería a partir de los 7 km cuando, al ser el viento a esta altura muy intenso, esas partículas o gases tendrían una gran difusión y perfectamente podrían circular en el régimen normal de vientos hacia el Caribe, como las plumas de calima y polvo sahariano que llegan a Brasil o Estados Unidos. Por tanto no es inusual, la atmósfera no tiene fronteras y sigue los patrones de los vientos dominantes. Además, los niveles de partículas de ceniza o gases llegarán muy diluidos, casi inapreciables, por tanto no afectarían a su población”, reiteró.

Impresionante Vórtice de ondas concéntricas que apareció sobre el volcán de Cumbre Vieja recientemente. | DA

Cuestionada si es posible que la erupción del volcán de La Palma pueda generar un alto impacto en las condiciones climáticas, como un aumento de la temperatura, etc., Omaira García lo descartó, salvo un cambio drástico en las condiciones actuales, García afirmó que “la alteración del equilibrio químico estratosférico será infinitamente menor que si fuera un volcán en Islandia, así que no es previsible que afecte al hemisferio. Sin embargo, todo este aire caliente que está generando el volcán genera una perturbación local en toda la zona del Valle y en la Isla”. Esta perturbación “se nota en la temperatura, la humedad y el régimen de viento, porque hay una fuente de calor emitiendo constantemente”. Estos días hemos visto imágenes de ondas de gravedad y vórtices, producidas por la llegada de aire sahariano que hizo de tope o barrera del calor emitido por el volcán generando una condensación, como el mar de nubes.

También opina que la erupción del volcán palmero “es una oportunidad que nos ofrece la naturaleza para monitorizar todo el proceso eruptivo en su conjunto, lo que en nuestro campo de trabajo son las emisiones atmosféricas tanto a nivel de suelo como en gran altitud. En Tenerife vemos lo que transportan los vientos, pero las estaciones desplegadas en La Palma, miden lo que ocurre tanto a nivel de suelo como la columna eruptiva que pasa justo por encima”.

Esta erupción “dará un valor añadido” a los registros del centro de Izaña. “Medimos condiciones muy representativas en la troposfera libre, con una atmósfera muy limpia y pura dada nuestra ubicación. En este aspecto se perturbarían de forma natural, y lo que haremos será observar y caracterizar este fenómeno con los instrumentos de una estación tan potente y compleja que no se encuentra cerca de los focos volcánicos, salvo Hawái. Por tanto estamos en un lugar privilegiado. En nuestro caso podemos estudiar gases con efecto invernadero, gases en columna de dióxido de azufre, perfiladores verticales de la dispersión de ceniza, y un largo etcétera”, destacó la investigadora de la Aemet.

Despliegue de la Aemet

Parte del equipo desplazado desde el Centro de Investigación Atmosférica de Izaña a La Palma para monitorear las emisiones del volcán. | @Aemet Izaña

Cuestionada por el trabajo de la Aemet en La Palma, Omaira García reconoció que desde que comenzó el proceso eruptivo, la Aemet inició el despliegue de instrumentación y personal, tanto en la toma de datos como el mantenimiento de los equipos. “Hay dos grandes esferas de trabajo dentro de la Agencia, la parte operativa que está capitaneada por el Delegado en Canarias, David Suárez, que es el portavoz de la Aemet en el Pevolca, realiza las previsiones meteorológicas, las simulaciones de transporte del penacho volcánico, mientras que en Izaña somos un centro de investigación y nos dedicamos a medir las emisiones a la atmósfera, hacemos una parte más de observación y de ver la composición de los gases”.

La vigilancia del penacho del volcán en La Palma se realiza mediante modelos de dispersión atmosférica, herramientas que sirven para predecir la evolución de la columna eruptiva, informando sobre su altura y tasa de emisión. Para ello, Aemet instaló un ceilómetro (una herramienta láser usada para determinar la altura de la base de nubes) en el centro de visitantes del volcán San Antonio, en Fuencaliente, y otro en el aeropuerto de La Palma. Este emplazamiento resulta idóneo para observar la pluma de humo de la erupción, ya que es el lugar de la isla con menor nubosidad. Un equipo de investigadores de óptica atmosférica de la Universidad de Valladolid ha instalado junto al ceilómetro un fotómetro de la red Aeronet de la NASA que permitirá determinar propiedades ópticas y físicas de los aerosoles y supondrá de gran interés científico, y que permitirán obtener información mejorada gracias al uso combinado de ambos aparatos. Además, la Aemet realiza predicciones de la evolución del penacho de cenizas usando el modelo Modélisation de la Chimie Atmosphérique Grande Echelle (Mocage) en modo Accidente, un modelo tridimensional de transporte y química atmosférica de gran prestigio desarrollado por Météo-France que ha cedido a la Aemet.

Además, y de forma complementaria, en este mismo emplazamiento se ha instalado un Espectrómetro de infrarrojo por transformada de Fourier que permite determinar qué cantidad de dióxido de carbono (CO2) contiene el penacho volcánico. Esta información, de indudable interés tanto desde el punto de vista científico como de vigilancia volcánica, permitirá un mejor conocimiento de la fase eruptiva del volcán. El domingo 19 se desinstaló el instrumental de Izaña y el martes 21 ya estaba operativa.

Otro gran objetivo del despliegue instrumental es el de complementar la red de calidad del aire del Gobierno de Canarias y también de la UME con el objeto de conocer el impacto de las emisiones en la población. En este caso interesa conocer la calidad del aire que respira la población de la isla bajo el impacto de las emisiones volcánicas. La UME ha designado un emplazamiento en el Ayuntamiento de Tazacorte para instalar el operativo controlado por Aemet que mide diferentes parámetros de la calidad del aire (SO2, NOx, CO, O3, PM10) y otros indicadores meteorológicos.

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