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El Tenerife gana y se planta en puestos de ascenso directo (2-0)

Enric Gallego, en la primera parte, y Míchel, en la segunda, convierten los goles que sirven para derrotar a la Real Sociedad B y meter al equipo en la segunda posición de la clasificación
CD Tenerife - Real Sociedad B
CD Tenerife – Real Sociedad B. Fran Pallero

Por méritos propios y con bastantes dificultades, el CD Tenerife se mete en puestos de ascenso directo. Puede ser circunstancial, ya que habrá que esperar a lo que haga mañana el Eibar ante el Girona, pero esta noche los de Luis Miguel Ramis duermen en la segunda posición de la clasificación. En un encuentro complicado, los goles de Enric Gallego en la primera parte, y de Míchel Herrero en la segunda, sirvieron para derrotar a una Real Sociedad B que fue de los equipos más complicados de batir de todos los que han pasado hasta ahora por el Heliodoro. El Tenerife vuelve a puestos de ascenso directo más de 1.500 días después.

Tampoco Shashoua pudo jugar. De hecho el inglés ni siquiera entró en la convocatoria confeccionada por un Luis Miguel Ramis que tampoco contó con un Aitor Sanz que fue suplido por Pablo Larrea. El otro jugador que se quedó fuera del once inicial, con respecto al del pasado fin de semana, fue Manu Apeh. Entró en su lugar Rubén Díez, que se coloco por el carril izquierdo, mientars que Elady pasó a la derecha. Mollejo acompañó arriba a Enric Gallego, que fue el jugador más adelantado del equipo.

Los primeros compases del partido mostraron a un Tenerife que pretendía comerse pronto a su rival, pero fue la Real Sociedad B la primera en mostrar los dientes. Centro desde la izquierda que roza Magunazelaia y el portero local mete una mano abajo salvadora que evitó llevarse el primer susto de la tarde. Le sirvió de toque de atención al cuadro chicharrero, que empezó a dominar el partido a partir de ahí. Se hizo con la medular y el equipo comenzó a llegar a la meta de Ayesa con cierto peligro. Fruto de ese control llegó la primera diana de la tarde, obra de Enric Gallego. Centro muy largo pero sumamente medido de Corredera, control de enorme calidad del punta, que se encontró con una mala salida de su portería del portero del Sanse. Gallego solo tuvo entonces que golpear el balón para colarlo a puerta vacía. Golazo de killer que siempre tiene en la meta la portería rival.

Con este tempranero 1-0 se podía pensar que el Tenerife iba a tener una tarde plácida, pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que la Real creaba mucho peligro cada vez que merodeaba los dominios de un Soriano que se convirtió en fundamental para mantener el resultado ventajoso. Lo fue en el 27 cuando metió una magnífica mano para evitar el empate de Aldasoro.

Superada la primera media hora de partido, el Tenerife sufría ante un rival que ya había hecho méritos para ir en igualdad en el marcador. Más aún cuando en el 35 López estrelló el balón en el larguero de Soriano en el lanzamiento de una falta que puso en vilo a un Heliodoro mojada por las persistentes lluvias caídas en la capital durante todo el fin de semana.

Quizás fue esa clara ocasión del rival la que hizo reaccionar a los de Ramis, que pudieron ampliar la ventaja en la acción siguiente. Se fue Rubén por la derecha con calidad y facilidad para meter un centro mortal de necesidad al segundo palo. Con Ayesa ya batido, apareció Elady para el remate, pero al 9 blanquiazul se le fue muy alto el balón. Se llevó las manos a la cabeza el atacante y todo el público del estadio por un gol fallado a puerta vacía.

En la recta final de la primera mitad el Tenerife tuvo otra opción para marcar el 2-0, pero volvió a resistirse. Contragolpe rápido montado por Gallego, quien asistió a un Corredera que no pudo definir con acierto ante Ayesa. Fue la última ocasión de una primera parte en la que los locales pudieron haber marcado dos tantos más, pero fue Soriano el mejor al parar varias ocasiones que la Real tuvo para empatar.

En el arranque de la segunda parte pasaron pocas cosas. El Tenerife no tenía el control del encuentro, mientras que la Real movía la bola con comodidad. Los blanquiazules estaban bien posicionados e intentaban siempre tirar de posesiones largas, mientras que el cuadro vasco disfrutaba de un dominio estéril.

En el 62 Ramis intentó apuntalar la medular y, sobre todo, quiso evitar que hubiera balones entre líneas.

Mejoró el equipo con esa variación y el balón pasó de nuevo a posesión del cuadro insular, quien tuvo la mejor ocasión de todo el segundo acto en el 72. Gran acción local por la zurda que acaba con otro balón al palo tras el disparo de Gallego. Otra vez más, el 2-0 se escapó.

Entró el encuentro en la recta final y Ramis cambió Gallego y Rubén por Apeh y Míchel (min 78). Oxígeno para un Tenerife al que le iba a tocar sufrir en los últimos minutos. Poco después, en el 83, José León pidió el cambio por lesión. Entró Sipcic en el centro de la zaga.

El duelo se resolvió en una jugada que fabricó Manu Apeh. Una de sus misiones era fabricar desmarques por ruptura. En uno de ellos logró rebañar un partido que provocó un enorme socavón en el centro de la defensa rival. Para allí fue la asistencia del punta y allí apareció Michel con una parsimonia pasmosa para batir de nuevo a Ayesa. Era el 2-0 que era la tranquilidad definitiva para un equipo que ya rozaba la segunda posición de la tabla.

Incluso hubo tiempo para un tercero, obra de Mollejo, pero que fue anulado por fuera de juego. Así acabó un partido en el que al Tenerife le volvió a faltar frescura y claridad de ideas, pero suple sus carencias con mucho trabajo y con mucha solvencia cuando se planta ante la meta rival.

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