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El volcán de La Palma registra uno de los niveles más bajos de dióxido de azufre

Nemesio Pérez (Involcan) señala que la clave está en la tendencia, pero confirma que la emisión de SO2 es el parámetro más fiable para certificar la “defunción” de la erupción

Las emisiones de dióxido de azufre del volcán de Cumbre Vieja siguen en descenso y el último dato registrado por la comunidad científica, aportado ayer desde el Pevolca, es significativamente bajo, entre las 900 y las 1.300 toneladas en 24 horas, unos niveles muy alejados de las más de 40.000 toneladas que se han llegado a medir en los días de mayor actividad. El análisis de las imágenes de los satélites corroboran una evolución a la baja desde el 23 de septiembre, es decir, cuatro días después de que la tierra se agrietara por primera vez en Cabeza de Vaca.

“Es una cifra baja, pero lo verdaderamente importante es la tendencia del proceso eruptivo, ahí está la clave y no tanto en el dato de un día”, manifestó a este periódico Nemesio Pérez, coordinador Involcan, partidario de “mirar al bosque y no al árbol”. “Le daremos importancia y lo veremos con buenos ojos si las emisiones siguen descendiendo con la misma pendiente, a pesar de los pulsos; hay que aplicar el sentido común y esperar”, insistió el vulcanólogo, que reconoció que la emisión de dióxido de azufre es el medidor más fiable -por encima de la sismicidad y las deformaciones del terreno- para “certificar la defunción del volcán”, porque “mantiene una estrecha relación con el magma que sale al exterior”.

En términos similares se expresó la directora nacional de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional, Carmen López, que tras reconocer que el de las últimas 24 horas ha sido uno de los datos más bajos desde que comenzó la erupción, “hay que esperar a cifras posteriores, porque al igual que de vez en cuando hay algún dato que excede, también puede pasar en sentido inverso”.

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