¿Dónde está el obispo de Tenerife?: El papa Francisco le recibe mañana en el Vaticano

Han pasado 48 horas desde que se emitiera la entrevista en la que el obispo de Tenerife calificaba la homosexualidad como un pecado mortal. Las declaraciones de repulsa ante las palabras del obispo se han sucedido y, entre estas, están las del presidente del Gobierno canario o los sindicatos UGT Y CCOO, así como las de miles ciudadanos de todo el mundo. Ante todo esto cabe preguntarse… ¿dónde está Bernardo Álvarez?

Varias fuentes sitúan al obispo de Tenerife en el Vaticano. Una de las primeras personas en publicar que se encontraba en Roma fue el influencer Álex Mercurio, al que ayer se le mostró una imagen de Bernardo Álvarez en Italia como justificación a que el obispo no le recibiera en la Catedral de La Laguna. Mercurio llegó a plantarse ante ese edificio con un cartel de protesta en el que podía leerse: “Pecado mortal es la homofobia y la pederastia”.

No solo Mercurio lo sitúa allí. También el presidente de la Asociación LGBTI* Diversas, Sergio Siverio, ha compartido en su cuenta de Twitter que el obispo está ya en el Vaticano: “ADIVINEN quién está hoy en El Vaticano de visita al papa Francisco. Sí, Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, el que dijo ayer que la homosexualidad es un pecado mortal y justificó la pederastia”.

La localización del obispo ya había sido confirmada el pasado lunes en Cope Tenerife, antes de la que Televisión Canaria emitiera su polémica entrevista. En Cope explican que “Bernardo Álvaro, ha comenzado este lunes la visita ad limina apostolorum“, una visita que realizan los obispos al papa en Roma cada cinco años y con motivo también de orar ante los sepulcros de los apóstoles Pedro y Pablo”. Y apuntan que Bernardo Álvarez se reunirá mañana viernes con el papa Francisco.

El encuentro entre el Obispo de Tenerife y el papa Francisco se producirá en medio del temporal de críticas que Álvarez sigue recibiendo tras llegar, entre otras cosas, a equiparar la homosexualidad a “la persona que bebe y comete un delito”. Unas palabras que ya han provocado una recogida de firmas en Change.org para pedir su cese inmediato y a la que ya se han unido más de 2.600 personas.