en el camino de la historia

Gripalizar la COVID-19

Eludiendo la incidencia mórbida de la actual pandemia que sigue ocasionando una media de 1.353 muertes al día, donde se han contagiado desde el comienzo 8.000.000 de personas, de las que 96.553 son profesionales de la sanidad, falleciendo 92 sanitarios, que acarrea graves desajustes somáticos y psíquicos para aquellos enfermos que han superado la enfermedad, el presidente Sánchez, con su Ministerio de Sanidad, se descuelga con que estamos a las puertas de “gripalizar la COVID-19”, contraviniendo y sin atenerse a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, que significa de manera tajante que estamos en una pandemia, que seguimos en ella y menos en una endemia, ya que la gripe no es endémica, es una enfermedad epidémica estacional, mientras que la COVID-19 es una epidemia con extensión pandémica. Así como Hans Kluge, director regional de la OMS en Europa, advierte de que se debe ser precavidos con las predicciones de futuro, pues el virus nos ha dado sorpresas más de una vez. Para este experto, lo fundamental este año, tanto en Europa como en el resto del mundo, es “estabilizar la pandemia”, puesto que el coranovirus sigue siendo pandémico, y no endémico .

Y España no está para tirar voladores, porque con una incidencia acumulada en los últimos 14 días de 3.156 por cada 100.000 habitantes y con una cifra de 8.000.000 de contagiados no parece el país mas indicado para “gripalizar la COVID-19”, y además, si a esto le sumamos la situación en que se encuentra la sanidad publica reflejada en la estrangulación de la atención primaria, plenamente colapsada, que no ejerce las actividades que tiene que verificar atendiendo a los enfermos en todas su vertientes, tanto los afectados por el coronavirus como a los del resto de patologías, encontrándonos con listas de espera sangrantes por la falta de personal; y con los hospitales, igual, teniendo que retrasar intervenciones quirúrgicas sine die, a excepción de las oncológicas y urgentes, con lo cual hay miles de enfermos a los que se le cronifican aún mas sus dolencias, por lo que ya me dirán qué futuro mas halagador nos espera, donde concretamente Canarias no se queda atrás en este revoltillo nacional-sanitario, dado que el 15% de los sanitarios del Servicio Canario de la Salud están en situación de incapacidad laboral, con todo lo que esto supone. Y además, los fallecidos llegan a 1.263, y en los últimos tres días han fallecido 39 personas, que con las 123 que han perdido la vida en lo que va de enero colocan a este como el de más muertos.

Por lo tanto, lo inmediato y único es la espera por parte de los enfermos, que acentúan aún más su enfermedad, porque los responsables políticos no han tenido en cuenta un principio que es fundamental en epidemiología como es la prevención. Aquí no se ha previsto nada, y si se han desbordado los servicios sanitarios ha sido porque los responsables se han dormido en los laureles de un falso intervencionismo desde una acción plena de confusionismo político. Se han pasado seis olas y se ha seguido interviniendo con los mismos errores que las anteriores, y cuando llegue la séptima, que llegará, nos cogerá otra vez sin los recursos hospitalarios y de asistencia primaria necesarios para aquellos que están enfermos, tanto de COVID-19 como de cualquier otra patología.

Así que se hace prioritario no promover cantos de sirena por los gobernantes de turno, los de allá y los de acá, porque al final todos nos cuentan lo mismo, “que vamos a vencer o que está casi vencida la pandemia”, de la que si algo se sabe se lo debemos a los científicos, no a las intervenciones políticas que se han sometido a un sinfín de vaivenes y de incongruencias, que, visto lo visto, no cesan, y sin olvidar la espoleta vírica del tercer mundo, que está en precario en lo que respecta a la vacunación, por lo que es un reservorio de futuras variantes dispuestas a globalizarse o pandemizarse y no a gripalizarse.

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