
Numerosos ciudadanos ucranianos han publicado en los últimos días imágenes y vídeos en las redes sociales de al menos dos trenes acorazados rusos y armados circulando por el sur del país procedentes de la península de Crimea.
Estos trenes son similares, al menos en concepto, a los utilizados hace más de cien años en guerras contra Japón o Alemania, siendo un “claro síntoma de la de obsolescencia del ejército de Rusia” según afirman algunos comentarios.
Uno de los vídeos ha sido confirmado por la cadena CNN, señalando que el tren con la letra Z pintada podría tratarse del Baikal, que cuenta con un sistema de interferencia de comunicaciones, torretas antiaéreas, ametralladoras y zonas de francotiradores, además de un blindaje de 20 mm de grosor. Según la cadena, el Baikal se encontraba en la zona de Kherson, al suroeste de Melitopol.
A comienzos del siglo XX el Imperio Ruso empleó varios trenes blindados durante la Guerra ruso-japonesa. Durante la Primera Guerra Mundial Rusia utilizó una combinación de trenes blindados ligeros y pesados.
Rusia retiró estos trenes finales de la primera década del siglo XXI, hasta que decidieron resucitarlos en 2016. Dos de estos ferrocarriles, el Baikal y el Amur, participaron entonces en unos extraordinarios ejercicios logísticos que comenzaron desde Volgogrado, al este de Mariupol, hasta llegar a Crimea.
“Los trenes acorazados rusos no son signo de potencia”
Según el teniente coronel del ejército americano, Alex Vershinin, el ejército de tierra ruso “depende de los trenes como ningún otro ejército, ninguna otra nación europea utiliza los ferrocarriles en la misma medida”.
Vershinin detalla que el uso de trenes de esta clase no es un signo de potencia sino de debilidad, ya que el uso de rutas fijas les hace muy vulnerables y sus vías son relativamente sencillas de destruir, atrapándolos e inutilizándolos.
Andrey Kozyrev, ex-ministro de exteriores ruso con Boris Yeltsin, también criticaba con dureza la obsolescencia del ejército ruso: “El Kremlin pasó los últimos 20 años intentando modernizar sus fuerzas armadas. Gran parte de ese presupuesto fue robado y gastado en megayates en Chipre. Pero como asesor militar, no puedes informar de eso al presidente. Así que le contaron mentiras”.