tribuna

Semana Santa de La Laguna, Bien de Interés Cultural

Tres años después, San Cristóbal de La Laguna se ha reencontrado con su Semana Santa. Si en marzo de 2020 vivíamos con incredulidad y asombro la cancelación de estas solemnidades por culpa de un virus del que muy poco sabíamos y del que aún no hemos conseguido liberarnos del todo, en abril de 2022 asistimos al redescubrimiento de una celebración que por méritos propios merece estar entre las Semanas Santas más destacadas de nuestro país.

Así se ha dejado sentir en nuestras calles del casco histórico, de La Cuesta y de los pueblos y barrios de todo el municipio, donde se ha registrado una presencia multitudinaria de laguneras y laguneros y de personas llegadas de otros lugares, para volver a sentir la emoción de una cita que aúna devoción, fe, cultura, historia y arte en un entorno patrimonial extraordinario.

La Semana Santa de La Laguna no solo es la más antigua de Canarias, sino que reúne unas singularidades que convierten en única la representación del misterio de la pasión y muerte de Cristo. Por este motivo he decidido impulsar su declaración como Bien de Interés Cultural, en el convencimiento de que las instituciones públicas debemos aportar cuanto esté en nuestra mano a la hora de preservar una tradición, que trasciende la dimensión estrictamente religiosa y posee una honda significación de carácter social y comunitario.

En este objetivo, el Ayuntamiento camina de la mano de la Junta de Hermandades y Cofradías, cuya nueva junta directiva ha acogido con entusiasmo nuestro compromiso de reivindicar los valores de la Semana Santa lagunera. Y entre esos valores se encuentra, en primer lugar, la propia condición de San Cristóbal de La Laguna como Ciudad Patrimonio de la Humanidad de España, un título otorgado por la Unesco, que confiere un valor excepcional al marco en el que tienen lugar los recorridos procesionales y los cultos religiosos.

Pero además, la Semana Santa lagunera sobresale por el enorme valor artístico tanto de su imaginería religiosa, con ejemplos notables de tallas de origen peninsular, flamenco, italiano o americano, como de otros elementos destinados al culto, con mención especial para la orfebrería.

Junto a la belleza de los pasos, el gran número de cofradías y hermandades, que participan de los desfiles procesionales desvelan un movimiento social de enorme raigambre, que ha perdurado a lo largo de los siglos y que constituye una de las principales señas de identidad de esta celebración. Su trabajo y dedicación, junto a la labor callada de muchos feligreses y personas anónimas, contribuyen a mantener la idiosincrasia de una Semana Santa, que hay que salvaguardar como un valor patrimonial.

Ese es el espíritu, que alienta esta apuesta por la declaración de Bien de Interés Cultural: garantizar su protección, favorecer su difusión y proyección, y conservar su estrecho vínculo con la ciudadanía, con independencia de creencias y sensibilidades, de manera que todos los laguneros y laguneras podamos sentirnos identificados con nuestra Semana Santa en la actualidad y en el futuro. Ese es nuestro compromiso.

*Alcalde de San Cristóbal de La Laguna

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