Tenerife tendrá que decidir en los próximos meses qué modelo energético quiere para su futuro: seguir con el fuel o el gas oil para la generación eléctrica hasta 2050 (límite temporal de la Unión Europea para llegar a la descarbonización total) o, por el contrario, apostar ya por el gas natural como fuente de energía de transición, sustituyéndolo por energías renovables e hidrógeno verde cuando el avance técnico lo permita. Parece que la decisión es obvia: Cualquier combustible que disminuya las emisiones contaminantes de las centrales eléctricas de las Islas y nos ponga en el camino hacia la descarbonización debería ser bienvenido. Canarias tiene las centrales eléctricas más contaminantes de Europa y, por tanto, parece obvio que cualquier propuesta que pueda reducir el coste y la contaminación no debería ser cuestionada. Pero esto no es así.
Sorprendentemente, en los últimos meses asistimos en Canarias a un debate entre los que apuestan por el gas natural como energía de transición y los que creen que hay que dar el salto directo a las renovables sin pasar por el gas, como el Gobierno de Canarias. No se trata de la generación de gas de “uso doméstico” ni tampoco de renunciar a la implantación de las energías renovables, se trata de conseguir, hasta el 2050, una generación eléctrica en las Islas más barata y sostenible, según sostienen dirigentes políticos y económicos de Tenerife consultados por DIARIO DE AVISOS.
El presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, lo tiene claro, incluso en contra de su propio partido en el Gobierno regional. “En Tenerife tenemos una de las centrales de energía eléctrica que más contamina de Europa, por lo tanto, la posibilidad de introducir el gas mediante una regasificadora para suministrar energía y poder generar, no solo una energía menos contaminante, sino también mucho más barata, me parece un avance en la línea de buscar energías de transición, señaló Martín en declaraciones a este periódico. “No se trata de que hagamos una apuesta por el gas para el futuro”, explicó, “pero lo que está claro es que no podemos seguir contaminando como hasta ahora. Ya se plantee como refuerzo o como energía de transición, sigue siendo una alternativa que ayudará a reducir la contaminación y eso es tremendamente positivo”, matizó.
Además, si hay un sector en el que el gas natural jugará un papel relevante en los próximos años y en el qu e Tenerife debe ser líder es en el portuario. “No podemos olvidar que en el año 2025, la Red Transeuropea de Transporte va a obligar que el transporte de mercancías por barco tenga consumo de gas porque se prohibirá otro tipo de suministro, recordó Óscar Izquierdo, presidente de Fepeco.
En este sentido, Puertos de Tenerife sí ha dado un paso adelante y ha presentado su proyecto para dar cumplimiento a esta normativa europea en lo referente a los suministros de gas natural a buques. Se trata de una planta de almacenamiento de Gas Natural Licuado (GNL) y generación eléctrica con motogeneradores de última generación capaces de consumir hidrógeno en mezcla con gas natural con una inversión en torno a los 100 millones de euros. Este proyecto, promovido por Totisa, permitirá al puerto de Santa Cruz de Tenerife cumplir con sus objetivos de descarbonización, además de ser competitivo.
Desde el punto de vista empresarial, la apuesta por el gas también es decidida. Todos los sectores económicos apuestan por este combustible para hacer la transición energética hacia las renovables. Lo consideran obvio por su reducción de las emisiones y por su menor coste.
El presidente de CEOE-Tenerife, Pedro Alfonso, explicó que “no es sostenible” seguir produciendo energía en Canarias con combustibles fósiles de primera magnitud cuando el gas es más sostenible y reduce la factura eléctrica en más de 400 millones. Pero es que, además, añadió, “la UE ha catalogado la nuclear y el gas como energías alternativas al consumo fósil. El problema”, dijo, “es cuando la ideología está por encima de los datos científicos y técnicos; y el Gobierno de Canarias, por razones inexplicables, considera que su criterio va más allá de lo que recomienda la UE”.
Alfonso precisó que “algo bueno tiene que tener este sistema del gas cuando todos los países están declarándolo como estratégico y Canarias se permite el lujo de ni siquiera planteárselo”. “Entendemos que las energías renovables es la solución de futuro cuando los porcentajes de producción sean más altos y cuando se resuelvan los problemas técnicos como el almacenamiento que aún no está desarrollado del todo, pero lo que no nos parece sostenible es que solo se hable de transición directa sin pasar por el gas porque seguiremos contaminando más que el resto de regiones europeas. Lo que hay que hacer”, recomendó, “es una estrategia energética desde el punto de vista económico, de empleo y sostenible, y dejar a un lado las ideologías”.
El presidente de la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife, Santiago Sesé, fue incluso más allá y señaló que “estamos perdiendo el tiempo con debates estériles que no conducen a nada porque al final el Gobierno se dará cuenta por sí solo de que el gas es la mejor alternativa hasta que la implantación de las renovables sea posible al 100%. Los números son tozudos y finalmente el Gobierno se dará cuenta, pero habremos perdido mucho tiempo”, lamentó.
En cualquier caso, el Gobierno canario lo tiene complicado. Mientras Tenerife parece decantarse decididamente por el gas como alternativa en línea incluso con las directrices de Madrid que permite la instalación de regasificadoras en las Islas sin la autorización administrativa, el Cabildo de Gran Canaria rechaza tajantemente esta opción. Bajo este marco, el Gobierno de Canarias tendrá que decidir ahora qué modelo energético quiere para las Islas de camino hacia la descarbonización total en 2050: seguir contaminando o el gas de transición. Parece claro, a juicio de las autoridades insulares y líderes económicos de Tenerife.