Amnistía Internacional se disculpó ayer por la “angustia e ira” que causó un informe que acusaba a Ucrania de poner en peligro a los civiles, lo que ha enfadado al presidente Volodímir Zelenski. Además, ha provocado la dimisión del jefe de su oficina en Kiev.
El grupo de derechos humanos publicó un documento el jueves en el que exponía que la presencia de tropas ucranianas en áreas residenciales aumentó los riesgos para los civiles durante la invasión de Rusia. “Amnistía Internacional lamenta profundamente la angustia y la ira que ha causado nuestro comunicado de prensa sobre las tácticas de combate del ejército ucraniano”, transmite la organización en un correo electrónico a Reuters. “La prioridad de Amnistía Internacional en este y en cualquier conflicto es garantizar la protección de los civiles. De hecho, este fue nuestro único objetivo al publicar esta última investigación. Si bien respaldamos plenamente nuestros hallazgos, lamentamos el dolor causado”. Zelenski denunció un intento de desviar la responsabilidad de la agresión rusa, mientras que la directora de Amnistía en Ucrania, Oksana Pokalchuk, renunció por lo que calificó de regalo de propaganda para Moscú.
Ucrania está investigando casi 26.000 presuntos casos de crímenes de guerra cometidos desde el inicio de la invasión, en febrero. Kiev ha acusado a 135 personas por estas acciones. “De esos, unos 15 estaban bajo custodia ucraniana y los 120 restantes seguían prófugos”, detalló Yuriy Bilousov, jefe del departamento de crímenes de guerra de la oficina del fiscal general, en una entrevista. “Se han presentado trece casos a los tribunales y se han emitido siete veredictos”. En mayo, un soldado ruso capturado de 21 años se convirtió en la primera persona en ser condenada en un juicio por crímenes de guerra. Fue sentenciado a cadena perpetua por matar a un civil desarmado. Según Defensa, “tras un ataque con misiles de alta precisión contra el emplazamiento de una batería de obuses de la 95 brigada de desembarco y asalto del Ejército ucraniano en la localidad de Dzerzhinsk (Toretsk) fueron aniquilados hasta 70 militares”. Se destruyeron tres piezas de artillería autopropulsada Gvozdika y tres vehículos. En la región de Járkov, en el este de Ucrania, la Fuerza Aeroespacial rusa aniquiló a más de 100 efectivos de la 3 brigada de la Guardia Nacional de Ucrania en el territorio de una central termoeléctrica. “Debido a las graves pérdidas el régimen de (el presidente ucraniano, Volodímir) Zelenski toma medidas para reforzar las tropas en el Donbás”, ha destacado el portavoz de Defensa ruso, Igor Konashénkov. “Esto ha obligado a las autoridades ucranianas a enviar al frente a civiles recientemente movilizados que se entrenaban en la base de la 72 brigada mecanizada de la ciudad de Bila Tserkva, al sur de Kiev.
Central nuclear
Rusia y Ucrania han vuelto a acusarse mutuamente de ataques en la planta nuclear de Zaporiyia, a pesar de los avisos de la agencia nuclear de la ONU de que están “jugando con fuego” y de que el riesgo de un desastre nuclear “es muy serio”. Rusia informa de que el Ejército ucraniano disparó un misil contra la planta durante la noche, en tanto que la autoridad nuclear ucraniana, Energoatom, ha señalado a las fuerzas rusas por abrir fuego contra las instalaciones. Las informaciones coinciden en que el ataque ha dañado un almacén de combustible nuclear usado y varios sensores empleados para detectar radiación. Este sábado, el director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, advirtió de que se amenaza a la población, la salud y el medio ambiente en Ucrania “y más allá”. Los operadores de la planta notificaron que el bombardeo del viernes había “dañado gravemente” una estación que contenía nitrógeno y oxígeno y un “edificio auxiliar”. La central se ha visto obligada a apagar uno de los tres reactores que estaban en funcionamiento.
“Condeno cualquier acto violento en la planta, cerca o contra su personal”, dijo Grossi. “Una acción militar que ponga en peligro la seguridad” de la central es “inaceptable”.