tribuna

Añoranza de ETA

Dijo o no dijo Aznar (18-12-98) “tomar posesión de un escaño es preferible a empuñar las armas”?. ¿Es verdad que el Gobierno de Aznar (en 1999) autorizó el regreso a España de 304 personas vinculadas a ETA, entre ellos a autores de delitos de sangre que ya habían prescrito?. ¿Se produjeron o no 311 excarcelaciones de presos etarras, 64 de los cuales habían sido condenados por asesinatos múltiples?.¿Anunció o no Aznar en 1999 el acercamiento de 106 presos de ETA a cárceles de Euskadi o próximas a esa Comunidad?

¿Autorizó o no Aznar, en mayo de 1999, la negociación directa con el “movimiento vasco de liberación, celebrada en Zúrich, en las que participaron Martí Fluxá, Secretario de Estado de Seguridad, Zarzalejos y Pedro Arriola en representación del Gobierno y Mikel Antza y Belén González (Karmen), en representación de ETA?

¿Intentó el Gobierno de Navarra (UPN-PP) encabezado por Juan Cruz Alli, allá por el 93, lograr el apoyo de Herri Batasuna a los Presupuestos de la Comunidad Foral, negociando directamente con Pati Zabaleta?. He tenido que acudir a las hemerotecas porque, aunque en aquel tiempo yo era senador, sólo guardo un vago recuerdo de aquellos acontecimientos.

¿Saben por qué? Porque ni el Partido Socialista ni los demás partidos progresistas utilizaron estos hechos para desgastar al Gobierno del PP, ni la mayor parte de los medios informativos de nuestro país se desgarraron las vestiduras editoriales, ni dieron instrucciones a sus columnistas de cabecera para acusar al Gobierno de traicionar a las víctimas de ETA.

Nos parecía a todos que era una obligación primordial del Gobierno, de cualquier Gobierno, terminar con la violencia. Y emplear, para conseguirlo, todos los instrumentos que en una sociedad democrática tiene a su disposición.

Si todo eso ocurrió (¡y tanto que ocurrió!) cuando ETA existía y mataba, ¿qué es lo que está pasando ahora, más de 10 años después de la disolución de ETA?

Simplemente que el PP y los poderes económicos, a los que los dirigentes del PP sirven de meros intermediarios en las Instituciones, han decidido que vale todo con tal de tumbar a un Gobierno progresista y recuperar el poder del Estado.

La invocación constante a una ETA que ya no existe ni comete atentados terroristas; y la descalificación diaria de los representantes parlamentarios “herederosdeETA”, de cualquier acuerdo del Gobierno con Bildu -sea cual sea su objeto y sus efectos, ni su necesidad o conveniencia para los ciudadanos- son armas útiles para intentar deslegitimar al Gobierno y para que no se hable ni de las políticas desplegadas por el Ejecutivo de coalición para afrontar estos anni horribiles. Ni se hable tampoco del permanente obstruccionismo del PP, tanto dentro como fuera de España, a la acción del Gobierno, ni del raca-raca de bajar los impuestos y algún latiguillo más que pretenden hacer pasar como propuestas.

Por eso resulta literalmente aplicable a la actitud del PP la diatriba editorial de ABC contra quienes intentaron boicotear el acto institucional en recuerdo de las víctimas del atentado jihadista del 17-A en las Ramblas de Barcelona: “Forma parte del ADN del nacionalismo esa pulsión providencialista y salvapatrias que le lleva a crear una realidad paralela a la que llega manipulando cualquier circunstancia, por dura o trágica que sea para la sociedad, con el fin de cargarse de las `razones´ que no tiene”.

Con dos salvedades. Sustituir el nacionalismo por el peor conservadurismo español. Y añadir que para crear esa realidad paralela “a la que se llega manipulando cualquier circunstancia, por dura o trágica que sea para la sociedad”, la intendencia mediática que los poderes fácticos ponen a disposición del PP ya la quisieran para sí los separatistas.

ETA ya no existe; pero cada día da más la impresión de que la dirigencia conservadora la añora. Con una obscena falta de escrúpulos.

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