La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi visitó Taiwán esta semana con el objetivo de dejar “inequívocamente claro” que Estados Unidos “no abandonaría” la isla gobernada democráticamente.
No es un conflicto nuevo, ni es la primera vez que un presidente de la Cámara de Representantes viaja a Taiwán, pero no había sucedido en 25 años, previamente el republicano Newt Gingrich había visitado la región, pero cuando la demócrata de California dio por concluida su visita y puso rumbo a Corea del Sur, quedó claro que las consecuencias no se harían esperar y tendrían un impacto grave en las relaciones entre China y Estados Unidos.
“Jugando con fuego”
La historia suena tristemente familiar, el mismo discurso de Putin sobre Ucrania, lo tiene China sobre Taiwán: El gobernante del Partido Comunista Chino considera a Taiwán como parte de su territorio, y ha prometido durante mucho tiempo “reunificar” la isla con China continental, usando la fuerza de ser necesario. Pese a las amenazas chinas representadas en una serie de ejercicios militares que el Ministerio de Defensa de Taiwán comparó con un bloqueo marítimo y aéreo, Pelosi reiteró su compromiso. Pekín anunció repetidamente sobre las consecuencias si el viaje se llevaba a cabo, llegando a advertir que aquellos que “juegan con fuego se queman”. Biden había sugerido que el viaje no era buena idea, sin que con ello inmutara la opinión de la presidenta de la Cámara.
La reacción de pekín
Más de una veintena de aviones de combate chinos incursionaron en la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán, según su Ministerio de Defensa esta semana.
Mientras Pelosi se reunía con los líderes taiwaneses, China suspendía la importación de cítricos y algunos productos pesqueros de Taiwán, así como algunas exportaciones.
La Aduana china pretendió afirmar que la suspensión de las importaciones de cítricos fue el resultado del control de plagas y los residuos excesivos de pesticidas, y asimismo citó la prevención de COVID para la suspensión de las importaciones de productos del mar. Sin embargo, sus prohibiciones anteriores sobre algunos productos taiwaneses a menudo han coincidido con períodos de escalada de tensiones, según los medios estadounidenses.
Según publicó la cadena CNN, la animosidad de Pelosi hacia el Partido Comunista Chino viene de atrás. La demócrata ya había denunciado el historial de derechos humanos de Pekín y se ha reunido en el pasado con disidentes a favor de la democracia, e incluso con el Dalai Lama, el líder espiritual tibetano exiliado. En 1991, Pelosi desplegó una pancarta en la Plaza Tiananmen de Pekín para conmemorar a las víctimas de la masacre de 1989 de manifestantes a favor de la democracia. Más recientemente, expresó su apoyo a las protestas a favor de la democracia de 2019 en Hong Kong.
Un problema para China
La visita de Pelosi, pasándose por el forro las advertencias, ha creado una situación inconveniente para el gobierno chino.
La visita de Pelosi se produjo en un momento particularmente delicado para China, ya que Xi, el líder más poderoso del país en décadas, se prepara para buscar un tercer mandato en el 20º Congreso del Partido Comunista este otoño. Las tensiones internas son altas ya que la economía del país ha caído al crecimiento más bajo en más de dos años en medio de estrictos bloqueos de COVID y el mercado inmobiliario. El desempleo juvenil se ha disparado al nivel más alto registrado. Las protestas sociales están aumentando debido a una crisis hipotecaria y una serie de escándalos de bancos rurales.
La ambición de Xi Jinping es lograr el “rejuvenecimiento de la nación china” restaurando la nación a su primacía regional, que incluye la reunificación con Taiwán. Xi está más apegado personalmente a la política de Taiwán que sus predecesores, en la misma línea que su homólogo ruso.
El hecho de que Pelosi se haya salido con la suya resta credibilidad a las amenazas chinas y para muchos analistas, dejó al gobierno chino humillado, y ese pato pekinés se lo va a tragar casi con toda seguridad Taiwán. Si no puede castigar a Estados Unidos, se cebará en la isla.
Taiwán comenzó a negociar con sus vecinos Japón y Filipinas para encontrar rutas de aviación alternativas para evitar los activos chinos.
Consecuencias globales
Taiwán es líder mundial en el suministro de chips semiconductores, que son un componente vital para prácticamente todos los dispositivos electrónicos modernos, desde coches hasta neveras y teléfonos móviles. Los expertos han mostrado preocupación por el impacto en la cadena de suministro global y las perspectivas de inflación.
Las cadenas de suministro globales ya se han visto sacudidas por la pandemia y la guerra en Ucrania, cualquier conflicto en Taiwán, podría exacerbar la escasez mundial de chips que ya ha afectado a la industria automotriz mundial. El Estrecho de Taiwán también es una importante vía de navegación para los buques que transportan mercancías entre Asia y Occidente.
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