Los análisis toxicológicos practicados a los órganos del empresario Ángel Ferrera han confirmado que su muerte se produjo debido al cáncer de pulmón que padecía y no a ningún envenenamiento, según ha avanzado este viernes el diario digital Canarias Ahora.
Tras una petición de las hijas al juzgado de guardia antes de la incineración de los restos mortales, un juez había paralizado la cremación para practicarle una autopsia por una sospecha de las hijas de que la muerte se podría haber producido presuntamente por un envenenamiento.
El empresario padecía un cáncer de pulmón desde hacía años y esa fue la causa oficial de su muerte, que certificó tanto el médico que se encontraba en el domicilio en el momento en el que se produjo el deceso como la autopsia posterior que se le practicó, que achacaba el fallecimiento a la metástasis producida por el cáncer en los últimos años, y que estaba muy extendida.
De este modo, la viuda del empresario podrá incinerar los restos mortales y trasladar las cenizas a un panteón familiar en el cementerio de San Lázaro, tal y como Ferrera había establecido en sus últimas voluntades.
Ferrera, con una larga trayectoria empresarial, fue presidente de Toyota Canarias durante 40 años, y falleció el pasado 15 de agosto en Las Palmas de Gran Canaria a la edad de 79 años.