la casa blanca

El imperio de Trump es un castillo de naipes

El expresidente de Estados Unidos no levanta cabeza posiblemente para evitar que la espada de Damocles que se cierne sobre él se la saje de un tajo
Donald Trump

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ahora dice ser víctima de racismo por ser blanco a falta de excusas razonables, no levanta cabeza posiblemente para evitar que la espada de Damocles que se cierne sobre él se la saje de un tajo. Varios golpes judiciales están mermando las posibilidades de Trump de evitar un juicio penal por estar en posesión de documentos clasificados y el fallo de la fiscal de Nueva York está poniendo de manifiesto que el emperador estaba desnudo, al menos en cuanto a su presunción de estar arropado por una gran fortuna sobre la que construyó su voluptuosa política. Al experto en evadir la Justicia con complicados naipes de contraataques y apelaciones se le están acabando las cartas y aunque aún no ha sido acusado de ningún delito, los procesos legales y judiciales en su contra están avanzando considerablemente.

Problemas legales en Nueva York

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, interpuso esta semana una demanda civil de 200 páginas en la que sostiene que el imperio Trump se levantó sobre décadas de estafas al engañar a prestamistas, compañías de seguros y Hacienda. Nada sorprendente teniendo en cuenta la reticencia del magnate a presentar sus declaraciones de impuestos y acogerse durante cuatro horas de audiencia a su derecho a permanecer en silencio. La fiscal James solicita la devolución de $250 millones de dólares en fondos presuntamente adquiridos de forma fraudulenta y sanciones que afectarían gravemente a la Organización Trump.

Si bien estamos hablando de un caso civil, esto no quiere decir que Trump no enfrente consecuencias penales por el fraude, ya que la fiscal remitió las evidencias al Servicio de Impuestos Internos y al Departamento de Justicia. Trump, como de costumbre, negó la acusación y se quejó de ser víctima de la choteada excusa de que se trata de una “cacería de brujas”, y que la fiscal, negra, se ceba en él por ser blanco.
La demanda civil presentada por el estado de Nueva York contra Trump incluye a tres de sus hijos adultos: Don Jr., Ivanka y Eric, quienes son parte crucial de la Organización Trump. 

La fiscal, en su anuncio hizo mención al sofisticado patrón de sobrevaluación de propiedades y activos en la cartera de bienes de Trump, sus hoteles y clubes de golf, con la idea de conseguir mejores condiciones de préstamos y reducir su obligación tributaria, es decir defraudar a Hacienda.

Habrá que ver de qué manera Trump trata de sacudirse la responsabilidad cuando cada certificación fue firmada personalmente por él, y por tanto, involucrado directamente en la falsificación de las valoraciones. La fiscal argumentó que no continuar con el caso significaría que habría dos sistemas de justicia, uno para los trabajadores y otro para los ricos y poderosos.

Revés en Mar-a-Lago

En un fallo crucial en el caso de material altamente confidencial que Trump tenía en su posesión en Mar-a-Lago, un tribunal de apelaciones concedió una importante victoria al Departamento de Justicia al permitirle revisar documentos marcados como clasificados que fueron confiscados en el registro realizado por el FBI, lo que supone un nuevo revés para el expresidente en otro frente, esta vez, federal.

Tres jueces, incluidos dos designados por el mismo Trump, dictaminaron que el público tiene interés en que se garantice que el material privilegiado en su poder no haya causado “un daño excepcionalmente grave a la seguridad nacional”. El tribunal de apelaciones no solo suspendió parcialmente el fallo de un tribunal inferior para detener la revisión del Departamento de Justicia de 100 documentos clasificados tomados de Mar-a-Lago, que según los funcionarios son propiedad del gobierno y podrían exponer fuentes y métodos de inteligencia de EE.UU. e incluso poner activos estadounidenses encubiertos en riesgo en el extranjero, sino que también eliminó el argumento del equipo legal de Trump de que el expresidente pudo haber desclasificado los documentos como presidente, especialmente ante la ridícula presunción de que tan solo con pensarlo quedaban desclasificados. Ahora el Departamento de Justicia tiene luz verde para reanudar la investigación criminal de los documentos clasificados de Mar-a-Lago, después de que el equipo de abogados de Trump no pudiera presentar evidencia solicitada por el maestro especial, asignado al caso a petición del expresidente, y los tres jueces dejaron en claro que no tienen paciencia con las afirmaciones despreocupadas de Trump sobre el estado de los 100 documentos. Los abogados de Trump no han comentado si piensan apelar el fallo, y las opciones legales se están agotando: una de las únicas posibilidades que le quedan es una solicitud de emergencia a la Corte Suprema de EE.UU.

Se estrecha el círculo

No solo tiene Trump problemas en Nueva York y con los documentos clasificados de Mar-a-Lago, sino que, además, otros litigios en su contra continúan su curso como la investigación en Georgia sobre su presunto intento de robar las elecciones de 2020 en el crítico estado, y el comité selecto de la Cámara que investiga la insurrección del 6 de enero de 2021 anunció formalmente su primera audiencia de otoño para la próxima semana. El panel aún tiene que decidir si recomendará acciones penales contra el expresidente. El Departamento de Justicia ya tiene su propia investigación separada del gran jurado sobre los eventos que rodearon sus afirmaciones falsas de fraude electoral y los que llevaron al ataque a la capital de EE.UU. por parte de su multitud de seguidores.

Seguidores recalcitrantes

Las últimas derrotas legales de Trump se producen cuando considera una probable campaña presidencial de 2024, que, como es de esperar, se basaría en su afirmación de que los demócratas lo persiguen políticamente y ya ha amenazado implícitamente con actos de violencia en las calles si es acusado formalmente. El expresidente lleva años tratando de desacreditar a cualquier institución que se enfrente a él acusándolos de parciales, corruptos o herramientas de persecución liberal. Es bastante habitual que Trump juegue a hacerse la víctima en los mítines de campaña en los que dice a sus seguidores que está dispuesto a sacrificarse por ellos, convirtiéndose en sujeto de persecución política con el fin de protegerlos. Lo curioso es que mientras para el resto del mundo esta actitud provoca carcajadas por su dramática interpretación como drama queen, sus fieles seguidores se lo creen a pies juntillas, por lo que hay pocas posibilidades de que la base del exmandatario se vuelva contra él.

Ante la cascada de problemas legales de Trump, la idea de ser presidente nuevamente se vuelve cada vez más atractiva con el fin de obtener inmunidad presidencial y evitar ir a prisión. Además, no presentarse a las elecciones elimina la teoría de que está siendo victimizado políticamente, así que tendremos Trump para rato.

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