En 2019 celebramos los 50 años en que el Colegio de Arquitectos de Canarias se segregó del Colegio de Andalucía Occidental con sede en Sevilla. Tres años después, los 50 años de la inauguración de la actual sede del Colegio, con Rubén Henríquez de Decano y dos delegaciones provinciales. Asistieron a la inauguración José Luis Sert y Joan Miró, y a su impulso la primera EXPO de Escultura en la Calle 1973-74, modelo luego de muchas en España. Se celebra ahora con una EXPO coordinada por Rafael Escobedo, con la historia del edificio, proyecto y obra de Javier Díaz- Llanos y Vicente Saavedra, que aúna las referencias del “brutalismo inglés”, con el detalle de las “arquitecturas nórdicas”. Convertido en icono de Santa Cruz, luego de 50 años muestra su actualidad. Fue, además, una operación de rehabilitación urbana, en un punto singular de la rambla, donde el colegio ofreció una plaza a la ciudad y en su bajo la sala de EXPO. Decía en la presentación nuestro alcalde hoy, José Bermúdez, que no ha sido tan importante el edificio como las actividades que los arquitectos han sido capaces de aportar a todos en 50 años. El continente precipitó los contenidos, que la profesión ha trasladado desde la arquitectura, patrimonio y arte, el urbanismo y el territorio, el medioambiente y la cultura. La EXPO de 50 años muestra la historia del proyecto y obra de la sede. El fondo de arte del ACA, Asociación Canaria de Amigos del Arte Contemporáneo, al calor de la EXPO de Esculturas en la Calle 73-74.Fue Asociación en el 78, con Eduardo Westerdahl, Domingo Pérez Minik y Vicente Saavedra. El propio fondo de Arte del Colegio, la colección de las esculturas múltiples anuales del colegio en Navidad desde 1986. En planta baja cuelgan unos 200 carteles de las EXPO más significativas, unos 300 folletos de los actos y el histórico de actividades, con la Revista de Arquitectura Basa, iniciada en 1985. Un viaje en el tiempo para visitar. No ha sido ajena la historia del Colegio a la sociedad y política de sus tiempos. Vivió una primera fase del 69 al 78 en que se aprobó la Constitución. El colegio fue plataforma de transición democrática, desde la arquitectura y el urbanismo. Rubén Henríquez y Juan Julio Fernández, cargos que fueron diputados en Madrid. Y José Ángel Domínguez, luego coordinador de los Planes de Barrios y del PGO de Santa Cruz. Con él colaboraron Luciano Parejo y Juan Cruz. La crisis entonces dio pie a una Junta de Edad, seguida por las nuevas juntas desde 1980 a 2010. En 1990 se aprobó el nuevo Estatuto, hasta las crisis conjuntas, económica y de liberalización de servicios, con la Bolkestein del Tratado de Lisboa de la UE del 2010. Que casi suprimió el visado y con ello la principal fuente de ingresos del colegio. En este periodo contaba el colegio con Laboratorio de Ensayos, el CIEC, Emecé, la Revista de Arquitectura, el Premio Oraá de Arquitectura, las esculturas de navidad, las terrazas de verano luego de 1988, numerosos servicios de asesoría profesional y una notable actividad y presencia en medios. Nada de ello sin la entrega de nuestro personal. He mantenido por 27 años desde 1980 presencia personal en el colegio, en puestos de responsabilidad, insular, regional, nacional y corporativo. En el cambio son siempre más rígidos los gastos que los ingresos, que obligaron a reconfigurar la institución en el 2010, hoy estabilizada. Nos obliga la tradición de 50 años a recuperar los campos profesionales de acción de siempre, ejerciendo liderazgo social, al margen del desafortunado encaje estatutario insularista del 2014, que precisa recomponer la institución regional. Los tiempos y las respuestas son otros, debemos rescatar la presencialidad y posicionarnos en una sociedad obligada a colaborar en acciones comunes, público-privadas y corporativas, cuyos referentes tenemos en el histórico. Ejercer nuestro arte con técnica y con cultura.