El ayuno intermitente es un nuevo tratamiento para el control del peso corporal y de los problemas asociados a la obesidad que está teniendo gran éxito en la sociedad, pero ya hay expertos que aconsejan cautela respecto a su utilidad, porque aún no hay pruebas científicas sobre sus resultados.
Es el mensaje que la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha transmitido este miércoles, a partir de la ponencia que la investigadora Idoia Labayen Goñi, profesora de Fisiología en la Universidad de Navarra y directora del instituto de investigación ISFOOD, ha presentado en la primera jornada del congreso que celebran en Las Palmas de Gran Canaria.
“Debemos ser muy cautos porque todavía no hay evidencia científica. Es muy probable que no sea recomendable para todos los pacientes con obesidad, como ocurre con otros tratamientos, y los especialistas deberán valorar su indicación en el futuro”, ha asegurado Labayen.
La experta ha apuntado que una de las cuestiones que se plantean es si el ayuno intermitente “es compatible con nuestro estilo de vida”, ya que los estudios realizados son de corta duración.
“Los tratamientos de la obesidad son siempre de larga duración e incluso crónicos, por lo que deben ser compatibles con la vida laboral, social y familiar de las personas que la padecen”, ha añadido.
El ayuno intermitente se basa en la restricción del tiempo en el que se puede comer sin que exista ninguna limitación de los alimentos que se pueden ingerir, recuerda la SEEN.
Aunque no existe un porcentaje estimado de personas que lleva a cabo este tipo de ayuno, Labayen ha remarcado su éxito social.
La experta sostiene que el tratamiento clásico a base de dieta hipocalórica fracasa en la inmensa mayoría de los casos, ya que los pacientes suelen recuperar el peso perdido.
Las dietas con ese perfil, ha explicado, “son difíciles de enseñar por parte de los profesionales clínicos, así como de seguir por los pacientes, que deben aprender acerca de la composición nutricional de los alimentos y controlar las cantidades que ingieren”.
Sin embargo, el ayuno intermitente “es muy sencillo de explicar, solo hay que indicar un horario para comer y ayunar el resto del tiempo, así como de entender y aplicar por los pacientes”.
Los resultados relacionados con la pérdida de peso también son discretos, ha asegurado Labayen, quien ha advertido de que las principales preocupaciones atañen a la posible pérdida de masa muscular como consecuencia del prolongado tiempo de ayuno.
“La pérdida de masa magra es un efecto indeseado de los tratamientos de pérdida de peso porque conlleva la disminución del gasto energético y, en consecuencia, la recuperación del peso perdido. Esta es una de las cuestiones que estamos investigando”, ha detallado.
Asimismo, ha remarcado la importancia de acudir a un endocrino cuando se quiere iniciar un tratamiento de pérdida de peso, consejo que tiene aún más relevancia con el ayuno intermitente: “No conocemos sus posibles efectos adversos y, además, para algunos pacientes puede estar desaconsejado”.
“En la actualidad, no podemos todavía recomendar hacer ayuno intermitente hasta que estemos seguros de que es eficaz, factible y no conlleva riesgos para la salud. Hay colectivos para los que está contraindicado y, en general, no se debe realizar sin supervisión médica porque podría tener riegos para la salud”, ha señalado.