La pauta de España en esta encrucijada es la de activar el gran angular sobre el mapa geoestratégico de Europa para sobrevolar la vecina África y posarse en América, como si la vieja madre patria desempolvara el baúl del desván y rescatara los vínculos dormidos con la otra orilla que ahora despiertan tras los tambores de guerra. El ministro Albares traía el mundo en la cabeza y en su intervención ayer en el Foro Premium de la Fundación DIARIO DE AVISOS miraba este momento crucial con el dron del hombre mejor informado en España sobre el planeta.
El diputado Héctor Gómez, que preside la comisión de las claves del Congreso (la Constitucional) puso el foco, en la presentación del invitado, sobre el perfil de un ministro que viene de vueltas de otras travesías a esta política de guerra. El propio Gómez se curtió en esa rama que ahora prima en todos los gobiernos, los llamados asuntos exteriores, y se esforzó en templar gaitas como portavoz en el país de las oposiciones. Hace tiempo que España vive en las trincheras. No es Italia, donde los gobiernos caen por el mito de que tienen dos años de caducidad y la leyenda se ha convertido en hábito. Ni Reino Unido por último, donde los primeros ministros se extinguen en días y compiten en duración con las verduras de hoja verde. No. España es un campo de batalla desde el año 1 de la democracia. La de Suárez con Guerra. La de Tejero con disparos al techo, “¡se sienten, coño!”. Y todas las siguientes hasta esta peripecia belicista de Ayuso con casco de combate abriendo fuego contra Sánchez y, de paso, si se piensa mal, contra Feijóo.
Por eso, ayer Albares arremetió contra la presidenta de Madrid porque por la mañana habían prendido fuego las redes unas declaraciones suyas en televisión comparando a Sánchez con Ortega, el tiranuelo nicaragüense. Exigió en el Foro Premium que Feijóo desautorizara a su baronesa; su reprimenda convenía a su cargo, pues el ministro tiene el deber de saber cómo se las gasta el exrevolucionario sandinista que gobierna un país de América como un alcaide dirigiendo una cárcel de opositores.
La cita de ayer en el SocialLab de DIARIO DE AVISOS tenía que ver con tres continentes. Europa, América y África. Albares destacó que estaba hablando en el foro del único lugar de España que tiene lazos directos con los tres. Y desde Canarias contó los entresijos del acuerdo con Marruecos, celebró que haya bajado el flujo de pateras y afirmó que el Gobierno canario se sienta en la negociación de la mediana con Rabat. Adelantó que Torres prepara ya su viaje a Marruecos. En 2023 Sánchez cogerá la batuta de Europa en el segundo semestre. Para dirigir esa orquesta (“la guerra seguirá, ojalá me equivoque”) contará con la colaboración del presidente canario, que el 15 de este mes toma posesión en Bruselas de la presidencia de las RUP.
Zelenski está en guerra, pero no ha perdido el sentido del humor, según constató Albares en privado durante el encuentro en Kiev, el miércoles, con el presidente ucraniano. Un día tendremos la fiesta en paz, pero ahora todas las miradas están puestas en el cielo por lo que pueda caer. Albares negó que exista “el más mínimo indicio” de que Putin piense lanzar una bomba nuclear. Y con esa bomba de esperanza levantamos la sesión.