27 ocasiones de gol sirvieron para absolutamente nada. El Oviedo de Cervera fue fiel a su estilo y logró tres puntos de oro en el Heliodoro ante un rival que acusa, y mucho, el destrozo que hizo la UD. Y eso que el CD Tenerife tuvo ocsiones para marcar de todas las maneras posibles, pero perdonó en exceso mucho y acabó lamentándolo. Los blanquiazules vuelven a atravesar un bache de resultados que puede agravar el Alavés el próximo miércoles.
Buena puesta en escena local. El ridículo hecho en Gran Canaria enrabietó a los blanquiazules, que en los primeros 20 de partido se comieron a los carbayones. En ese corto espacio de tiempo sacaron cinco saques de esquina, acumularon un 72% de posesión y pusieron a prueba muchas veces a Braat.
Primero fue Nacho el que colgó un centro chut que casi sorprende al meta ovetense. El balón acaba en saque de esquina en el minuto 1. Luego tomó la alternativa Romero, que conectó un fuerte disparo que fue repelido por un sorprendido Braat.
Habían encontrado los blanquiazules una autopista por el carril de Waldo, quien disparó por encima del larguero en el 17. Uno antes también Sergio acarició el gol. Garcés, en el 19, se sumó a la fiesta con un disparo con la derecha que se marchó a córner. Ya a esas alturas el Tenerife era merecedor de ir por delante en el marcador, pero ya se sabe que este equipo necesita crear demasiadas ocasiones para llegar a marcar.
En el minuto 20 muchos aficionados cantaron gol con un remate al lateral de la red obra de Waldo. Teto, con un lanzamiento desde media distancia, también quiso ser el primer protagonista del partido, pero el esférico nuevamente acabó en la esquina.
Volvió a temblar la portería asturiana con un zurdazo espectacular de José Ángel que acabó igualmente en un lateral de la red. Llega a entrar y se hubiese convertido en el golazo de la jornada y en uno de la temporada.
En esos momentos ya se había superado la media hora de juego y el Tenerife acumulaba 10 remates a la portería del Oviedo, aunque ninguno con acierto.
El duelo se enfrió después de la entrada de Obeng a Mellot, con la que el ovetense se ganó la amarilla y casi lesiona al francés.
Con algún remate más fallido acabó una buena primera parte del Tenerife.
Ya se sabe que cuando un equipo perdona tanto, el rival mete la primera que tiene. Así sucedió tras el paso por los vestuarios. Costas acabó rematando una jugada a balón parado pésimamente defendida por los blanquiazules. Ramis tuvo la obligación de hacer cambios. Entraron Shashoua y Gallego por Garcés y Waldo en el 59.
Braat le negó el gol a Romero, el mejor de los blanquiazules hasta ese momento, en el minuto 63. El sevillano, tras conectar con Sam, se fue quitando de encima rivales de encima hasta sacar un disparo duro que mandó a córner el meta visitante con una buena mano abajo.
Esta ocasión volvió a animar a los locales, que nuvamente comenzaron a crear peligro sobre la meta ovetense.
El tercer y cuarto cambio en las filas locales llegaron en el 73. Entraron Dauda y Larrea y se fueron Aitor y Teto. Poco después, Sipcic pidió el cambio por lesión y entró en su puesto Carlos Ruiz. Agotó cambios Ramis.
La recta final dejó unas cuantas ocasiones más y otra dolorosa derrota del Tenerife
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