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¿Klaus Voormann, autor de la portada de ‘Revolver’, se enamoró de una tinerfeña?

Grammy a la mejor carátula de la historia, el disco incluyó los míticos temas ‘Yellow Submarine’ y ‘Eleanor Rigby’
¿Klaus Voormann, autor de la portada de ‘Revolver’, se enamoró de una tinerfeña?
Klaus Voormann, plátano en mano, junto a Ringo Star, el mítico batería de Los Beatles. En el recuadro, el disco ‘Revolver’. DA

Hace unos dos años, Klaus Voormann, hijo músico de un eminente médico alemán, viajó a Tenerife con su mujer y sus dos hijos. No era la primera vez. En 1963, el 29 de abril, tres miembros de Los Beatles vinieron a la isla, se alojaron en el chalé realejero sin luz eléctrica del Dr. Voormann y pasearon en un Austin Healey deportivo, hoy una joya propiedad de Joaquín Sieper. Ellos y su amigo Klaus, bajista del grupo en ocasiones y de algunos de sus integrantes cuando más tarde actuaron en solitario.

Cuando le pregunto a Mara Martínez, que hoy tiene 77 años, si Voormann (84) se enamoró de ella, me responde que vaya tontería. Todas las amistades de Mara aseguran que sí, pero que nunca se lo dijeron el uno a la otra. Hay fotografías que dan fe de la amistad de ambos y yo fui testigo de una conversación telefónica muy cariñosa y evocadora entre Klaus y Mara. Cuando hace dos años el ilustrador y músico visitó la isla de nuevo, estuvieron juntos. Mara, Klaus, su esposa y sus dos hijos.

Tres beatles vinieron a la isla, Ringo Starr, George Harrison y Paul MacCartney. John Lennon prefirió la Costa del Sol. En Tenerife, Voormann perdió a su novia, la fotógrafa Astrid Kirchherr, que murió en mayo de 2020, a los 81 años. Ella fue la musa de Los Beatles y a Voormann se la levantó uno de ellos, aseguran que Harrison, en sus días tinerfeños. Siguieron siendo amigos, porque en aquellos tiempos nada era igual que ahora. Astrid hizo las fotografías de los tres Beatles en la isla, que aparecen en el gran libro dedicado al grupo. También ha escrito de ello Nicolás González Lemus, en una excelente aportación a esta historia.

La amistad de Klaus Voormann con el grupo británico nació en Alemania, cuando el cuarteto actuaba en un pub de Berlín. Pasaron por la calle, los oyeron tocar y cantar, él y Astrid, según se ha escrito, bajaron al pub, se sentaron a escucharlos y ahí empezó una relación que jamás se rompió. Klaus pintó a Mara Martínez, le hizo varios retratos, pero una inoportuna mudanza acabó con ellos. Los perdió.

Harrison se pasó de tomar en sol en la playa de Martiánez y casi se ahoga en La Barranquera, el borde traicionero de dicha playa, en la que ha fallecido tanta gente, empeñada en luchar contra la corriente. Otros días prefirieron la tranquilidad de la piscina del Lido San Telmo, que hoy forma parte del complejo del Lago de Martiánez.

Está para la historia que David Gilbert, uno de los concesionarios del Lido San Telmo, no los dejó tocar “por melenudos”. Gilbert, una gran persona, era un judío que había formado parte de la RAF en la II Guerra Mundial. Un héroe de la aviación. Su otro socio era José Manuel Sotomayor, que prefería los acordes de la Orquesta San Telmo, integrada por Falo, Foronda y Fariña. Tocaban y cantaban una canción que se llamaba “Potaje de berros”.

Volviendo a Klaus Voormann, su portada de Revolver, la última producción de Los Beatles en un estudio, creo que la séptima, disco aparecido en el año 1966, obtuvo un premio Grammy al mejor diseño. Hoy se cotizan muy alto esos vinilos originales.

El otro día cené con Mara en el popular Dinámico, ahora tan distinto a aquel bar de la Plaza del Charco -en el mismo lugar que el actual-, recordando viejos tiempos. Hemos logrado una foto de Voormann con Mara, su hermana Pili y una amiga. Mara Martínez, casada con Manuel Yanes y con una hija, Vanessa, y varios nietos, sigue siendo una mujer guapa, con gran sentido del humor, pero no suelta prenda. “Eran otros tiempos”, me dice, “entonces, con 19 años, si paseabas con un chico ya te hacían novia de él; lo que sí es verdad es que nos llevábamos muy bien”.

La casa en la que se alojaron Los Beatles, en La Montañeta de Los Realejos, sigue estando ahí, pero muy cambiada. No había luz, no llegaba hasta ahí la civilización. El Austin Healey del doctor Voormann los llevó al Teide y a lugares de la isla de los que los cuatro músicos, incluyo al bajista Klaus, salieron encantados. Cuando llegaron a Inglaterra los tres miembros del grupo ya su primer disco se encontraba encabezando las listas de éxitos, pero aquí en Tenerife, una isla remota en el Atlántico, ellos se quejaban de que no los conociera nadie. Hasta el punto de que no los dejaron tocar en San Telmo. Otras versiones de la historia dicen que sí pudieron actuar los tres en un bar llamado Flamingo, en la calle Doctor Ingram, pero este dato no lo tengo confirmado.

El Puerto de la Cruz ha sido ingrato con el grupo. Yo di una idea, que ahora repito. Un monumento a Los Beatles en la rotonda anexa al hotel Las Vegas, hoy ocupada por un delfín, que represente a los tres miembros del grupo que vinieron a la isla y a un cuarto separado de ellos, John Lennon, que prefirió Torremolinos. Sería una atracción turística de primer orden, no explotada hasta el momento. O quizá la ubicación podría ser la explanada de Martiánez, ahora un horroroso erial, cerca de donde estuvo a punto de ahogarse George Harrison.

Mara me cuenta que Klaus tenía un grupo llamado Klaus, Mel and Gibson y que conoció al bajista en la peluquería de su tía, donde su padre, el doctor Voormann, se hacía la manicura. Luego Mara siguió viendo a los miembros del grupo musical en Wimbledon, “donde viví un tiempo con mi tía Maruchi, porque me fui a Inglaterra a aprender inglés”. Incluso paseó en un Austin Mini que se había comprado uno de ellos, creo que Paul, como una gran cosa. Era el coche de moda entonces.

Hace dos años, Voorman, que ha cumplido 84 años, su esposa y sus hijos regresaron a la isla y Mara Martínez estuvo con ellos. “Tienen dos hijos, chico y chica, guapísimos; Klaus me preguntó si conservaba sus dibujos. Yo no me acuerdo si le dije que sí o que no, pero la realidad es que los perdí en una mudanza y no han aparecido, creo que mi hermana Pili tiró un montón de cosas, entre ellas esos dibujos, que recuerdo muy parecidos, en cuanto a estilo, a la portada del disco de Revolver, que también lo tenía y también lo perdí”.

Muchas veces ignoramos la gente que ha venido por aquí y la relación de personas de la isla con otras tan famosas como el autor de la portada de Revolver. Klaus Voorman nunca perdió su amor por la isla y sus recuerdos están muy presentes en su corazón. Ahora aparece en todos los medios del mundo, porque la beatlemanía ha vuelto a reverdecer, nadie sabe muy bien por qué. El periódico español El País le acaba de dedicar un amplio reportaje. Caminaremos, pues, de nuevo, por Abbey Road con un revólver en la mano, o quizá tengamos que navegar a bordo de un submarino amarillo cantando a Eleonor Rigby. Quién sabe.

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