tribuna

Navidad en La Laguna, solidaridad y liderazgo

Si Navidad es, por principio, sinónimo de encuentro, fraternidad y concordia, estas fiestas de 2022 están llamadas a ser las más entrañables de los últimos años. El tiempo pasa muy deprisa y tendemos a olvidar con facilidad, pero hasta no hace mucho una simple comida familiar suponía un serio riesgo para la salud. Superado lo peor de la pandemia, familias, amistades y compañeros de trabajo, vuelven a congregarse, en calles y hogares, en torno a una celebración cuyo mensaje de paz a todas las personas de buena voluntad sigue plenamente vigente, más de dos mil años después de la primera Navidad, en un mundo que parece empeñado en vivir en permanente conflicto.

El calendario es caprichoso y tiene predilección por las fechas señaladas para invitarnos a reflexionar sobre nuestra condición y sobre nuestros objetivos. Es este un tiempo propicio para hacer balance del año que termina, tanto en lo personal como en lo colectivo. La vida del individuo, al igual que la vida de los pueblos, se construye paso a paso, con sus aciertos y errores, con sus logros y sus fracasos. No es ningún secreto que la verdadera sabiduría consiste en levantarse y reponerse a las adversidades; en tener la honestidad de admitir las propias limitaciones y ser capaces de reparar el daño causado. No está de más volver a poner el énfasis en un concepto como la empatía –situarse en el lugar del otro- y reivindicar el valor de la reconciliación como herramienta para construir sociedades más justas.

Es tiempo también de nuevas oportunidades, de encarar proyectos para un nuevo año que nos invita al optimismo. Aprender a afrontar nuestro tiempo tal y como se nos presenta, ha sido una de las grandes lecciones que hemos tenido que aprender en estos años.

Navidad es, en tercer lugar, un tiempo para la solidaridad. Y este no puede ser un término devaluado que se malgasta gratuitamente para tranquilidad de conciencias bienpensantes. La verdadera solidaridad exige un compromiso real y permanente a favor de la justicia social, la atención a quien lo necesita, pero también de respeto a la diversidad, de igualdad y plena integración.

Es ahí donde La Laguna quiere ejercer un liderazgo real y efectivo. Y liderar no significa desmarcarse de los demás con intención de dejarlos atrás, sino recorrer antes el camino para ayudar a otros a seguirlo. La Laguna quiere abrir en Canarias nuevos caminos de solidaridad, de respeto a la diferencia, de acogida. Contamos para ello con una sociedad inquieta, implicada y hospitalaria, que generación tras generación ha sabido salvaguardar los principios fundacionales de La Laguna como una ciudad abierta, ciudad de paz.

La Navidad es, debe serlo, una invitación a la acción desde la alegría; desde el convencimiento de que merece la pena luchar por un mundo mejor, más justo y más igualitario. Estas fechas son una llamada a no cejar en nuestro empeño, porque la dedicación a los demás siempre merece la pena. A ello les animo con mis mejores deseos. Feliz Navidad y feliz año 2023.

* Alcalde de San Cristóbal de La Laguna

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