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Ayer, día del impacto del bólido en Gran Canaria, se cumplieron 68 años de la única persona golpeada por un meteorito

Ann Hodges dormía la siesta cuando sintió un tremendo dolor
Ayer, día del impacto del bólido en Gran Canaria, se cumplieron 68 años de la única persona golpeada por un meteorito

El impacto de un meteorito en Canarias ha acaparado la atención informativa en las últimas horas. Curiosamente, tal y como ha recordado hoy Stavros Meletlidis, reconocido vulcanólogo griego afincado en Canarias, se cumplían 68 años de la única persona golpeada por un meteorito: Ann Hodges. Casualidades de la vida.

Michael Reynolds, astrónomo citado por la BBC, llegó a decir en una ocasión que existen “más posibilidades de ser golpeado por un tornado, un rayo y un huracán, todo al mismo tiempo, que de ser impactado por un meteorito”. Y así es, solo hay que recordar que la única ocasión en la que esto ocurrió fue en 1954.

Se cree que al día unos 20 bólidos entran en la atmósfera terrestre, pero la mayoría acaban en el mar o en zonas deshabitadas, sin provocar daños y, en muchas ocasiones, sin que la población se llegue a enterar de ello.

Ann Hodges ha pasado a la historia por ser la primera, y por el momento la única, persona que es alcanzada por un meteorito. Curiosamente todo ocurrió mientras dormía la siesta en su casa de Alabama, en la tarde del 30 de noviembre de 1954.

Ann se despertó de repente al sentir un fuerte dolor a la altura de la cadera. Según sus declaraciones, la casa estaba llena de escombros y humo, mientras un gran agujero aparecía en el techo de su vivienda.

Por suerte, el impacto del meteorito no fue directo. Una roca “del tamaño de un melón” y de “color negro”, había impactado en la casa, roto el techo, rebotado en un aparato de radio y, luego, golpeado a Ann Hodges. A sus 31 años, Hodges había pasado a ser la primera persona a la que ha golpeado un meteorito.

Un geólogo que trabajaba en una excavación cercana se acercó al lugar, desde el primer momento dijo que era un meteorito, que sería confiscado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos para poder analizarlo. Pesaba casi cuatro kilos (3,8) y un vecino, que encontró un fragmento del mismo, logró venderlo por “una pequeña fortuna” como él mismo dijo, nunca desvelando el precio.

El meteorito puede verse hoy en día en el Museo de Historia Natural de Alabama.

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