Fue designado como el primer vegetariano de España por parte de un conjunto de periodistas especializados en gastronomía que se desplazaron a Canarias durante la pandemia de coronavirus con el propósito de impulsar el turismo en el Archipiélago tras el cero turístico.
Sin embargo, Casa Efigenia jamás concibió su aportación en la práctica del consumo de productos vegetales, ya que hace más de 50 años que esta mujer procedente del caserío Las Hayas, ubicado en el municipio de Valle Gran Rey, cocina puchero y potaje de berros para todos aquellos que visitan La Gomera y se topan con esta singular ventita reconstruida en un entorno gastronómico y museístico.
Efigenia siempre ha sido una adelantada a su tiempo. Contrajo matrimonio con un isleño residente en Arure que trabajaba en el campo para proveer a su esposa de frutas y verduras que esta preparaba en el local instaurado desde finales del siglo XIX, donde hasta entonces se vendían medicinas, ropa y todo tipo de artículos.
Ahora, tras más de medio siglo de incansable labor como restaurante, se ha convertido en todo un referente en la Isla, donde turistas y canarios confluyen en la degustación de escaldón, potaje, quesos y ensaladas, entre otros manjares. Su hijo Sergio ha cogido el testigo del negocio, pero Efigenia, que lleva su vocación por bandera, continúa velando por que este espacio, en el que ha pasado la mayor parte de su vida, mantenga intacto su espíritu.
“Mi madre no solo cocinaba para los clientes, sino que los atendía y recomendaba personalmente, e incluso charlaba un rato con ellos al finalizar la comida”, declara a este periódico en una entrevista telefónica el actual responsable de Casa Efigenia, quien puntualiza que esa ha sido siempre la “idiosincrasia” del establecimiento.
Sergio relata en una exhaustiva cronología las diversas influencias que han transitado por el restaurante más antiguo de La Gomera: “Los primeros comensales fueron ingenieros que trabajaban en el monte y que instalaron su centro estratégico en Casa Efigenia, donde mi madre organizaba comidas para grupos; con el movimiento hippie en el sur de la Isla, estos amantes de la naturaleza descubrieron una especie de paraíso gastronómico donde solo se cocinaban platos vegetarianos”.
Y es que, según detalla, el boca a boca de estos viajeros en su país de origen supuso un punto de inflexión para la empresa familiar, que por aquel entonces era recomendado además por guías turísticas de Alemania. El hijo de Efigenia también recuerda que de niño “venía gente que huía del accidente nuclear de Chernóbil y que pasaba temporadas en La Gomera“.
Recientemente, han sido los propios canarios quienes se han hecho eco del antiguo comedor regentado por una familia gomera que sirve con tiempo y dedicación algunos de los platos más reclamados de la cocina local: “Contamos con dos menús estrella: el de puchero y potaje de berros. Ambos incluyen almogrote, escaldón y postre casero”.
“Todo lo hacemos con verduras”, destaca Sergio, quien deduce que la influencia del vegetarianismo podría provenir de su abuelo materno, “quien evitaba comer carne porque no mataba a sus cabras, sino que aprovechaba la leche y el queso”. Un principio que su hija, Efigenia, supo aprovechar en su establecimiento, convirtiéndose en esposa, madre y una auténtica emprendedora como no las había -o no permitían- durante la época.