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Wolfgang Kiessling: “Hace 50 años solo era un alemán con un par de papagayos que había venido al Puerto de la Cruz a hacer su vida”

Hablamos con el presidente y fundador de Loro Parque, que celebró por todo lo alto su 50 aniversario con la inauguración de dos nuevas atracciones
Wolfgang Kiessling, presidente y fundador de Loro Parque. Fran Pallero
Wolfgang Kiessling, presidente y fundador de Loro Parque. Fran Pallero

Fueron muchas las personas que insistieron para que Wolfgang Kiessling escribiera su historia, en la que sobresale el hecho de “haber creado en una isla un zoológico que ha llegado a ser nombrado dos veces el mejor del mundo, y que tiene un parque acuático que ha sido considerado ocho veces el mejor del mundo”, pero él no lo tenía tan claro. Sin embargo, y tras haberlo paralizado durante diez años, este 2022, coincidiendo con el 50 aniversario de Loro Parque ha sido publicado Desde Gera en Turingia a Loro Parque en Tenerife: la apasionante historia de la vida de Wolfgang Kiessling, cuya autora es Jutta Vogel y su diseño y maquetación es obra de Inge Feier.

En este medio siglo, el grupo (que también conforman Siam Park, Poema del Mar, Brunnelli’s, Loro Parque Fundación, y el hotel Botánico) no ha parado de crecer y renovarse: el viernes se inauguraron dos nuevas instalaciones en Loro Parque: La gruta, una cueva de murciélagos fruteros, y Oceanía, un gran aviario abierto para loros australianos, y se prepara el atolón mayor del mundo de corales, con el fin de concienciar a los visitantes de la necesidad de protegerlos junto con nuestros mares. En Poema del Mar se construye una nueva piscina para peces que vienen de África y, en breve, Siam Park contará con un tobogán que el mundo no ha visto hasta hoy, que vale más que todos los que se han instalado desde su inauguración y que será, vaticina, “espectacular”.

-¿Cómo se le ocurrió escribir un libro con su biografía?
“No se me ocurrió a mí, sino a otras personas que me dijeron tienes que hacer esto”. Me han hecho tantas preguntas que al final tenían suficiente material para hacer el libro. Y me pareció bien al cabo de 50 años de Loro Parque hablar un poco de mí, de dónde vengo, lo que he hecho en la vida y cómo he llegado a crear más de mil empleos. Y no se puede perder tampoco el capítulo de cómo se me ha frenado para llegar a 1.600 (se refiere a las dificultades para crear un parque acuático en Gran Canaria)”.

-¿En sus inicios pensó alguna vez que Loro Parque iba llegar al medio siglo?
“Qué va. No se lo podía imaginar nadie. Pero desde un principio había pensado en trabajar al estilo de mi padre, de manera independiente y con éxito. Lo he hecho de esa manera y me ha ido bien, pero es algo que no puedes hacer sin apoyo ni ayuda. Tengo un buen equipo -recuerda y señala en el libro a Antonio Casera, abogado ya fallecido al que define como “un hombre muy dedicado a mi empresa”- y alguien a quien nunca puedo olvidar es a mi mujer”.

-La mayoría de la gente piensa que lo suyo ha sido un camino de rosas. ¿Tuvo que sortear muchas dificultades para llegar adonde está?
“Los comienzos fueron muy difíciles. No tenía suficiente capital. Cuando se hace algo como esto y se termina la obra, debes tener dinero para pasar al menos uno o dos años. Yo no lo tenía y los bancos no me lo daban porque no tenían confianza en el proyecto que yo estaba montando. Habían lanzado en el pueblo el mensaje de que “había muchos idiotas que querían ganar dinero, pero uno con papagayos todavía no lo hemos encontrado”. Y con esa reputación, iba de banco en banco y todos me decían que no me podían ayudar. Finalmente, lo hicieron quienes me habían ayudado en la financiación y un señor alemán que con su firma me salvó de la subasta de mis acciones”.

-¿Por qué eligió Tenerife? ¿Fue una casualidad?
“Trabajaba como director en la compañía de aviación Calair y mi mujer y yo conocimos la Isla y nos pareció impresionante el movimiento que había en ese momento en el Puerto de la Cruz, era un boom turístico. En el Oasis había siempre un cantante y el café Columbus era una institución impresionante. Ese movimiento y el buen clima que hacía nos gustó tanto que decidimos venir a vivir aquí. En ese momento no éramos nada, unos alemanes con un par de papagayos que habían venido a hacer su vida. Cada vez que iba al Ayuntamiento, el secretario me preguntaba: “¿Hoy qué vienes a llorar?”. No había consideración ni apoyo de las instituciones, pero poco a poco la relación fue mejorando y hoy en día estoy contento. A veces me dicen que tengo enchufe con las instituciones y les contesto que no tengo ninguno”.

-¿Cómo se decidió a incorporar otras especies, incluso de diferentes hábitats, y aumentar la familia?
“En 1982 había un movimiento de activistas que confiscaron en el Puerto cinco o seis chimpancés y, como no sabían donde ponerlos, los tenía la Policía Local en la celda de los borrachos. El alcalde de ese entonces me llamó y me dijo que tenía que cogerlos porque era el único que tenía licencia de zoológico. Pese a que argumenté que tenía un parque de papagayos, no de chimpancés, tuve que construir una jaula y alojarlos. El público estaba loco con los chimpancés, estos con el público y al final teníamos una nueva atracción que valía muchísimo. En ese momento yo había comprado la finca que estaba por encima y decidí coger más animales, no solo papagayos. Además, se había ganado al mar 100.000 metros de parque marítimo y había un proyecto de un grupo israelita que, según el Ayuntamiento, quería poner un delfinario. Y como pasaban los años y los meses y ellos no lo hacían, pregunté, me dieron la conformidad y así hemos traído los delfines. Llegó el año 90, en que pude comprar el resto de la finca y tenía espacio para hacer un parque de verdad, y así se instaló el espacio para los leones marinos y después ampliamos el de los chimpancés”.

-Y ahora murciélagos. ¿Cómo se le ocurrió traerlos?
“Son unos animales muy interesantes, que ya los habíamos tenido años atrás pero no era posible mantenerlos mientras se construía la instalación de los pingüinos y por eso durante la COVID, cuando se renovaron las instalaciones, tenía un recinto oscuro y decidí traer otro tipo de murciélagos, que son muy vitales. Es una de las instalaciones más hermosas. Tuvimos que convertir el día en noche y la noche en un poco de día. Hemos conseguido una gruta impresionante en la que viven, están felices y se multiplican. En poco tiempo vamos a tener una gran cantidad”.

-Siempre tuvo la idea de acoger elefantes en Loro Parque. ¿Ya la descartó?
“No me lo recuerde. Yo lo considero un animal muy próximo, que siempre trae la suerte y en la entrada de Loro Parque hay tres hechos de plantas que son una maravilla. En mi casa tengo entre 30 y 40 en todos los rincones que uno se puede imaginar, y aquí en mi oficina tengo también una colección de elefantes pequeños. En el hotel Botánico tengo dos que vienen de un templo y que forman el saludo de bienvenida en la entrada, siempre decorado con flores. Los activistas actúan de diferente forma según los parques. Aquí han cogido las orcas como muestra de la inhumanidad con la que deben vivir, en otro, son los gorilas, en el siguiente, los osos polares, en el siguiente, los elefantes. Por eso no los he traído, por no tener más activistas en contra de mi empresa de los que ya tengo”.

-¿Les tiene miedo a los activistas?
“¡No! Son gentes que han encontrado la forma de ganarse la vida muy bien sin hacer nada por los animales. Loro Parque creó en el año 1994 la Fundación Loro Parque, que hasta hoy ha salvado a 12 especies de papagayos, como nos confirma la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que lleva el libro rojo de especies en extinción, y ha destinado 26 millones de dólares en proyectos medioambientales y esto no lo ha hecho ningún activista. Si coges PETA, de un presupuesto de 60 millones de dólares, ha dado 750.000 dólares por un proyecto y el resto son salarios, gastos de viaje, notarios, abogados y publicidad. Yo también me opongo a algunas cosas con los animales y sé que a muchos españoles les va a doler, pero no encuentro bien, por ejemplo, la lucha con los toros, matar a un animal para mostrar tu propio coraje, o el transporte y el mantenimiento de los animales en establos muy pequeños, sin ver la luz del día y con la misma comida. En esos casos me vuelvo activista desde el primer momento. Pero en nuestro caso, cuidamos mucho a los animales. Durante la pandemia de la COVID hemos mantenido 18 personas solamente con las orcas, para cuidarlas y moverlas, porque la orca tiene que estar en movimiento todo el día. Tenemos tres veterinarios fijos, dos asistentes, un practicante y tres personas en el laboratorio, es decir, que solamente en la parte de salud tenemos nueve personas que están presentes los 365 días al año y por eso Loro Parque tiene su reputación. Además, le pagamos a la Fundación todos los costos operacionales. Es decir, que nuestra Fundación es algo único porque todo lo que recibimos entra en proyectos”.

-¿La Fundación es el niño mimado de Loro Parque?
“Seguro, es el niño más mimado del Loro Parque y también es un escudo para nosotros porque es difícil atacarnos, porque en Loro Parque estamos haciendo las cosas bien. Es el primer parque zoológico que se autoabastece de energía verde. Este mes se van a terminar más de 10 megawatios del parque de energías renovables que estamos construyendo en el municipio de Arico, con lo que tendremos a nuestra disposición más de 20 y eso no lo tiene ningún zoológico del mundo. Además, las células solares de la cubierta de Poema del Mar generan 160 kilowatios y a ello se suman el aerogenerador más grande de Canarias que alcanza los 4 megavatios. Nos nutrimos de electricidad verde, nuestra, propia. Eso quiere decir que somos un grupo empresarial autosostenible en materia energética”.

-De todos los animales que hay en el parque, ¿cuál es su favorito?
“Jambo, mi perro. Dentro del parque quiero tanto a un pájaro como a una orca y les presto el mismo interés”.

-Este año falleció el gorila Schorsch, que cumplió 50 años en marzo y era el más longevo del grupo que habita en Loro Parque…
“Era el amigo especial de la reina Sirikit de Tailandia y de todas sus mujeres y su entorno. Cada vez que llegaba a Bangkok la primera pregunta que me hacían era cómo estaba Schorsch, que en sus últimos años perdió la vista y tenía bastante malhumor. Pero lo hemos llevado a su final con todo el amor y el cariño”.

-¿La pandemia dejó muchas secuelas? ¿Ha recuperado los dos años perdidos?
“Sí, dejó. La más importante es que se debe entender es que tanto en Poema del Mar como en Loro Parque tuvimos que hacer frente a unas facturas inmensas en electricidad. En el pasado las hemos tenido de hasta 3,5 millones al año entre todas las empresas del grupo y con el nuevo precio hemos llegado hasta 9,2 millones y con eso tenemos que aguantar y lo hemos hecho todo el tiempo de la COVID. Nos han roto el proyecto del Siam Park en Gran Canaria y con eso también un poco la continuación de la mejora de la ampliación de la creación de empleo de Loro Parque. Empecé con 25 trabajadores y hoy tengo más de mil. Si hubiese hecho el parque acuático de Gran Canaria, que estaba previsto junto con un hotel, eran 600 nuevos empleos, una novedad y un apoyo impresionante para las islas. ¿Por qué cree usted que Siam Park ha recibido ocho veces el reconocimiento como mejor parque acuático del mundo y tenemos un millón de visitantes anuales? ¿Por qué creen que vienen visitantes a la Isla? Porque tienen más atracciones que el Parque Nacional del Teide, Loro Parque y Siam Park son atractivos para el turismo. Por eso nos hemos recuperado después de la pandemia, ambos parques van muy bien y Poema del Mar se ha aumentado casi un 50% aunque todavía no estamos en beneficios”.

-¿Renunció, entonces, a construir un Siam Park en Gran Canaria?
“A decir verdad, eso dependerá de los políticos que ganen las próximas elecciones”.

-¿Hay algo que le quedó pendiente en estos 50 años?
“No creo, he recibido muchísimo más de lo que uno puede esperar”.

-¿Y algo que prefiera borrar? ¿Algún mal recuerdo?
“Un montón de cosas, pero no que yo haya hecho mal”.

-50 años de Loro Parque y 85 suyos. ¿Ha pensado cuándo va a parar?
“A mí me están jubilando desde hace tres o cuatro años y no lo consiguen. Y así, si no me jubilan, me quedo los próximos diez o quince. Yo tengo interés, pero no lo hacen”.

Un libro que cuenta su vida personal y profesional

La publicación que acaba de salir a la luz coincidiendo con el 50 aniversario de Loro Parque, explora la vida íntima y familiar del fundador y presidente de Loro Parque, la relación con sus padres, su familia, y algunos recuerdos de su infancia, como la Navidad de 1943, en la que recibió de regalo un tren que lo acompañó en su caja durante décadas y que no llegó a montarlo nunca; o el año 1944, cuando la guerra alcanzó a su familia y su padre fue llamado a filas. También recuerda algunas de sus vacaciones, el fin del colegio y sus primeros viajes a Estados Unidos, país al que siempre quiso ir.

Mientras pasa cuidadosamente las páginas, Wolfgang Kiessling señala a los miembros de su familia. “Esta es tía Heidi”, apunta, la hermana de su madre. “Y esta foto es de dos personas que se querían mucho”, dice en alusión a su tío Günther y su tía Jutta. El libro hace referencia a su relación con los reyes de Tailandia pero también con personajes relevantes del Puerto de la Cruz, como puede ser el ya fallecido párroco de la iglesia de Punta Brava, Antonio Hernández, y con sus empleados.

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