conversaciones en los limoneros

Juan Carlos Magdalena: “¿Cómo queremos mantener el turismo, con colas de tres horas en las autopistas?”

Preside las pymes del sur de Tenerife, una asociación que ni siquiera tiene local propio pero que ha logrado afiliar a 1.900 empresas y autónomos
Juan Carlos Magdalena
Juan Carlos Magdalena, presidente de las pymes del Sur de Tenerife (1.900 afiliados). Fran Pallero

Se vino de La Gomera en los 80, huyendo de la hambruna. Lleva cuarenta años en Tenerife, año más, año menos. Hoy tiene cincuenta empleados, cinco empresas y dos restaurantes de mucho movimiento en el sur de Tenerife. Juan Carlos Magdalena Medina (Erquito, Vallehermoso, La Gomera, 55 años) preside las pymes del sur de Tenerife, una asociación que ni siquiera tiene local propio pero que ha logrado afiliar a 1.900 empresas y autónomos, que se reúne en cualquier lado y que reivindica que las autoridades se muevan, que no exista la palabra corrupción (ni lo que el palabro conlleva) y que las administraciones, todas, dejen de exprimir a las empresas y a los autónomos como si fueran un limón. Juan Carlos Magdalena añade que el ADN de las islas está formado por el turismo, que no existe otra alternativa, que hay que cuidarlo y que es preciso funcionar en armonía entre administración y administrados. Y añade, no sin cierto desencanto: “En Las Palmas, el tejido empresarial es más fuerte que el de Tenerife, existe mayor capacidad de asociarse para ser más influyente y son mucho más rápidos los empresarios tomando decisiones. Y a mí esto de da mucha pena”. Su quejido es el del mundo empresarial más sensible, el de los emprendedores, el de los medianos y pequeños empresarios, que lamentan que ni siquiera tienen voz en los medios de comunicación.

-Ustedes sufrieron más que nadie la pandemia. ¿Qué queda?

“La pandemia ha sido superada, pero no sus consecuencias. Ahora recibimos más visitantes que antes, pero los ingresos están por debajo”.

-Una asociación que no tiene sede, ni se reúne siempre en el mismo sitio.

“Las pymes del sur y los autónomos que están afiliados a nuestra organización llegan a los 1.900. Dime tú si no somos representativos. No necesitamos nada más, no pedimos nada del otro mundo, sólo que nos escuchen”.

-¿Y qué es lo que gritan?

“Pues, por ejemplo, que cese la sangría de la Seguridad Social, en la que existe un roto tremendo, que es cada vez más cara y que no la vamos a poder aguantar”.

-Parece que existe entre los pequeños empresarios, y entre los medianos, una queja eterna.

“Ojalá podamos parecernos a los países más avanzados de Europa, en los que ya se pagan menos impuestos que en España. Con la diferencia, además, de que allí se notan los impuestos cuando sales a la calle mucho más que en nuestro país. Y que los periódicos y otros medios rara vez hablan de corrupción, al contrario que aquí, que estamos instalados en esa cultura”.

-Entonces, ¿qué ocurre en Canarias?

“Mira, en las islas, sobre todo en esta, la política no va al compás de las necesidades del ciudadano”.

-¿Por ejemplo?

“¿Tú te imaginas lo que están encareciendo la vida esos atascos en las autopistas de Tenerife? ¿Con qué sensación se va el turista a su país, si ha estado atrapado tres horas en una cola con su coche de alquiler? ¿Cuándo tiene que salir de su base un camión con mercancías para abastecer, por ejemplo, a mis restaurantes? ¿Y dónde están los políticos que tienen que solucionar el problema, escondidos en sus despachos? Porque han tenido años para tomar decisiones que no han sabido tomar”.

-Bueno, los atascos acabarán con nuestra economía. Está claro.

“Y a eso hay que llamarlo por su nombre: mala gestión. Tú no puedes quedar atrapado en un atasco tercermundista, propio de un país sin infraestructuras, de una república bananera”.

-Los municipios grandes del sur son el pulmón de nuestra economía, sin embargo.

“Sí, ¿y de qué nos vale si un día nos quedamos sin turismo? No creo que los municipios del sur hayan sabido trasladar la voz de la comarca a las instituciones que pueden resolver sus problemas. Están sus dirigentes agarrotados, sin capacidad de decisión, sin poder institucional”.

-¿Están bajando los brazos los empresarios?

“Muchos, sí; yo no, desde luego. Les he dicho a mis hijas que el futuro de la isla es incierto, pero que luchen, que trabajen, incluso nadando contra corriente porque me parece que tanto el Gobierno central, como el Gobierno regional, como los cabildos y ayuntamientos, no toman las decisiones necesarias para solucionar los problemas reales. Sólo ponen parches y más parches. Y con parches sólo se gana tiempo, pero no se arreglan los problemas”.

-Al principio hablaste de corrupción, pero no trasladé al papel el comentario completo.

“Vamos a ver, existen muchas maneras de corromperse. También dejando de cumplir con el deber de cada cual. Una forma de corromperse es gobernando mal. ¿Por qué se tarda más en recorrer diez kilómetros saliendo de Los Cristianos que desde ese puerto a la isla de La Gomera?”.

-Bueno, en cierta forma tienes razón.

“Y otra cosa. Me gustaría saber qué intereses se encuentran detrás de que el sur de Tenerife, a estas alturas, no disponga de un hospital público en el que se puedan realizar todo tipo de intervenciones, un hospital de verdad, no una chapuza o clínicas concertadas. Un enfermo que viene de La Gomera para tratarse no puede sufrir el calvario de una travesía en barco y dos o tres horas de atascos hasta los hospitales de referencia, el HUC y La Candelaria. Por Dios, esto es tercermundista, no hay palabras para explicarlo”.

-Y está el edificio hospitalario. Ahí está, como la Puerta de Alcalá.

“Sí, construido a regañadientes, sin una planificación de verdad, sin una evaluación de las necesidades, hecho sin ton ni son, al albur de opiniones a veces contradictorias de los políticos. ¿Por qué no se deciden de una vez? ¿Cuántas víctimas necesitan? ¿Y qué ocurre con los ancianos, con los enfermos crónicos?”.

-Estás hablando como un dirigente empresarial. ¿Ustedes, los pequeños empresarios, se han movido para lograr que las cosas cambien?

“La voz de los empresarios está apagada, primero por su falta de unión, por ser tan acomodaticios; y segundo, porque cuando hablamos nuestras palabras caen en saco roto. Por ejemplo, en el sur la mayor bolsa de empleo la tiene Arona, pero los concejales no han hecho otra cosa que pelearse y así es imposible. No lo digo yo, lo reflejan cada día los periódicos, ustedes mismos. No existe una conciencia plena de lo que está ocurriendo”.

-¿Lo asocias a las rivalidades políticas exclusivamente?

“Y a que no hay conciencia de las obligaciones de un gobernante, probablemente porque falta cultura de lo público”.

-Muchos impuestos, para nada.

“Te lo decía antes. Pagamos impuestos arbitrarios, sin sentido. Estamos tributando fortunas desmesuradas para los servicios que nos ofrecen a cambio. Tenemos encima la espada de Damocles de la Agencia Tributaria, las leyes económicas son contradictorias, no existen criterios uniformes en la generación de los tributos, nos sentimos muy confusos”.

Juan Carlos Magdalena
Juan Carlos Magdalena, presidente de las pymes del Sur de Tenerife. Fran Pallero

-Antes me dijiste que en Las Palmas, en Gran Canaria sobre todo, la situación es distinta.

“¿Tú has visto la red viaria que han conseguido? ¿Es que no has notado la capacidad que tienen los empresarios de unirse, de que sus asociaciones exijan, no que pidan limosna? Existe otro espíritu de lucha, pero aquí, en nuestra provincia, no hemos sido capaces de darnos cuenta de los beneficios que genera la unidad empresarial”.

-Recientemente se han quejado los empresarios de que no hay personal para trabajar. Sé de un propietario de cafetería, con gran facturación, que abría las 24 horas del día y que tuvo que reducir siete horas de actividad por falta de personal.

“Ese que pones es un buen ejemplo. Está ocurriendo. No encontramos personal que trabaje en el sector turístico, no podemos cubrir las bajas, ni tampoco ampliar los horarios. Resulta que somos capaces de crear restaurantes de gran éxito, como uno que yo tengo en Chimiche y donde cuesta comer entre 60 y 70 euros por persona. Me gasté 300.000 euros en ponerlo a punto. Y ahora resulta que me falta personal y no puedo explotarlo como quisiera. No hay persona que entienda esto”.

-¿Soluciones?

“Mira, Tenerife es una isla que se ha acostumbrado a vivir para el carnaval. Como si fuéramos papanatas. Y no nos damos cuenta de que el carnaval ayuda bastante poco al turismo. Menos mal que otras islas no han seguido ese mismo ejemplo. Ya está bien de tanto carnaval, carnaval en enero, en febrero, en verano, cualquier día sustituyen la Navidad por el carnaval. Es asfixiante la presión de estas fiestas. ¡Ya está bien!”.

(A Juan Carlos Magdaleno se le nota dolido con el desarrollo económico de la isla tinerfeña, sobre todo del territorio en el que desarrolla su actividad. Le hablo de La Gomera y me dice que en aquella isla “hay un gran clientelismo” y que eso tampoco es bueno. “No se pueden ganar unas elecciones por pagar los entierros a los que fallecen; porque entonces yo tendría que preguntarme, y no quiero, de quién son las funerarias, por ejemplo. Ya digo que no quiero llegar a preguntarme eso”. Me dice que, desde luego, ahora en La Gomera se vive mejor que cuando él tuvo que venir a Tenerife para no pasar hambre, ni verla pasar a sus vecinos).

-Te quejas siempre de la falta de rigor en su trabajo de los servidores públicos.

“Sí, me quejo todos los días y donde proceda. Y quiero que se imiten otros ejemplos de gestiones adecuadas y favorables al ciudadano, que incluso se pueden ver en Canarias. Yo noto que en Gran Canaria, por ejemplo, quieren más a las islas. Los políticos no son tan individualistas, ni los empresarios tampoco. Se asocian, discuten, resuelven. Aquí nos perdemos en discusiones bizantinas”.

-Lo tuyo son las comparaciones…

“Perdóname que siga comparando, pero para mí es inevitable, lo estoy viendo todos los días. Mira, un político preocupado por la situación que vivimos en la comarca sureña se ocuparía de facilitar viviendas asequibles a los trabajadores, de conseguir créditos a bajo interés para quienes conserven sus trabajos; existen muchos modelos de gestión que aquí no practicamos porque no queremos. No hablo de ayudas directas, que son un tanto disparatadas y fomentan la vagancia, hablo de facilidades para que puedan tener los trabajadores una vida digna, una estabilidad”.

-¿Eres optimista con respecto al sur de Tenerife? Me da que no.

“Se trata de una comarca con un potencial extraordinario. Pero veo a muchos políticos quemados, sin ideas. Es preciso cambiar el modelo de gestión y acometer obras públicas que nos libren de la situación actual. Y estoy de acuerdo en que la circunvalación de la isla va a ayudar, pero no resolverá el problema del todo”.

(Insiste Juan Carlos Magdalena en que lo que dice es el sentir de su organización, que como digo agrupa a más de 1.900 empresarios. Y el sector está preocupado. Pasarán las fiestas navideñas y volverán a vivirse los mismos problemas que duran un año tras otro: se anuncia un hospital, pero no existe hospital; se anuncian carreteras que nunca se construyen; se proclaman bajadas de impuestos que nunca llegan. La verdad, parece que el panorama no es prometedor. Y el fantasma del individualismo causa estragos en los pequeños y medianos empresarios. Ojalá que el 2023 sea mejor, pero a este paso me parece que no. Nos queda el turismo, que sigue viniendo, hasta que se canse de estar tres horas en una cola o de no llegar a tiempo a un aeropuerto).

TE PUEDE INTERESAR