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Jennifer de la Rosa, madre de Hugo: “Todo lo veo negro ahora mismo, no veo salida ni futuro”

Esta madre coraje tinerfeña clama ante las autoridades: “No debo nada, he trabajado desde los 16 años, me separé por violencia de género y jamás pedí una ayuda”
Jennifer de la Rosa, madre de Hugo: “Todo lo veo negro ahora mismo, no veo salida ni futuro”

El pasado 13 de julio cambió radicalmente la vida de Hugo, de 16 años y de su familia. Salió por la tarde con sus amigos de El Sobradillo y cogieron la guagua para disfrutar del mar en el Puertito de Güímar, sin embargo, al zambullirse había poca altura e impactó contra el fondo. En aquel momento sufrió un golpe que le dejó tetrapléjico, con una lesión medular C4 muy compleja. Tras su evacuación al Hospital de La Candelaria, sufrir tres operaciones y estar ingresado en UCI, se decidió en agosto su traslado a la Unidad de Lesionados Medulares del Hospital Insular de Gran Canaria, donde se encuentra ingresado. Tiene una minusvalía del 93%. El presente y el futuro para este adolescente y su familia serán muy duros; por eso, su madre, Jennifer de la Rosa, no ha parado de luchar por intentar conseguir ayudas para mejorar su vida cuando regrese a Tenerife. Su petición al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife para que le faciliten una vivienda adaptada, o un piso bajo que ellos puedan acondicionar, no ha recibido todavía respuesta por el Grupo de Gobierno. Ha tenido que intervenir el diputado del Común, Rafael Yanes, al que le han respondido que están avanzando. Jennifer confía en que el Ayuntamiento la ayude finalmente.

En un mensaje desesperado, Jennifer de la Rosa señala a DIARIO DE AVISOS que, “ahora mismo, lo que más prisa nos corre es tener una vivienda y poder comenzar a adaptarla”, más, si cabe, cuando en el Hospital Insular coinciden con Miguel Planas, un joven de 30 que lleva tres años esperando que las Administraciones le hagan caso. Planas se quedó tetrapléjico después de sufrir una caída y su madre no tiene recursos económicos para mudarse de un sexto piso a una vivienda adaptada a sus necesidades. “Veo su caso y me descorazono; si él lleva tres años, qué me espera a mí. Me niego a que tanto Hugo como Miguel estén destinados a vivir de forma permanente en el hospital porque desde las Administraciones no les den una solución. ¿El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife va a hacer con Hugo lo mismo que el de Las Palmas con Miguel?”, se cuestionó.

Para esta familia residente en El Sobradillo está siendo muy duro. “Nos duele cómo se derrocha dinero ahora en precampaña, asfaltando carretera sobre carretera, visitando murgas y sacándose fotos, preparando los Carnavales, haciendo parques adaptados para niños sin preguntar si eso es lo prioritario que necesitan las familias en su día a día, pues a lo mejor necesitan mejorar el acceso a sus viviendas. Hay cosas que no tienen lógica. Para que ellos fueran conscientes de lo que sufre una familia con una persona con discapacidad, deberían vivirlo en alguien cercano”, lamentó. Jennifer comprende el derecho a la fiesta de toda sociedad y solo reclama atención a su hijo, que es un hecho puntual pero sumamente grave.

Jennifer de la Rosa, madre de Hugo: “Todo lo veo negro ahora mismo, no veo salida ni futuro”

De la Rosa, una mujer curtida en mil batallas y que ha pasado penalidades para buscarse la vida, tuvo que dejar en julio su trabajo en una peluquería, abandonar el piso en el que vivía y desplazarse a Gran Canaria para estar pendiente de Hugo. “Yo tenía mi trabajo y tuve que dejarlo porque desde ese momento me he tenido que quedar con Hugo. Entonces, al dejar el trabajo, como vivíamos de alquiler cinco años en un piso, le tuve que comunicar a la propietaria que tenía que abandonarlo, le expliqué la situación y mi familia pasó a vaciarlo y empaquetar todo, porque no quería estar debiendo dinero a nadie. Mientras Hugo estaba en la UCI en Tenerife, liberamos la vivienda. Mi otro hijo, José, de 20 años, está viviendo en casa de un tío que lo ha recogido, está continuando sus estudios finalizando un Ciclo Superior de Formación Profesional”. En Gran Canaria “estoy durmiendo en un piso compartido de Cruz Roja, lo único que hago allí es bañarme y dormir en la habitación, porque el resto del día estoy metida en el Hospital Insular. Solo tengo palabras de agradecimiento a Cruz Roja y las compañeras del piso”, destacó.

Búsqueda de fondos

Desde el accidente, su familia y amigos han buscado fórmulas para captar dinero y hacer frente a los gastos actuales y a la futura adecuación de una vivienda o compra de material para mejorar la calidad de vida de Hugo. “Mi hermana empezó vendiendo flores de pascua para recaudar fondos para todo lo que necesitará Hugo. La Seguridad Social da material, pero dependiendo del grado de discapacidad que tenga necesitas más o menos. Hay que elegir entre el apartado de material o en el de reforma de vivienda. En nuestro caso, al no tener una vivienda, elegimos la parte de material, y la Administración solo nos da la silla de ruedas, nada más, así que el resto de cosas que necesita una persona con el 93% de discapacidad, como es una cama articulada, una grúa, una bañera y una silla adaptada para el baño, etc., tenemos que buscarlos”.

En este punto, la familia está agradecida por la solidaridad que han recibido en la venta de flores. “La gente de El Sobradillo y de otros lugares ha sido maravillosa y se han volcado, con aportaciones en bares y empresas”. Sin embargo, lamentó que “falta que las administraciones revisen mi caso y me ayuden a encontrar una vivienda adaptada o piso bajo que podamos adaptar. Yo no debo nada a nadie, he trabajado toda mi vida desde los 16 años, me separé de mi pareja por violencia de género en 2015 y jamás pedí una ayuda, pese a poder tenerla”, destacó.

Por lo tanto, se trata de una persona que ha sido independiente toda su vida y ha trabajado para salir adelante. “Ahora sí necesito la ayuda. No puedo moverme para buscarme la vida; si pudiera trabajar, no la pediría. Si tuviera un piso adaptado o un bajo, que podría reformar, respiraría mejor y buscaría salir adelante con Hugo. Pero todo lo veo negro ahora mismo, no veo salida ni futuro”, lamentó de la Rosa.

Mediación

El diputado del Común, Rafael Yanes, se ha interesado por su situación ante la, a su juicio, lentitud del Ayuntamiento de Santa Cruz, que lamenta por lo dramático de su caso. “Ellos no se han puesto en contacto conmigo, me dijeron que iban a mirar mi caso pero no he vuelto a tener noticias desde octubre. A mi hijo mayor solo le dieron una tarjeta para comprar alimentos en agosto y otra en noviembre. He presentado mis papeles, he acreditado la separación por violencia de género, que mis hijos no reciben manutención y nunca la han recibido porque los he sacado yo sola adelante trabajando, y nunca he solicitado una ayuda aún necesitándola, me he sacudido y he trabajado para sacar mis garbanzos”.

Mientras tanto, la concejala de Ciudadanos, Matilde Zambudio, presentó un escrito al Pleno para que le aclaren cómo están las gestiones de la petición de una vivienda adaptada, “ya que no he recibido respuesta. En cuanto al diputado de Común, Rafael Yanes, se ha dirigido en tres ocasiones a la concejala de Servicios Sociales, y le han respondido que las gestiones van avanzadas”.

Del Ayuntamiento “también he hablado por las redes sociales con el concejal del Distrito Suroeste, Javier Rivero, pidiéndole ayuda. He recibido una foto del alcalde con una flor de pascua de Todos Somos Hugo. Confío en que el Ayuntamiento de Santa Cruz me ayude”, indicó Jennifer de la Rosa.

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