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Nuevas variantes de Ómicron: ¿qué se sabe de ellas?

Los síntomas reportados hasta ahora son similares a los de otras cepas y no parece que sea más virulenta que algunas de sus antecesoras inmediatas
Nuevas variantes de Ómicron: ¿qué se sabe de ellas?

Desde que surgió hace tres años, el coronavirus ha experimentado una gran cantidad de mutaciones y ha aparecido en muchas variantes. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado a Ómicron como la más preocupante desde noviembre de 2021. Inicialmente originaria de Sudáfrica, Ómicron es actualmente responsable del 98% de los casos y sigue produciendo linajes menos virulentos pero más contagiosos.

En este momento, dos nuevas variantes de Ómicron preocupan al mundo: la XBB.1.5, que se cree que surgió en Nueva York en octubre y que ahora es responsable del 40% de todas las infecciones registradas en Estados Unidos, y la BF.7, que está causando estragos en China. Mientras la tasa de contagio de Ómicron original es del 5%, la de BF.7 alcanza entre un 10% y un 18%.

Los síntomas reportados hasta ahora son similares a los de otras cepas y no parece que sea más virulenta que algunas de sus antecesoras inmediatas. En China, se han multiplicado por 16 las personas infectadas que desarrollan fiebre. Le siguen el dolor muscular, la mucosidad, la congestión nasal, las cefaleas y la fatiga. El cuadro tiende a remitir a los pocos días, especialmente en personas vacunadas.

En España, según datos del Ministerio de Sanidad, los linajes BA.4 y BA.5 son los más predominantes, seguidos por Ómicron y su subvariante XBB.1.5. En Estados Unidos, la XBB.1.5 es responsable del 40% de todas las infecciones registradas. Algunas estimaciones apuntan que esta subvariante se trasmite al menos dos veces más rápido que otras debido a una mutación conocida como F486P. Esta mutación hace que los anticuerpos procedentes de las vacunas o de una infección previa sean menos efectivos. Si bien no hay evidencia de que la XBB.1.5 cause una enfermedad más grave que otras variantes de Ómicron, su mayor velocidad de transmisión podría llegar a personas vulnerables que podrían ser hospitalizadas o morir a causa de la infección, especialmente si no han recibido la última dosis de refuerzo.

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