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El búnker militar de La Quinta, en Santa Úrsula, se convertirá en un mirador

El plan de la Costa de Acentejo pretende consolidar y mejorar las instalaciones ya existentes y crear otras nuevas que permitan contemplar el Espacio Natural
búnker de La Quinta

El búnker militar ubicado en la urbanización La Quinta, en Santa Úrsula, es una construcción que data del año 1942, diseñada por Francisco Franco para vigilar gran parte del litoral norte ante una eventual invasión durante la lucha entre los aliados y las potencias del eje en el marco de la Segunda Guerra Mundial y así hacer frente a cualquier tipo de desembarco que se produjese en las playas del Puerto de la Cruz.

Y aunque nunca cumplió esa función defensiva porque se artilló con material obsoleto, lo cierto es prestigiosos militares de la época estuvieron al frente de esta batería, como el capitán José García Borg, y no merece permanecer en el lamentable estado de conservación en el que se encuentra desde hace más de una década, llena de pintadas, con importantes destrozos en su interior y acumulación de basuras de todo tipo y sin una placa identificativa de patrimonio.

De allí también se sacaron importantes vestigios de tipo prehispánico se encuentran actualmente conservados en el Museo Arqueológico del Puerto de la Cruz.

Para rescatarla de su actual abandono, el Plan Especial del Paisaje Protegido Costa de Acentejo, cuyo avance ya fue aprobado y recientemente finalizó el periodo de alegaciones, propone convertirlo en un gran mirador, dado que ofrece una de las vistas más espectaculares de la Costa de Acentejo, un espacio único por la diversidad del paisaje, que se entremezcla entre desembocaduras de barrancos y acantilados.

No obstante, no es la primera vez que surge la propuesta de rehabilitar y darle uso a esta batería militar, de la que además, se han hecho eco todas las formaciones políticas pero que no resulta sencilla de ejecutar porque el primer obstáculo que hay que salvar es el de las competencias, divididas entre el Ministerio de Defensa, el Ayuntamiento de Santa Úrsula, y la propiedad privada de los terrenos en los que se asienta.

Tampoco es el único mirador que se sugiere en el marco de un documento que propone mejorar las instalaciones ya existentes y crear otras nuevas, asociadas a la red de senderos y a los viarios rodados, que permitan contemplar el Espacio Natural, sobre todo desde las zonas que poseen amplias cuencas visuales en la coronación de los acantilados.

La ejecución de miradores, así como la prolongación de determinados tramos de senderos en estas zonas se ha asociado, no solo a disponer de lugares para disfrutar del paisaje, sino también a la mejora de las condiciones del borde, en algunos tramos coincidente con urbanizaciones, y a la puesta en valor de determinados elementos singulares o de interés patrimonial como el caso del búnker en Santa Úrsula o la estación superior del guinche de la finca Domínguez, en Tacoronte.

De los nuevos miradores, cuatro se contemplan en Santa Úrsula y uno en El Sauzal.

En concreto, en el primer municipio, además del mirador de la batería militar o búnker, se propone el Mirador del negro, el de Barranco Hondo y el de La Forada. Asimismo, se propone rehabilitar el de La Mancha II, Lomo Román y el de La Quinta.

En el caso de El Sauzal el documento de Avance y Estudio Ambiental Estratégico del Plan Especial del Paisaje Protegido Costa de Acentejo contempla un nuevo mirador en El Jagre y mejorar el ya existente en Las Breñas.

En cualquier caso, en muchas ocasiones la actuación en los miradores en el marco del plan no implican intervenciones relevantes, sino operaciones de acondicionamiento de determinados enclaves, que van desde Tacoronte hasta La Orotava.

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