visiones atlánticas

Jornadas Liberales

El liberalismo como opción política siempre ha resultado penalizado en España, devorado en el conflicto izquierda-derecha. Su propia doctrina se confunde tratando de situar sus componentes y sus partidos la ofrecen con políticas dubitativas y contradictorias. La sociología nos dice que mientras las mayorías sociales se declaran de centro, al votar lo abandonan. Ya decía Adolfo Suárez, “quiéranme menos y vótenme más”, cuando desde la UCD se reconvirtió en el CDS liberal, cuando su extracción era conservadora. Igual destino sufrió la UPyD de Rosa Díez, que venía del PSOE, por su incapacidad de pactar con otros, en posturas beatíficas creyendo que todos se equivocan, incluso sus propios votantes. Se desplomó en 2016, sustituida por Ciudadanos. Señalan sus críticos que el centro carece de principios son situacionales e incapaces de dar solución a los problemas, aunque los identifiquen.

España ha generado una cultura política, que entiende el acuerdo como una rendición, por lo que exige la negación de las identidades del otro. Como ha sufrido Ciudadanos, cuyos mensajes contradictorios, en nación y economía, los han llevado al abismo. Las encuestan los sitúan como extraparlamentarios. En fechas pasadas en el Casino de Santa Cruz de Tenerife, se celebraron las VIII Jornadas Liberales, con la participación de Ignacio García Medina, economista, Invasión Cultural Woke. Benjamín Santamaría, economista, Tres casos de naciones en Europa. Adrián González Fuentes, Horrores del socialismo en Korea del Norte. José Ramón Arévalo, Manipulando el Precio de la Energía y José Hernández Cabrera, coordinador de las jornadas, El Mito del Consumo Local. El conjunto de las intervenciones, de amplio rango político, como alejadas de la cultura “neomaltusianas” que soportan la Agenda 2030. Invaden la sociedad con los catastrofismos del clima, que ligan a los efectos del calentamiento de origen antropocénico. Contra la opinión del mundo científico, que hemos visto aclarada en el libro de Luis Herrera Mesa, catedrático de Zoología, Ecología y Cambio Climático y en estas Jornadas Liberales por José Ramón Arévalo, catedrático de Ecología de la ULL, donde nos explicaba que en los últimos 40 años, la elevación de temperaturas ha sido de 0,08 grados y Luis Herrera las encajaba en los ciclos climáticos desde el pleistoceno, donde la acción antropocénica es irrelevante, y no tiene efectos apreciables sobre el clima. Los liberales señalan que los recursos y reservas son en cada momento consecuencia de la tecnología. La revolución agraria, arado, fertilizantes, fitosanitarios y genómica, ha permitido multiplicar los rendimientos agrarios cientos de veces. Donde se desmorona el catastrofismo maltusiano, como han venido incumpliéndose las reiteradas catástrofes finiseculares de los profetas del clima. Le asombraba la “generación triste”, cuando nunca ha vivido la humanidad en su conjunto en mejores condiciones que hoy, en riqueza, sanidad y bienestar, al margen de las acomodaciones al cambio de era global, como señala con optimismo Steven Pinker, Premio de Ciencias Sociales en la XV Edición de Fronteras del Conocimiento del BBVA.

A la espera de la energía de fusión, la nuclear, el gas e incluso el carbón, la gasolina y el gasoil permitirán con nueva ciencia minimizar sus emisiones y hacer un “mix” estable, nunca soportable solo en renovables. Europa no puede quedar sola al margen de la globalización, que arruina nuestra industria del automóvil y eleva la dependencia exterior. Los liberales apuestan por ideologías con libertad de mercado, manufacturas, mínimos impuestos y gobiernos. Unas decididas políticas por el comercio global, que es quien puede hacernos libres, superando los traumas y mitos del consumo local, como señalaba el coordinador de las Jornadas Liberales.

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