La familia de la mujer atropellada por una furgoneta en Tenerife en diciembre pasado ha recurrido la decisión del Juzgado de cerrar el caso, al no haberse identificado aún al culpable, y ha pedido ayuda para lograr encontrar testigos de lo ocurrido.
El atropello tuvo lugar a las 20:30 horas del 11 de diciembre de 2022 en los alrededores del campo de golf del sur, en Adeje, y como consecuencia Michelle Exton, de 50 años, murió, mientras que su madre, Ann, de 75 años, tuvo que ser hospitalizada a causa de las heridas sufridas.
Ambas eran de la localidad de Dronfield en Derbyshire y estaban de vacaciones en Tenerife cuando fueron atropelladas por una furgoneta blanca, de la que se desprendió el retrovisor derecho y cuyo conductor huyó del lugar sin socorrerlas.
La mujer atropellada por una furgoneta en Tenerife falleció días después
La mujer de 50 años sufrió graves heridas en la cabeza y murió cuatro días más tarde tras ser llevada al hospital.
La familia de la mujer atropellada por una furgoneta en Tenerife ha dado instrucciones a sus abogados para que se reabra la investigación y la policía encuentre al autor del atropello, pues apenas tres meses después del suceso se dio por cerrado el caso y por lo tanto la policía ha detenido la investigación.
Los hijos de la fallecida, Sophia, de 23 años, y Jess, de 14, han contratado los servicios del abogado británico especialista en esta materia Irwin Mitchell, que ya ha pedido la reapertura del procedimiento.
La familia confiesa a través de las redes que está devastada por la muerte de su madre y “lamentan que lo que pretendían ser unas vacaciones perfectas han acabado en tragedia”. Añaden que la decisión del juez ha traído más pena aún a la familia.
Creen que el caso se ha cerrado sin llevar a cabo una correcta investigación, lo que les impedirá ver cómo el conductor es llevado ante la Justicia por una pérdida que ya es irreparable.
Ahora piden a quienes haya sido testigos de lo ocurrido, incluidos otros turistas, que aporten toda la información que sea posible sobre la identidad del conductor, y también apelan a la conciencia del culpable para que se entregue voluntariamente a la policía.
La descripción de los presentes apunta a que el autor del atropello es un hombre blanco de 1,70 metros de altura con la cabeza rapada.