Santa Cruz de Tenerife es la ciudad con la menor presión fiscal de España, lo que la convierte en la más atractiva para invertir. Al menos así lo concluye la Fundación para el Avance de la Libertad Económica que coloca a la capital chicharrera a la cabeza del Índice de Libertad Económica de las Ciudades Españolas (ILECE), que publica por sexto año consecutivo.
En la tarde de ayer, el Real Casino de Tenerife, acogió la entrega de este galardón que al Consistorio que alcanza un nivel “satisfactorio”. Cuando la Fundación habla de libertad económica hace referencia no solo a una fiscalidad reducida, sino también a que se externalicen servicios para que los ejecuten empresas profesionales, a que se reduzca el gasto público, en definitiva, a que la economía se regule a través del libre mercado, con escasa o nula intervención pública.
En el caso de la capital tinerfeña, los autores del ILECE han destacado de manera especial que “el fuerte ascenso experimentado el año anterior, que ya llevó a Santa Cruz a la segunda posición nacional, no fue coyuntural”. La gráfica de la ciudad muestra un progreso sostenido de casi diez puntos a lo largo de las seis ediciones del ILECE, desde los 58,86 de 2018 hasta los actuales 68,45 que le aseguran el primer puesto.
Según la Fundación, esta trayectoria de la capital tinerfeña, sobre todo en los años recientes, “se debe a una plantilla pública y a una presión fiscal contenidas en comparación con el resto de las ciudades del índice”.
Así, la capital aprueba en las cuatro áreas del índice: desempeño macroeconómico general, magnitud de la plantilla, intervención municipal y fiscalidad. “En esta última área, la cocapital canaria ostenta la fiscalidad más baja de las 50 ciudades analizadas”. Aún así, desde la Fundación se recomienda que reduzca sus costes, subcontrate servicios y baje impuestos, para distanciarse Alicante y Almería, segunda y tercera ciudad del ILECE.
El alcalde, José Manuel Bermúdez, agradeció el reconocimiento y recordó que “esta es una trayectoria de varios ejercicios durante la que hemos tratado de establecer las condiciones para que Santa Cruz se desarrollase de manera más eficaz en materia económica y de empleo”.
El alcalde apuntó que la baja fiscalidad supone un ahorro de “más de 11 millones cada año, para miles de familias y pequeñas y medianas empresas”, una política que debe ir acompañada “por otras que incentiven el consumo, y logren una eficaz circulación de los activos generados”.
Hizo referencia a las actividades en la calle como Plenilunio, pero también a los Bonos Consumo, dos medidas cuyo objetivo es “garantizar una buena salud económica en la ciudad”.
Una afirmación que el alcalde resumió ofreciendo datos como que un 25% de las empresas de Tenerife se concentran en la capital; durante todo 2022 y principios de 2023 el número de personas en paro se ha mantenido por debajo de las 21.000; más de un 30% de los contratos de trabajo que se firman en Tenerife tienen su sede en la capital; o que este febrero se alcanzó el mayor número de personas afiliadas a la Seguridad Social, 132.800.
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