visiones atlánticas

Diccionarios

Jornada de reflexión política que dedico a la cultura. Con el Diccionario Histórico del Español en Canarias (DHECan 2013), de Dolores Corbella y Cristóbal Corrales. Los autores de diccionarios son “modélicos coleccionistas, seres obsesivos embarcados en una aventura sin fin”. Decía Anatole France que “un diccionario es un universo ordenado por orden alfabético”. La Academia Canaria de la Lengua, “una cárcel de papel donde secuestrar palabras”. Y la propia Corbella, “como el bien cultural más democrático”. Hoy nuestra heroína es María Dolores Corbella Díaz (S/C de Tenerife, 1959), catedrática de Filología Románica de la ULL. Ya era “académica correspondiente” de la RAE, donde integran a los especialistas por autonomías, Hispanoamérica y extranjero. En Canarias, con ella, Ramón Trujillo Carreño, Cristóbal Corrales y Ángeles Álvarez Martínez.

Dolores Corbella entró en el reino vitalicio de la RAE el 16 de abril de 2023, bajo la letra d, única mujer canaria académica de número sumándose en la historia a Juan Iriarte y Bernardo Iriarte en el Siglo XVIII, Antonio Porlier y Sopranis y Benito Pérez Galdós en el XIX y Francisco Fernández Bethencourt y el físico Blas Cabrera Felipe en el XX. Señala Corbella en su discurso en la RAE, Un Mar de Palabras, que el arte de componer diccionarios es arduo. Trabajo artesano y de intuición. Son pasos imprescindibles, leer, marcar, analizar y descifrar. Los mexicanos usan el método de ”pepena”, analizar y descifrar. Un diccionario siempre está abierto. Sube la apuesta Corbella cuando extiende su búsqueda y base documental a seis siglos, desde el texto Le Canarien 1402-1404, al texto de Manuel Alvar El Español en Tenerife (1961). Señala el “mestizaje”, como línea de identidad del español isleño, fruto de los tornaviajes léxicos atlánticos. Recoge la tradición lexicográfica-lexicológica española, su impronta en las islas y difusión atlántica. Muestra su semántica, designaciones y sintaxis. Recoge los apodos encontrados en los conventos desamortizados de Tenerife, el testimonio de viajeros, novelas y cuentos costumbristas canarios. Presencia temprana del portugués, indigenismos canarios, andalucismos, con el español de ultramar, Antillas, Venezuela y Uruguay. Reafirma el “panhispanismo” que todo canario lleva con la globalización atlántica de 500 años, cultura extensa y heterogénea. Le respondió Pedro Álvarez de Miranda (Roma 1953), catedrático de Lengua Española en la Autónoma, silla Q de la RAE, experto lexicógrafo y lexicólogo, como nos demuestra en el semarario de El Mundo, La Lectura, en su sección Medir las Palabras, un prodigio. Como el vicedirector de la RAE, sillón G, el físico e historiador José Manuel Sánchez Ron (Madrid, 1949) en el semanario El Cultural, Entre dos Aguas, en los avances de la ciencia. Alaba Corbella el Diccionario del Uso del Español, de María Moliner (1900-1981), hazaña cultural de una mujer sola en casa, en “el tiempo que restó de zurcir calcetines”.

Mejor y más práctico que el DRAE, decía Gabriel García Márquez, como “el más completo, útil, acusioso y divertido de la lengua castellana. Dos diccionarios especializados, Diccionario de Economía y Finanzas (1994), de Ramón Tamames, y el Diccionario Visual Oxford (1996), en español, inglés, alemán y francés, sustantivos en imagen con 29 grupos. Abierto a añadir como señala Corbella a cualquier diccionario, aporto las variantes “currica y curriquear”, que en el DHECan y en el DBC aparecen con formas en “o”, corrica y corriquear, propia la primera de los sures de Tenerife. Y con el término “transculturación”, neologismo del cubano Fernando Ortiz, donde el conjunto de los elementos prestados dan pie a una realidad nueva, que describe con más acierto la lengua y su cultura. La “inmensidad del mar no es obstáculo para su libertad”, la “esperanza también mantiene”, a Dolores Corbella.

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