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La sequía se ceba con la Península y empieza a afectar a Canarias

La falta de lluvias en las Islas está influyendo ya en la producción de papa local y de vino, así como en la alimentación animal; la paja no solo escasea, sino que ha aumentado su precio el 43%
La sequía está generando pérdidas de más del 80% en los cultivos del país. E.E
La sequía está generando pérdidas de más del 80% en los cultivos del país. E.E

Tras pasar el mes de abril más cálido y menos lluvioso desde hace más de 70 años, las tierras de cultivo empiezan a resentirse. Canarias, por una vez, se ha beneficiado de su condición archipielágica, pero no así la Península. La falta de lluvias de los últimos meses (algo que no mejorará de cara al verano) se está cebando con el campo, pues ya genera pérdidas de más del 80%, según un informe de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG). Un panorama desolador que ya ha supuesto perjuicios irreversibles en más de cinco millones de hectáreas de cereales de secano. Asaga cifra en 2.000 millones de euros las pérdidas por la sequía solo en Castilla León, una de las comunidades más afectadas junto con Andalucía y Cataluña.

Para intentar hacer frente a esta situación, el Gobierno aprobó el pasado jueves un paquete de medidas por valor de 2.190 millones de euros que irán a ayudas directas al sector primario y al impulso de obras hidráulicas. Toda ayuda es poca para aliviar la asfixia de los agricultores. Sin embargo, desde el campo valoran las medidas, pero advierten al Gobierno de que la situación es irreversible. La sequía está trayendo no solo la ruina de muchos agricultores y ganaderos que han perdido la cosecha “más cara” de su historia por el alza de materias primas, electricidad, gasóleo o el coste laboral, sino también la escasez de algunos productos y, en consecuencia, el encarecimiento de los precios. Es decir, más presión aún para la cesta de la compra de las familias.

Los ganaderos tampoco están exentos de estos daños. Si bien no se ven afectados directamente, las cabañas ovina, caprina y de vacuno empiezan a no disponer de pastos suficientes. Esto provoca que se eleven los gastos de producción para comprar forrajes y piensos para sus animales. Unos productos que, además, están en la espiral inflacionista por la guerra de Ucrania.

En este panorama nacional, Canarias, por el momento, no se está viendo tan afectada por la escasez de precipitaciones, puesto que en las Islas no dependemos tanto de la pluviometría, pero la papa y la viña sí que están empezando a notar estos efectos.

El secretario general de Asaga-Canarias, Theo Hernando, explicó a DIARIO DE AVISOS que productores de papa local, sobre todo de las zonas de medianías, ya están avisando de que la campaña “será bastante mala, con pérdidas de en torno al 30% por la falta de lluvia. La papa”, continuó, “no está cogiendo calibre y la producción está siendo menor”. La viña, por su parte, “también está bastante retrasada”, dijo Hernando, por lo que, indudablemente, “afectará a la producción de vino para este año”.

Pero quizás una de las cuestiones que más preocupa al sector en estos momentos es la alimentación animal de cara al verano. “El precio de la paja para alimentación animal se ha incrementado, en cuestión de una semana, el 43%. Concretamente en la lonja de León, ha pasado de 63 euros por tonelada a más de 90.

Esto provocará acaparamiento por parte de las empresas peninsulares de cara al verano y, por tanto, habrá menos disponibilidad para traer a Canarias y a precios altos”. Hay que tener en cuenta que el Archipiélago importa el 90% de la alimentación animal. En opinión de Hernando, la subida del precio de la paja se debe a dos cuestiones principales. La primera, a la reducción de la cosecha a nivel nacional, y la segunda, al adelanto del consumo de la paja para animales que todavía tendrían que estar comiendo pastos, pero que por la escasez de lluvias se han secado.

Un aspecto positivo que ha hecho que la falta de precipitaciones no haya perjudicado más a los agricultores y ganaderos de las Islas es nuestra poca dependencia de la pluviometría. “El agua en las Islas procede de pozos y galerías, de la desalación y, por último, de un sistema que”, según Hernando, “está funcionando “muy bien”, que es la regeneración del agua urbana”.

Recursos

Canarias ha sufrido en numerosas ocasiones episodios de sequía que la han llevado ha declararse en emergencia hidráulica. Esta situación no es nueva. Precisamente por esto, siempre ha buscado la forma de aprovechar al máximo los recursos. Las desaladoras, por ejemplo, han sido una buena herramienta para regar los cultivos y, de hecho, el Gobierno canario otorga ayudas todos los años para que los agricultores modernicen sus sistemas de regadío. La última fórmula que está teniendo mucha efectividad, según el secretario general de Asaga, es la regeneración del agua urbana, es decir, reutilizar ese agua que se desecha por los fregaderos para regar cultivos o mantener parques y jardines.

Se puede asegurar, por tanto, que la sequía está afectando al Archipiélago, pero en menor medida que al resto de España. No obstante, si hay una isla a la que la falta de lluvias está afectando más esa es Fuerteventura. Tiene una capacidad limitada para almacenar agua, por lo que la sequía afecta directamente al suministro de agua potable. El problema se agrava en el sur de la isla, donde la falta de infraestructuras de abastecimiento de agua ha dejado a algunas zonas sin acceso a agua potable durante días. Además, la población ha aumentado en los últimos años, lo que ha hecho que la demanda sea cada vez mayor. Para ello, el Cabildo de Fuerteventura ha tomado medidas, como la puesta en funcionamiento de plantas de tratamiento de agua en el Sur, lo que ha permitido restablecer el suministro en algunas zonas.

Y es que uno de los problemas que lleva aparejada la sequía es la restricción del agua. Ante esto, no queda otro remedio que abastecerse de agua embotellada en el caso del consumo urbano y, dada la espiral de subida de precios en la que nos encontramos, el agua no estará exenta. De hecho, el agua mineral ha crecido el 7% en lo que va de año (hasta el mes de marzo). Pero si echamos la vista atrás, justo hace un año, ese incremento se amplía hasta el 13,3%. Eso quiere decir que los consumidores y negocios como la hostelería en regiones afectadas por la sequía tendrán que pagar más por el agua embotellada que en 2022.

Además, el aumento de la actividad turística y el tiempo libre, con un mayor número de salidas a terrazas, bares y restaurantes, propicia mayor consumo de agua por parte de la población.

La sequía puede, por tanto, no solo poner entre las cuerdas a ganaderos y agricultores, sino provocar escasez, incremento de precios y, en el peor de los casos, hasta restricciones de agua. En una región esencialmente turística, como es Canarias, con un verano que será más seco de lo normal, pero en el que se aumentará el consumo de agua, la sequía puede poner en el punto de mira al motor económico del Archipiélago: el turismo. Según la Aemet, para saber si llueve lo suficiente para paliar la escasez de agua habrá que esperar al otoño.

El verano será más cálido de lo normal y con escasez de lluvias

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que este verano será, con mucha probabilidad, más cálido de lo normal en la Península, Canarias y Baleares, y que las lluvias que caigan no serán suficientes para aliviar la sequía.

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