tribuna

Ganar o morir

Ganar ahora o desangrarnos hasta diciembre y morir”. Esta es la frase con la que Pedro Sánchez ha intentado convencer a su partido de lo acertado de su decisión de convocar elecciones en julio. Algunos se habrían quedado más satisfechos si hubiera decidido reconocer sus errores, entonar el mea culpa y poner su cargo de Secretario General a disposición de la Ejecutiva. Pero eso, que sería lo normal en cualquier dirigente político democrático, es impensable en él.

Le ha salido el sangre, sudor y lágrimas de Winston Churchill, como si la amenaza de cambio en España fuera equivalente a la de la Alemania nazi. Ha elegido la defensa numantina, que es más tradicional y representa mejor a las páginas gloriosas de nuestra historia, convirtiéndose en un Viriato, en un Daoiz y Velarde, en un Indibil y Mandonio, en Manuela Malasaña o Agustina de Aragón. Todos ellos representan a las mil maravillas el manual de resistencia que puso de moda una tal Irene Lozano, de la que ya nadie se acuerda, tirada en las cunetas de la desmemoria. “Ganar ahora o desangrarnos hasta diciembre y morir” no parece una elección que vaya más allá del alargamiento de una agonía.

¿Qué hace suponer que el pueblo va a cambiar sus sensaciones en el plazo escaso de dos meses? Quizá Tezanos nos sorprenda mañana con una encuesta donde diga que la recuperación está a la vuelta de la esquina y que todo volverá a ser como antes. Bildu sorpasará al PNV, Ione Belarra se pondrá de acuerdo con Yolanda, ERC se recuperará, y volveremos a sacar a Frankenstein de la morgue para recomponer sus restos con unos cuantos costurones.

Si este es el panorama que ofrece para la recuperación, tengo la impresión que va a causar poco efecto en el electorado con un nuevo intento de movilización del frentepopulismo. Quizá sueña con un triunfo que le permita entrar airoso en la presidencia europea, pero me temo que este jugársela al todo o nada tiene el riesgo de comprometer su futuro como exlíder, con dos derrotas seguidas a sus espaldas. ¿Qué organismo internacional sería capaz de acogerlo? No le veo más expectativas que repetir la figura de un Zapatero, paseándose como alma en pena por las repúblicas bolivarianas, soñando con revoluciones obsoletas.

Sospecho que en el PSOE cada vez son más los que creen que el problema es él, como ocurre en la mayoría de los ciudadanos. Este no es el momento de los retos ni de los órdagos. Sería más recomendable la reflexión, la rectificación y la recomposición de un proyecto político tan necesario para España. Ya sé que los clientes del fanatismo no me van a hacer caso, ¿quién soy yo para dar consejos? pero sería conveniente mirar un poquito alrededor y darse cuenta de que unas barricadas improvisadas a última hora no son suficientes para contener el desastre.

Está bien que convoque elecciones. Esa es la forma democrática de resolver los problemas. Aunque lo recomendable sería empezar a mostrar una cara diferente a la que provocó el fracaso. No darse cuenta de esto es insistir en la soberbia que ha sido la culpable de la catástrofe. “Ganar ahora o morir en diciembre” es tentar al milagro frente a un enfermo ya desahuciado. Morir con las botas puestas tiene el mismo mérito que hacerlo descalzo.

¡Cuánto mejor sería hacer mutis por el foro y anunciar una promesa de reconstrucción! Estoy seguro de que con esto el partido sería capaz de recuperar muchos de los votos perdidos. Lo otro es empeñarse en un suicidio del que le va a costar mucho tiempo recomponerse, y esto no lo quiere nadie.

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